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VEN CONMIGO

OHM

Desde el momento en que Nanon regresó a la casa mi vida volvió a dar un cambio abrupto, no era como la primera vez que estuvo aquí, no podíamos seguir pretendiendo que estaba bien que estuviéramos juntos aun cuando su destinado estaba en otra parte, así que las viejas rutinas no nos servían, pero por mi conversación con la doctora antes de salir del hospital, tampoco podía tratarlo con la dureza que probablemente lo haría mi herido alfa, pues los síntomas que experimento durante esas últimas semanas eran producto de la separación, aun cuando él no me consideraba su pareja, el cachorro nos había mantenido unidos de alguna manera y al estar separados, su omega se sintió rechazado, al igual que nuestro guisante.

Era como andar de puntillas a su alrededor, porque una parte de mí no podía perdonarlo, quería gritarle que me había roto en mil pedazos, que le odiaba por abandonarme y que sin importar cuantas veces dijera que lo sentía, el rencor seguía ahí. Pero no podía hacer nada de eso a menos que quisiera que volviera a enfermarse y a pesar de todo, no le deseaba pasar por todo eso de nuevo. Y tampoco creía soportar verlo desangrarse, llevarlo al hospital, esperar a que despertara sin siquiera poder estar en su habitación y sentirme completamente inútil porque no era la persona que necesitaba para sanar.

El único problema era su continua necesidad de hablar de nuestro pasado, parecía incapaz de escucharme cuando le pedía que se detuviera, no quería escuchar de nuevo que Wen no había querido un cachorro que no era suyo o que sus padres eran las peores personas en su vida, estaba tratando de comportarme de cierta manera y él me hacía todo más difícil al recordarme una y otra vez que la única razón por la que volvió a buscarme era porque nada resulto como esperaba. Era como si supiera que tenía una daga atravesada en el pecho y la empujara cada noche cuando decidía sentarse al lado del incomodo sofá donde dormía para preguntarme porque no le amaba de nuevo.

Ambos sabíamos que mi amor era un premio de consolación para él, no lo quiso cuando tuvo el de alguien más y tampoco podía ofrecerme lo mismo de vuelta, porque nunca llegó a amarme de esa manera, pero estaba triste tras la pérdida de su vida y necesitaba el consuelo de que alguien podía quererle. Dudaba que mi respuesta le gustara, porque no era una opción amarle de nuevo, cuando nunca dejé de amarle, era que estaba tratando de dejar de hacerlo porque me estaba matando tenerlo tan cerca cuando había deseado irme lo más lejos posible para dejar de ahogarme en mis sentimientos por él.

Exactamente como me sentía ahora con sus brazos a mi alrededor rogándome que me quedara a su lado, la ironía en la situación era desgastante y lo peor era que a diferencia de él, yo no podía negarme, ni darle la espalda como lo hizo conmigo.

— Suéltame — murmuré con el cuerpo tenso y aferrándome a la perilla, de pronto la rabia que sentía contra sus padres fue absorbida por su aroma que me envolvía sin darse cuenta lo malo que era esto para mí.

— No — susurró pegando su rostro a mi espalda y lo odie por recordarme como se sentía su toque sobre mi cuerpo.

— Nanon — advertí con los nudillos blancos, aferrándome al poco autocontrol que me quedaba, había pensado en subir a dejarle de comer antes de volver al jodido sofá que se convirtió en mi habitación.

— Te necesitamos aquí — susurró con la voz temblorosa y mi alfa atrapo su maldito aroma, Nanon no tenía piedad conmigo, de verdad no llegaba a comprender que lo que para otros era una sensación de calma, para mí se había convertido en una forma de tortura — Por favor — cerré los ojos con el cuerpo tan tenso que temía perder el control si continuábamos así y solté lentamente la perilla — Quédate con nosotros.

Podía sentir el miedo en su aroma, el estrés que había pasado desde que se encontró con sus padres y la desesperación que lo embargaba ahora, eran demasiadas emociones que sabía terminarían por hacerle daño, suspiré pesadamente sabiendo perfectamente que irme quizás me ayudaría a mí, pero él probablemente terminaría por enfermarse de nuevo. Mi abuelo solía decir que a veces era más fácil ceder por un mal mayor y el mismo Bright me había dicho como criaban a los omegas en ese lado de la ciudad, eran pequeñas criaturas que no sabían protegerse a sí mismos porque les enseñaron que alguien más debería hacerlo. Si yo no protegía a Nanon, nadie más lo haría.

Mío  || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora