MY PINK STAR (Rowoon fanfic)

♪ If I Knew

La gigante luna llena se acercaba por el ancho océano, sus reflejos de luz iluminaban aún más mi cabello naranja, las hojas de las palmeras danzaban, creando una melodía en armonía con el oleaje del mar. La noche era muy cálida, mi cuerpo desnudo en la arena recibía la brisa entre mis muslos, subiendo por mi ombligo, y como un acto reflejo respire hondo para llevarla dentro, exhalando excitada de sentir todo el paisaje en mí. Apoyé los antebrazos para verlo salir del agua, sacudiendo su pelaje blanco, acercándose con sigilo; hasta que su imponente presencia se sentó a mi lado, bajó sus orejas y lo abracé...

—Lyra, ya estoy aquí mi alma...

León me estaba abrazando, sus labios le hacían cosquillas a mi cuello, estaba muy somnolienta como para reaccionar, no entendía cuál era real, si el lobo o el hombre, ya que se sentían igual... casi podía afirmar que era el de la playa, hasta que volvió a decir mi nombre acariciando mi vientre, entonces desperté repentinamente de mi perfecto sueño, o viaje astral, quién sabe.

Me volteé y vi su precioso rostro sonriente, lo abracé fuerte empapándome de su aroma y nos fundimos juntos en un sueño.

¡Me alegró tanto su vuelta! Estar a su lado era fácil y placentero, para él todo era magia y novedad, hasta las actividades más simples como limpiar la casa se volvían meditativas o divertidas, compartiendo la música como algo indispensable para ambos, parecíamos nuevos humanos descubriendo el mundo, y en parte así era. Pero mi adicción al drama ya estaba reclamando confrontar, o quizás era mi marte en Aries, buscando inconscientemente alguna razón para discutir; aunque nunca conseguía que me siguiera el juego, tomándoselo en broma o para bien, entonces sacaba mis uñas entrenando yoga bien power, aun así no me sentía realmente saciada, por lo que había decidido alistarme a boxeo y canalizar mi energía allí.

En mi segunda clase, al salir del gimnasio que estaba en el centro del pueblo, puse a los One Ok Rock en mis oídos y comencé a caminar con el impresionante ritmo de ♪We are, haciendo tiempo hasta que León me recogiera para volver a casa. En la siguiente cuadra, alguien que venía caminando frente a mí me quitó el aliento.

Era mi mejor ex cliente nocturno, y no lo era por la cantidad de regalos que me hacía, sino por la química que teníamos.

Al vernos ambos reaccionamos, él contento y yo culpable, no sabía de qué, pero así me sentí y rogaba que me saludara de lejos.

—¡Nataly, mujer que hermosa estás!

Ok, ese tipo me seguía alterando el pulso. Pintó un beso en la mitad de mis labios y con su mano un poco más abajo de mi lumbar, me acerco a su cuerpo. Tuve que esforzarme para alejarlo sutilmente.

—Gonzalo, qué bueno verte, ¡también estás increíble!

—Reina, todavía no supero tu huida «...el aire se hizo todo azúcar con su voz...», ¿te acordás?

Claro que recordaba las canciones que me cantaba el muy pillo.

—Más que una huida fue una salida, y no tengo pensado volver, lo siento.

—Fue una huida para mí, porque no me diste la despedida, me la debés ¿Te gustaría ir a mi casa y tomamos algo?

Finalizó sus palabras tomando mi cara, yo estaba algo embobada en su oscura y seductora mirada, que siempre me había hecho elegirlo entre tantos otros, pero una mano apartó su brazo bruscamente.

Era León, lo estaba aniquilando con la mirada, sus ojos ya estaban amarillos y su pecho agitado, esto iba a terminar mal.

—¿Y vos quién sos gil?