Prestar atención no era algo que Andrea se le diera bien del todo, en especial cuando repetían mil veces. Le era cansino de que sus tíos, Lania y Zarik, le dijeran que tenían que ir con cuidado y fueran hacia el centro de estudios de Tron-Axt.
Era consciente de que la ciudad era reinada por la angustia tras lo ocurrido en el mercado. Todo pasó como un suspiro, acabando con anomalías que destruyeron todo a su paso y reinando la mitad del continente.
Una parte de Andrea pensaba que era exagerado, pero las veces que fueron por el este de Tron-Axt, vieron varios de los Noilens —la raza originaria de Extra-Sistema—, vigilaban tras los muros que se habían alzado, delimitando la ciudad y el mercado. Era incluso sorprendente que algunos de los jóvenes se vieran obligados a entrenar para defender Tron-Axt.
—Te pido que vayas con cuidado y no vayas generando problemas, Andrea —le pedía su tía Lania, cruzando sus brazos cubiertos por una tela sedosa de colores blancos.
—Por dios, Lania. Ya son como seis veces que me lo has dicho, te pareces a mi madre —le recriminó Andrea, frunciendo el ceño—. Lo entiendo, tranquila. No haré nada, solo iremos a clases y ya.
—Eso espero —murmuró Lania, soltando un suspiro largo para luego mirar a Anais—. A ti te pido que por favor, no te separes de ella, ¿entendido?
La menor afirmó con su cabeza.
Mientras preparaban todo para poder ir al centro de estudios, vieron como Zarik pasaba a su lado con su vestimenta de siempre que cubría su cuerpo entero, a excepción de su rostro, dejando a relucir esos ojos rojizos que a cualquiera le daría escalofríos.
—Debo irme con los demás Noilens, pidieron mi asistencia porque detectaron una presencia inusual en el mercado —informó Zarik hacia Lania.
—¿Seguro que podrás solo? —preguntó Lania.
—Tranquila, tu ve con los demás, necesitaban tu asistencia para curar y entrenar a algunos de los Noilens con sus poderes, ¿no es así?
Lania suspiró con pesadez. Andrea la miró de reojo con cierta discreción.
—No sé nada sobre sus poderes y el líder Agnis... —susurró Lania.
Andrea agradecía tener un oído muy desarrollado que le permitía escuchar los susurros más suaves posibles. Durante todo este tiempo, se mantuvo las conversaciones que tenían, enterándose de que la situación en Tron-Axt no era tan fácil como creía. No solo eso, sabía que algo inusual había ocurrido con sus padres.
Según le dijeron, habían muerto por proteger a los demás, pero no se creía esa historia. Tenía una corazonada, creía que en verdad sus padres estaban vivos, pero en otro planeta, pero de ser así, ¿por qué no las llevaron?
—Andrea, Anais —llamó Zarik con seriedad—. No perdáis tiempo, vuestras primeras clases empiezan en poco.
—De acuerdo —respondió Andrea con cierto cansancio.
Le era angustiante la situación y sabía que las cosas no iban tan bien como querían pintarlo. Aparte, Andrea se conocía —más o menos— y sabía que si veía que su hermana en peligro, se pondría en medio para protegerla a pesar de no saber atacar bien como los demás.
Era muy intensa, sobre todo cuando intentaban hacer daño a su hermana, ¿el motivo de ello? No lo recordaba bien. En general, las dos no se acordaban ni la mitad de las cosas. Una coincidencia estúpida de la que se avergonzaban, pero que Lania y Zarik lo asociaban con el trauma ocurrido en el mercado.
«Aun así no me pienso quedar de brazos cruzados», decidió Andrea, apretando sus puños que estaban escondidos en los bolsillos de su chaqueta roja.
Así pues, se pusieron en marcha hacia el centro de estudios de Tron-Axt, encontrándose con la ciudad consumida por el temor. Andrea pudo escuchar los murmullos de los Noilens —entre otros— que fueron testigos de todo.
ESTÁS LEYENDO
V.II - Saga Juntos o Muertos - Regresemos como héroes [G.O]
Aksiyon¿Necesitabas cualquier arma, magia u otro tipo de objetos como muebles, comidas o bebidas? El código 006 era conocido por ser un mercado extrasistema donde todo tipo de razas se reunían para vender sus pertenencias o fabricaciones para conseguir un...