Son las 5 de la mañana y lo primero que escucho al despertar son los gritos de mis hermanos peleando por quien va a usar la ducha primero, como todos los días, así que salgo y les pido que bajen la voz porque me trasnoche estudiando por lo que necesito dormir bien antes de mi competencia de boxeo. Sin embargo, mis hermanos solo me ignoran y siguen discutiendo hasta que el mayor logra empujar al otro y entrar al baño.
En un instante llega el silencio y me recuesto nuevamente con la esperanza de poder dormir un poco más, pero a los segundos de cerrar los ojos mi nana entra y me recuerda mi cita médica de hoy, la cual había olvidado por completo y debo estar en el hospital a las 7:30.
Rápidamente, me levanto de la cama, le agradezco a mi nana por recordarme y bajo al gimnasio para entrenar ya que si no lo hago ahora no voy a poder hacerlo hoy. Termino a las 6:30 y aun con el sudor recorriendo mi cuerpo, entro a la ducha para tomar un baño con agua helada debido a que mis hermanos siempre se acaban el agua caliente y después me alisto rápidamente para luego salir e ir junto a mi nana a la cita médica.
Por suerte no hay tráfico y llegamos justo a tiempo por lo cual solo esperamos 10 minutos antes de ser llamados por mi doctora de siempre, la doctora Diana, quien es muy dulce conmigo pues ha sido mi doctora desde que era un pequeño niño de tan solo 6 años.
—¿Cómo va todo, Chris? —me pregunta Diana con su cálida voz.
—Muy bien, solo el estrés por los estudios de siempre y los dolores del entrenamiento —respondo.
—Me encanta que seas buen estudiante y un amante del deporte, pero recuerda que todo en exceso es malo.
—Lo sé, no te preocupes. Ya estoy acostumbrado a mi forma de vida.
Diana me mira con desaprobación, pero también sabe que no vale la pena gastar saliva conmigo. Desde que es mi doctora me ha atendido por diversos desmayos o enfermedades causadas por exceso de trabajo, estrés, no comer o falta de sueño y también multitud de lesiones, fracturas o moretones como consecuencias de mi vida fitness o el boxeo.
Lo de hoy es una cita rutinaria que debo realizarme cada mes y por lo mismo ya la conozco de inicio a fin. Primero me pesan y mantengo el mismo peso desde hace 4 años, es decir, 70 kg. Después me miden y para mi sorpresa e crecido un centímetro por lo cual ahora mido 1.68 m. Continuamos midiendo mi presión y revisando los latidos de mi corazón que son completamente normales. Lo único diferente es que debido a que ya han pasado 6 meses desde mis últimos exámenes, Diana me envía a sacar sangre en el consultorio de al lado y me dice que me enviara los resultados por correo.
Saliendo del consultorio me despido de Diana y me pide que llame a su siguiente paciente, así que antes de marcharme grito el nombre de Natasha Petrova.
Mi nana me deja en la secundaria a las 9 y me entrega la excusa médica para después marcharse. En la entrada, el guardia no quiere dejarme entrar a pesar de que me ha visto miles de veces en la escuela, pero por suerte llega Juanca y le dice que me deje entrar por lo cual no tiene más opción que hacerlo.
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Fugitivos
Random¿Te imaginas tener una vida de mierda, llena de personas que solo la hacen peor y un sentimiento de soledad inmenso? Pues los 6 adolecentes de esta historia no tienen que imaginarlo ya que esta es su realidad. *** Chris, Joan, Daphne, Natasha, Carol...