MY PINK STAR (Rowoon fanfic)

♪ The Other Side

Desde la llegada de León a mi vida terrenal, las cosas me iban saliendo demasiado bien, demasiado. Y cuando el cosmos, o lo que sea que esté al mando, te ve muy cómoda y a gusto, les aseguro que alguna sorpresita está preparando. Quizás sea para que uno siga aprendiendo, algo así como avanzando de curso, igual ya no me preguntaba si alguna vez me graduaría, había repetido muchas lecciones, había superado otras tantas, pera ya vieron cómo es, ¿no?, cuánto más sabes, más difíciles se ponen las pruebas... al menos por ahora no me estaba rindiendo.

El bosque estaba oscuro y gélido, me levanté del piso con los últimos restos de energía que me quedaban; solo había barro bajo mis pies y árboles muy altos sobre mi cabeza, que no me dejaban ver el cielo.

—¿Dónde estarás Chandra?

Todo mi cuerpo dolorido quería escapar de allí, comencé a sentir su aroma y el ruido de las olas que chocaban violentamente, indicándome que ya estaba cerca. Y de un segundo a otro llegué, frenando de golpe ante un enorme acantilado, delante de mis ojos no solo estaba el sombrío océano, también un frondoso árbol de flores y corteza roja como la sangre, y la luna llena profundizando mi dolor. El árbol comenzó a crecer haciendo un ruido ensordecedor, caí de rodillas y rompí en llanto.

—¿Hasta cuándo? ¡¿Hasta cuándo y hasta dónde debo llegar?!

♭

—¡Lyra! ¡Lyra despierta!

¡Pesadilla, solo era una pesadilla! ¿Por qué se sentía tan real? Angustiada le conté a León para deshacerme de esa angustia, pero la preocupación en su rostro aumentó mis escalofríos. Recordé mis años de pesadillas a diario, y cómo me volví experta en reconocerlas dentro del sueño, entonces hacía una gran fuerza con mi cuerpo y lograba despertar, pero esa sensación perduraba por el resto del día. Esta vez no entendía por qué había soñado algo así, esos días fueron maravillosos, quizás no tendría que haber escuchado tantos mitos y leyendas hawaianas. Aunque recordé que era 21 de junio, día de eclipse solar, seguramente eso me había afectado.

Ya que mi lobito por primera vez no me había ayudado en absoluto, me fui a dar una ducha reparadora, en esa ocasión elegí para mi show íntimo cantar ♪Valerie, de Amy, ella traspasó tiempo y espacio para hacerme sentir mejor. Al salir del baño, tropecé por cruzar mi vista con el reloj.

—Perro, dormimos todo el día, ¿tenemos algo de comida para preparar? En cualquier momento llegan tus padres, ¿qué vamos a hacer?

—Tranquila mi alma, he dormido solo un par de horas, tengo todo listo.

—Ah, ¿y entonces qué puedo hacer?

—No puedes preguntarme eso completamente desnuda. Podrías empezar por besarme y luego...

No dejé que termine su frase, le comí la boca como de costumbre, era lo que más disfrutaba de tener un cuerpo físico. Además, en mi pasado jamás tuve la oportunidad de sentirme con el derecho de besar, acariciar, abrazar o tomar de la mano a alguien, en cualquier momento y lugar. Él era todo mío y yo era completamente suya, y aunque suene patético, me encanta sentirlo así.

Mi toalla cayó al piso, sus manos se preparaban para apoderarse de mí, pero un desgraciado timbre nos sobresaltó.

—Nooooo, ¿ya llegaron?

—Mi bella mujer tiene muchas ganas de estar con sus suegros, por lo visto.

Riendo se fue a recibirlos y yo de mala gana a vestirme. Más allá de mi lujurioso deseo que había sido bloqueado, me ponía feliz que pudieran estar con su hijo, aunque su relación no era básicamente familiar, sentían mutuo amor y era muy grato estar con ellos. Pasamos un cálido día en el patio, a pesar de que León tuvo que ser nuestro traductor, ya que no hablaban ni siquiera una palabra en inglés, mucho menos español; igual pudimos traspasar la barrera de idiomas con gestos y música. Orgullosos intentaban contarme las aventuras y travesuras de Rowoon cuando era pequeño; también su madre me enseñó a cocinar un pudín japonés de coco, el postre preferido de León. A pesar de haber pasado simplemente la primera parte de su vida con ellos, sabían mucho de él, se notaba el enorme cariño que se tenían.