¿Te imaginas tener una vida de mierda, llena de personas que solo la hacen peor y un sentimiento de soledad inmenso?
Pues los 6 adolecentes de esta historia no tienen que imaginarlo ya que esta es su realidad.
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Chris, Joan, Daphne, Natasha, Carol...
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El viaje escondidos en la camioneta de un desconocido fue bastante largo, pero pudimos descansar antes de finalmente llegar a Kaphia y ahora podemos salir del auto sin que el conductor nos vea, porque se ha detenido a comprar gasolina a unos pocos metros de nuestro primer destino en la ciudad antes de ir por Caroline.
Debido a que no tenemos mucho dinero, caminamos detrás de Natasha todo el camino hasta el hotel donde vamos a quedarnos nuestro tiempo aquí y cuando llegamos junto a Joan me llevo la sorpresa de que es un hotel 5 estrellas con un aspecto lujoso, de varios pisos y decoraciones de oro.
Le pregunto a Natasha, mientras nos adentramos en el lugar, cómo vamos a pagar el hotel si seguramente no nos alcanza ni para una botella de agua. Ella responde que no debemos preocuparnos porque tiene acceso gratuito a todo un piso y dos habitaciones a su nombre. Me genera curiosidad saber que hizo para obtener esto, pero antes de poder pedirle que me diga, Joan se me adelanta.
—¿Cómo conseguiste este lugar?
Natasha nos cuenta que hace algunos meses se encontró con un chico llamado Andrew que estaba de paso con su mejor amiga llamada Alex y una noche se encontraron en la universidad donde estudia Caroline, cuando un chico colocó algo en la bebida de la chica y aunque ella intentó avisarle debido a la multitud que había no alcanzó a llegar antes de que se la bebiera. Sin embargo, cuando el tipo intentaba llevarse a Alex que ya estaba perdiendo el conocimiento, Natasha intervino y se la llevó junto a Andrew a su habitación en este hotel, la cuidó toda la noche y cuando despertó ellos ya no se encontraban, pero le dejaron una nota que decía que la habitación 512 y 513 eran su muestra de agradecimiento junto acceso gratuito a el restaurante, piscina y demás lujos de aquel piso.
No me sorprende que Natasha hubiera hecho todo lo que dice y en realidad me alivia que no tuviera que hacer o soportar nada malo para obtenerlo, pues en mi mente ella seguía siendo mi amiga frágil que debía soportar el abuso de hombres asquerosos para conseguir dinero para cuidar a su abuela, pero ahora tengo claro que esa chica débil ya no está y que esa horrible vida a quedado en el pasado.
—Yo tomaré la habitación 513 y ustedes la 512 —declara Natasha.
—¿No puedo quedarme contigo? —le pregunto.
—No —responde de manera seca, antes de adentrarse en su habitación.
Con mala cara me adentro junto a Joan en la otra habitación, sin embargo, al ingresar completamente mi desanimo desaparece puesto que frente a mis ojos hay un gigantesco lugar con olor a nuevo, vista a la ciudad, una enorme cama demasiado cómoda y una pantalla casi tan grande como la pared en la que se encuentra.
Me entra la curiosidad por saber cuánto cuesta el lugar donde estoy y entro a internet, encontrando que este hotel es uno de los más baratos pues no sobrepasa los 10.000 dólares la peor habitación y el piso en el que nos encontramos que es el más costoso solo cobra 80.000 dólares la noche. Quedo con la boca abierta al ver que en la página estos precios son considerados baratos y me queda claro porque Kaphia es considerada la ciudad más costosa de Shamy.
