Capítulo 11: ¿Te arrepientes de todo?

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Flotar en medio de una oscuridad era inusual. Le angustiaba, pero poco a poco iba adaptándose a ella, como una acompañante piadosa y calmada que miraba desde la lejanía con los ojos de la paciencia.

Hacía tiempo que no se sentía así de relajada. Era como si su cuerpo estuviera sumergido en medio de un océano donde no podía ver nada, si quiera la luz de sol que intentaba brillar con todas sus fuerzas.

No era la muerte, sabía que no era así porque sentía todo su cuerpo. Manos y pies, las pulsaciones lentas y la respiración relajada de una chica que durante dos años tuvo que aguantar de todo para proteger a los suyos.

Era tan tranquilo, pero cuando abrió sus ojos, se encontró con algo que la dejó sin palabras.

—¿Te tranquiliza tanto estar inconsciente? —preguntó la anomalía.

Frunció el ceño y la miró desafiante.

—Toca esa caja de nuevo y te mataré.

—Pensé que había un pacto de no hacemos daño. Creí... que éramos amigos.

Andrea se quedó en silencio ante sus palabras. Se quedó analizándolo en silencio y tragó saliva con dificultad.

—Tú sigue durmiendo —continuó la anomalía—, pero no voy a olvidar lo que has hecho en Suqueia. Nadie lo hace. Por ello me fuerzas a estas acciones.

Vio como la anomalía se movía de nuevo hacia la caja. Andrea se movió bruscamente y logró agarrarla. La tiró contra el suelo y se puso encima suya, mirándola con los ojos consumidos por la rabia, respirando con total dificultad.

—Ni hablar —contestó en un tono amenazante—. Como la toques, yo...

—¿Vas a matarte con tal de sacarme de tu cuerpo? —interrumpió. Andrea abrió los ojos con asombro—. Te conozco, Andrea. Sé tus palabras. Sé tu impulsividad. En su momento me asustó, ahora... solo me demuestras una falta valentía que tarde o temprano descubriré.

 solo me demuestras una falta valentía que tarde o temprano descubriré

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Observó todo su alrededor. Una comisaría. Era muy inusual el diseño que tenía. No era de hielo como creía, aunque tampoco tenía sentido siendo Tron-Axt donde la tecnología era presente en los edificios lujosos que la rodeaban. Aun así, no se sentía incómoda, pero veía ineficiente que las celdas fueran de hierro en vez de hielo.

Ahí pudieron ver a Morgan y Andrea, quien esta última se había quedado dormida. No dijo nada, tampoco era que pudiera ante las preguntas intensas de Yue a Morgan.

—¿No sabes nada de nada? —preguntó Yue con desespero. Morgan negó con su cabeza—. E-Ellos siempre iban a ti, es lo que dijiste, ¿c-cómo es posible que ese d-día no te encontraras con ellos?

«Kimi y Kano fueron atacados antes de llegar a mí, y era mejor que no me vieran sino, posiblemente los habría matado... o algo peor», explicó Morgan.

V.II - Saga Juntos o Muertos - Regresemos como héroes [G.O]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora