MY PINK STAR (Rowoon fanfic)

♪ Dance In The Mirror

Llegamos enseguida a su casa, y a decir verdad tenía una imagen muy diferente de cómo sería. Es que luego de asombrarme con la bio-arquitectura del domo, realmente esperaba algo mejor. Era una típica casa antigua de campo, rústica, con una entrada de grandes lapachos amarillos que me recibieron con una brisa helada, casi borrando la primavera. Salté de sorpresa al ver una planta con frutillas que estaban a punto; León leyó mis gestos y fue directo a recoger algunas, las puso en su remera doblada, como si fuera una especie de bolsillo, dejando ver su piel de chocolate, su abdomen específicamente y rogué que no vuelva a leer mis gestos. Según mis amigas, soy muy exagerada y no tengo ninguna habilidad para disimular.

Al ingresar fue directo a la cocina que estaba a la vista, era un ambiente abierto, espacioso, con living y comedor separados por diferencias en la altura del piso, se notaba que había sido restaurada. Mientras él lavaba las frutas yo me dispuse a abrir ventanas, dejando que ingrese la brisa y la luz, vamos, como si estuviese en mi casa. Las paredes eran del mismo color que los árboles, los muebles oscuros y plantas por doquier daban una sensación muy confortable.

Satisfecha por la limpieza y orden me desparramé en un sofá doble color oliva frente a un equipo de música; él colocó la fuente de frutillas en la mesa ratona que estaba a mis pies, en su mano traía una que me ofreció al sentarse a mi lado, agradecida la tomé y la comí de un bocado; no como hubiese preferido claro, lentamente y encima de él. A veces creo que las almas pueden estar en varias dimensiones a la vez, la mía estaba comiendo la fresa eróticamente de su mano, y la de León mirándome deseoso, como en mis sueños.

En un flash caí en la cuenta, ¿el hombre de mis sueños será él?, nunca pude ver su rostro, solo su sombría silueta, pero mi intuición me estaba advirtiendo algo...

Al volver a la realidad, él ya estaba de pie poniendo un vinilo, inmediatamente reconocí la melodía de ♪Creep, e inevitablemente comenzamos a movernos apaciblemente siguiendo el ritmo; tomó mi mano para pegar de un impulso mi cuerpo con el suyo para cantarlo juntos con suma complicidad, bailando graciosa y sensualmente; porque sí, puedo liberarme enseguida si me siento tan a gusto.

Disfruté esa tarde como si estuviera con un gran amigo, una que otra vez parecía que el tiempo se detenía, dando lugar a nuestros curiosos ojos, explorando los cuerpos con deseo, y al encontrarse prendía fuego las mejillas, dibujando una inevitable sonrisa; incluso a veces en el silencio nos rozábamos con alguna caricia, despertando mezcladas sensaciones de ternura y excitación. Si alguien nos estuviera espiando con una cámara infrarroja, nos vería completamente anaranjados del calor. Podía sentir chispas eléctricas en mi interior, que me daba algo de vergüenza ya que jamás había experimentado algo parecido, ¿acaso recién nos conocíamos?, ¿o quizás era cierto que nuestras almas llevaban mucho tiempo juntas?

No podía descifrar qué clase de hechizo utilizaba este hombre, pero desde que nos encontramos, me mantenía completamente presente.

—León, ¿ya vas a contarme cómo es eso de que nos conocemos de otras vidas?

—De otras vidas no, Lyra, nos conocemos de toda la existencia. Hemos estado juntos en nuestro hogar desde siempre; en ocasiones, una parte nuestra experimenta en otros reinos. Esta es tu primera vez aquí como humana, ¿seguro no recuerdas nada?

—Recordar no, pero desde pequeña me creía una extraña en este lugar, sentía que el cuerpo me pesaba mucho y que todo a mí alrededor estaba demasiado alterado, lo único que me aliviaba era quedarme en silencio o acompañada de la naturaleza, esa paz era mi único refugio. ¿Así que es mi primera vez acá? Quizás por eso no funcionaba en este sistema, todo me parecía aburrido, incómodo o mal hecho. Sabía que debíamos cambiar muchas cosas, pero ni mis amistades, ni mi familia compartían esa forma de pensar, o esa preocupación.