Mío || OhmNanon

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CONSECUENCIAS

OHM

Apenas crucé la puerta de la casa me encontré con Win robando una rebanada de la pizza que había encargado en el camino, llevaba dos semanas tomando turnos matutinos en la tienda, pero casi nunca estaba a estas horas en la casa y me sorprendió con la bolsa de la farmacia en las manos, me dedicó una media sonrisa cerrando la caja sobre la barra de la cocina y señaló la bolsa que por fortuna era de papel, así que no podía ver que llevaba dentro.

— ¿Qué compraste en la farmacia? — me encogí de hombros acercándome para tomar la caja para llevarla a mi habitación.

— Aspirinas, tuve jaqueca toda la mañana — murmuré restándole importancia, asintió sin darle mayor importancia, volviendo a morder la rebanada que llevaba en las manos.

— Es el perfume de Yun, puedes comprar todos los estimulantes de feromonas que quieras, no se comparan con los de un omega de verdad — musitó yendo hasta su cuarto, había dos en el primer piso, tres en la planta superior, él era de los de abajo.

Una vez cerró su puerta tomé la pizza para subir a mi habitación, la puerta estaba cerrada con llave y Nanon tenía mis llaves, así que toqué dos veces esperando a que respondiera antes de que alguien más apareciera por el pasillo. Tardo unos segundos, pero finalmente escuché sus pasos sobre la madera y sus cabellos aparecieron por detrás de la puerta, tenía la nariz roja, los ojos adormilados y había cambiado su habitual sudadera con fresas, por una que sacó de mi armario que le quedaba demasiado grande.

— ¿Pudiste dormir? — murmuré cerrando la puerta con el pie, entregándole la caja de pizza para cerrar con seguro de nuevo, no quería a nadie haciendo preguntas sobre su presencia en la casa. Nanon asintió dejando la pizza sobre la cama, sin mostrar el mínimo interés en ella.

— Había un alfa en la sala cuando llegué, le dije que éramos amigos — susurró bostezando y tallándose los ojos, seguramente lo había despertado, fruncí ligeramente el ceño lanzando las pruebas a una silla mientras me deshacía de mi chaqueta y pensaba en quien podía haberlo visto — Dijo que tenías muchos amigos — añadió recostándose en las almohadas cuidando no tirar la pizza.

— ¿Cómo se llamaba? — se encogió de hombros batallando por no cerrar los ojos, el desesperado Nanon que había ido a buscarme al local, parecía haberse tomado un bote de calmantes y estaba poniéndome de nervios.

— Se fue muy rápido, dijo que iba a la escuela — explicó vagamente, suspiré asimilando que se había encontrado con Perth, al menos era el menos entrometido del grupo, de haber sido Win, ahora mismo lo tendría metido en el cuarto haciéndole preguntas sobre como nos habíamos hecho "amigos".

— ¿Has comido algo en todo el día? — murmuré dejando el tema de Perth por un ahora, teníamos otros asuntos que tratar y ese era el menor de mis problemas, de todas maneras, había llegado a la conclusión de que sin importar lo que dijeran las pruebas, tendría que hablar con todos para que Nanon pudiera quedarse aquí un tiempo. Si teníamos suerte y no estaba embarazado, quizás sus padres le perdonarían lo del tatuaje y le dejarían volver a su casa. El pelinegro negó con los ojos cerrados.

— No tengo hambre, solo quiero dormir — susurró con la voz ronca, había visto en la escuela los síntomas de un embarazo, el cansancio excesivo era parte del paquete, aunque quería creer que tan solo era por el estrés que había pasado durante el día.

— Compré las pruebas, creí que querrías hacértelas en cuanto llegara — musité tratando de llamar su atención, pero parecía haberse quedado dormido, podría despertarlo para que se hiciera las pruebas y salir de dudas de inmediato, pero no sentía correcto hacerlo cuando hacía unas horas estaba al borde de tener un colapso. Suspiré pesadamente quitando la pizza de la cama y sentándome en la silla apartando las pruebas de ella.