15. Inicio del desenlace

11 0 0
                                    

Los demás ingresan al departamento y con solo ver mi rostro pueden adivinar lo que ha sucedido, pero aun así Joan quiere confirmarlo y sin querer desato mi enojo con él, gritándole que no haga preguntas estúpidas, que piense por primera vez en su ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los demás ingresan al departamento y con solo ver mi rostro pueden adivinar lo que ha sucedido, pero aun así Joan quiere confirmarlo y sin querer desato mi enojo con él, gritándole que no haga preguntas estúpidas, que piense por primera vez en su vida y que no tengo ganas de aguantar sus idioteces. Después, utilizo mis poderes y corro hasta el primer lugar que se me viene a la mente, terminando en mi antigua casa viendo a la dulce familia que se encuentra dentro y me siento peor, porque Natasha es mi familia y ya no está.

Detesto ver a quien fue mi padre feliz junto a su esposa mirando la televisión, así que tengo un gran impulso de atravesar la pared para darle una paliza mientras le grito que no se merece su actual vida. Mas antes de cometer una locura, un bebé llora y su padre lo levanta para cantarle una canción de cuna junto a su madre.

Entierro mis uñas en la palma de mi mano y me autocontrolo para salir rápido de donde me encuentro, corriendo hasta el parque donde pasaba tiempo con mi mejor amiga en nuestros días de tratamiento y ya allí trato de calmarme, pensando en cómo rescatarla y esforzándome por no pensar en las peores posibilidades.

El lugar se siente cálido, me hace sentir que Natasha me acompaña, el clima está fresco y el silencio es pacifico. Desafortunadamente, esto dura poco y cuando abro los ojos Joan se encuentra sobre mí, causándome molestia con su sola presencia y haciendo que lo aparte de mala gana con un gran empujón sin disculparme después.

—¿Qué haces aquí? —cuestiono, colocándome de pie.

—Creo que no deberías estar solo y quiero ayudarte.

—Si quieres ayudarme, déjame solo.

Joan toma mi mano y me jala para que nos sentemos en una banca, cedo y tomo asiento junto a él, sin embargo, a penas habla vuelvo a colocarme a la defensiva y a tomar distancia.

—Te entiendo, entiendo lo que sientes —declara.

—Claro que no —vocifero —. No he podido salvar a mi mejor amiga, mi única familia.

—Sé que te sientes frustrado, pero no te desquites conmigo —levanta la voz —. Te recuerdo que yo también perdí a Daphne, mi novia.

Siento una fuerte punzada y es como si unas pocas palabras me hicieran volver a la realidad, dejándome en claro que debo dejar de vivir en una fantasía. No solo recuerdo que Joan tiene novia, sino también que nos volvimos a juntar para rescatarla a ella, cayendo en cuenta que todo este tiempo he estado olvidando ese hecho para no sentirme mal con lo que sucede con Joan.

De inmediato, vuelvo a pensar de manera lógica y me doy cuenta de que para Joan seguramente fui una aventura, su entretenimiento en la ausencia de su novia y que lo más probable es que cuando la rescatemos solo voy a quedar en el olvido, porque siempre he sido solamente un juguete o un pasatiempo y no pienso seguir siendo uno.

Por desgracia, honestamente yo sí estoy enamorado de Joan y me duele que la ilusión que tenia se esté desmoronando, haciéndome sentir como basura y tener sentimientos tan horribles hasta el punto de odiarme a mí mismo, a él e incluso a Daphne quien tengo en claro que es la menos culpable en todo esto ya que fui yo quien se metió con su novio cuando ella seguramente la está pasando horrible.

Fugitivos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora