De camino al almacén, Lania se dio cuenta de los nervios de Anais al mirar hacia su nuevo collar. Esto hizo que sonriera, recordando la vez que fue una simple aprendiz de su arma y todos los secretos que la rodeaban. Anais era igual que ella cuando solo era una joven de catorce años.
—¿Qué es lo que sabes del universo, Anais? —preguntó Lania, escuchando el crujir de las hojas que había en su camino.
—Muy poco, por no decir que recién estoy entendiendo vuestros términos y todo esto de tener un poder —respondió Anais.
—¿Sabes cómo funciona un arco o el uso de energía?
—No...
Lania suspiró con paciencia para luego mirar desde la lejanía el almacén. Frenó sus pasos, provocando que Anais la imitara.
—Entrenaremos aquí, voy a enseñarte todo lo que aprendí como cazadora, así que estate atenta —le pidió Lania.
—¡Entendido!
El día era soleado sin que el viento las interrumpiera, por lo que sería un día genial para poder practicar el tiro con arco. Lania ponía sus manos en sus caderas, para al final invocar su arco en un gesto suave hacia el suelo, apareciendo en su mano derecha un guante dorado seguido de su arco que iba formándose gracias a las luces que se movían con encanto y cuidado.
Anais miraba esto con gran asombro, viéndose el brillo detrás de sus ojos.
—Veamos Anais, ¿qué debes de tener en cuenta cuando disparar? —preguntó Lania.
—Uhm, ¿no dudar?
—Esa es una de las primeras bases que tienes que tener en cuenta. Dudar hace que el enemigo tenga más ventaja sobre nosotros, en especial contigo, que eres una arquera de apoyo, no de ataque —explicó Lania.
—¿Apoyo? —repitió Anais.
—Los arqueros de apoyo ceden su energía que les sobra de su cuerpo, la generan sin querer y por ello deben desprenderla de su cuerpo, ayudando a sus compañeros o disparando al enemigo con una energía que sea negativa para su cuerpo —respondió Lania.
—Oh, creo que voy entendiéndolo, mi tarea es ayudar desde lo lejos, no atacar, ¿verdad?
—Puedes atacar con tus flechas, pero te es mejor apoyar a los aliados, sobre todo a Andrea porque necesitará tu ayuda en combate y dudo mucho que se separe de ti —aclaró Lania mientras miraba su arco—. Los arqueros de apoyo son seres que deben gastar su energía, sino es posible que empiecen a desangrarse.
—¿C-Cómo?
—Al tener tanta energía, no son capaces de mantenerse de pie por el cúmulo que no expulsan. Cuando desangran, normalmente es por la boca, nariz, orejas... Creo que me entiendes —respondió Lania, mirando a otro lado con sus ojos sin querer entrar a muchos detalles—. El asunto es que, si sangras, es porque expulsas esa energía que contienes.
—Ahora entiendo por qué me sangraba tanto la nariz, ¡y-y me sigue pasando! —murmuró Anais.
—Eso es porque contenías poder y no lo liberabas —contestó Lania con una sonrisa—. Hay casos excepcionales, a veces los arqueros ven conveniente guardar la energía para usarla bruscamente en situaciones de emergencia.
—¿Cómo por ejemplo?
—No sé de muchos casos específicos, en mi caso soy una arquera de ataque, lo habrás visto porque puedo mantener una batalla contra gente como Mikuro o Andrea —respondió Lania para luego poner la mano en su barbilla—, pero, si mal no recuerdo, hubo casos muy especiales donde los arqueros de apoyo eran capaces de revivir a sus compañeros, curarlos a todos en medio del combate, regresar al pasado de una forma temporal y miles de milagros.
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V.II - Saga Juntos o Muertos - Regresemos como héroes [G.O]
Acción¿Necesitabas cualquier arma, magia u otro tipo de objetos como muebles, comidas o bebidas? El código 006 era conocido por ser un mercado extrasistema donde todo tipo de razas se reunían para vender sus pertenencias o fabricaciones para conseguir un...