Capítulo 36: Regresar como un héroe.

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Anais y Lun estaban atentos a su alrededor, les era inusual que los bosques transmitieran una paz poco propia a lo que vivieron antes. Sentían que era una trampa más, por lo que estuvieron atentos a cualquier movimiento a la vez que sus oídos escuchaban todo.

La joven miraba hacia Lun con cierto asombro. Telas e hilos eran la creación del ser alto de pieles marronáceas un tanto sucias. Sujetaba la aguja con decisión en su mano derecha como si fuera un arma, observando a su alrededor mientras su mano izquierda protegía con cuidado lo que eran pequeños muñecos de Lucas y Ann, atados por una cuerda.

Creía que ellos dos aún estaban conscientes mientras Lun se mantuviera con vida, por lo que tendría que ir con cuidado con las acciones que tomara.

Agarraba su arco con decisión mientras avanzaban porque sí, habían decidido avanzar en busca de los documentos en vez de esperar. Y sabía que era arriesgado, era consciente de que cada paso que daba era un peligro que iba aumentando a más, pero sentía que no podía perder más tiempo. Ahora que las anomalías parecían haberse debilitado, tendrían que aprovechar el momento.

«Lun me prometió que sería mis oídos, pero sé que no serán como los de mi hermana. Debo estar atenta de igual forma», pensó, observando como el bosque parecía tomar vida propia por culpa de la oscuridad en la que estaban envueltos, donde la Luna no era testigo de sus acciones.

Tuvo la idea de usar una flecha para iluminar su camino, pero no fue tan necesario cuando una brisa brusca movió su cabello sin permiso, provocando que ambos se giraran y vieran a la lejanía un brillo amarillento que les dejó sin palabras. Anais agudizó su vista, confirmando lo que les parecía imposible.

—S-Son los documentos...

Lun fue el primero en reaccionar, yendo a por los documentos sin pensarlo dos veces. Anais despertó de sus pensamientos, intentando detenerle porque temía que pudiera ser otra trampa. ¿Qué hacían ahí? Se encontraban en medio de los bosques cuyo alrededor parecían formar un círculo perfecto, una trampa perfecta que cualquiera podía caer, pero que al parecer a Lun no le importaba por culpa de sus ansias de acabar con el problema.

Al no poder alcanzarle, preparó varias flechas para dispararlas, rodeando a Lun de los posibles ataques que recibiera, pero para su sorpresa, nada le habría ocurrido. Llegó y agarró los documentos con una posición de alivio y orgullo.

—¡Los tenemos! —gritó Lun.

Anais sintió la emoción recorrer su cuerpo mientras avanzaba a la mayor velocidad posible, cayendo lágrimas al saber que por fin habían terminado con el problema. Ya enfrente de Lun, pudo agarrar los documentos con sus manos, apareciendo miles de palabras que no las podía comprender.

—¿Q-Qué es esto? —susurró Anais.

Se veía envuelta en lo que parecía ser una dimensión distinta, una en donde sus ojos observaban la luz rodearla poco a poco junto a esas palabras que no comprendía. Sentía que estaba envuelta por la pureza junto a los misterios de un documento que le parecía enseñar algo más que el planeta.

Aquella realidad tan inusual no la había vivido Lun, que se preocupó al ver como los ojos verdosos de Anais cambiaban a unos totalmente azules, como si fuera consumida por los documentos que le parecían hablar. Angustiado, intentó despertar a Anais como mejor pudo, pero se dio cuenta de que no reaccionaba.

—Es lo que tiene ser alguien de raza pura.

Y que, por desgracia, estuvieran rodeados.

Lun se puso en posición, agarrando a Anais para evitar que recibiera golpes graves. Usaba la aguja como una espada, mirando en los bosques donde se encontraban escondidas las anomalías que los rodeaban, mostrando los ojos sin vida junto a una sonrisa llena de crueldad, una que a Lun no le gustó.

V.II - Saga Juntos o Muertos - Regresemos como héroes [G.O]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora