Mi turno ha llegado y debo enfrentar mi pasado para poder empezar de cero ahora que estoy de regreso en la Tierra, pero, aunque sé que en comparación con los problemas de los demás el mío es una estupidez no puedo evitar tener miedo de lo que voy a encontrar.
Le pido a los chicos que esperen en la acera en la casa del frente y junto a Natasha, toco el timbre de mi casa y espero unos cuantos segundos antes de que alguien desconocido abra la puerta.
—¿Quién eres tú? —interrogo.
La mujer frente a mí, quien trae a un bebé en brazos, me observa confundida para después abrazar fuertemente a su bebé y llamar a su esposo. Luego se esconde detrás de él y me paralizo al ver que es mi padre, el cual tiene una amplia sonrisa en su rostro y un brillo en sus ojos que nunca había visto, además, utiliza ropa hogareña en lugar de los trajes que jamás se quitaba y sostiene un carrito de juguete que recuerdo anteriormente estaba en mi habitación.
—¿Qué necesitas, jovencito? —me pregunta, el hombre que ya no es mi padre.
Mis manos me sudan y Natasha trata de tranquilizarme, pasando su mano por mi espalda, pero simplemente las palabras no me salen, debido a que aun cuando él ya no me recuerda, el temor que le tengo al hombre frente a mi es muy fuerte.
Como no puedo si quiera enfrentarlo, solo doy media vuelta después de disculparme por molestar y la mujer empieza a cerrar la puerta. Sin embargo, cuando estoy a punto de abandonar la terraza todo se queda en silencio y el mundo se detiene, literalmente.
Joan se levanta y me dice que no debo quedarme con la duda de cómo es la vida sin mi existencia, así que como no puedo hablar con mi padre, él decidió ayudarme.
—Solo entra y mira —es lo único que necesito escuchar para tomar valor.
Abro nuevamente la puerta, paso entre la mujer y su esposo, ingreso a la sala y puedo notar al instante lo diferente que es la vida del hombre que era mi padre.
Ahora la casa está llena de fotos de aquella mujer junto al pequeño que tiene el mismo nombre que yo y una que otra de los que eran mis hermanos mayores junto a sus novias, lo cual me duele un poco porque anteriormente las únicas fotos que había en mi casa eran de los lugares que mi padre visitaba cuando viajaba por trabajo. También hay un cálido aroma a lavanda, en lugar de el de humedad con el que crecí, que acompaña perfectamente el colorido lugar lleno de juguetes.
Encuentro cartas en la mesa del comedor que quienes eran mis hermanos le escribieron al que era mi padre, contándoles sobre los últimos premios que obtuvieron y agradeciéndole porque gracias a su apoyo, amor y a toda la ayuda que les dio consiguieron el trabajo de sus sueño.
De igual manera, veo las respuestas que escribió mi padre para enviarles, donde les recuerda lo orgulloso que se siente de ellos, lo mucho que los ama y cuanto los extraña. Cosas que jamás me dijo a mí y que estoy seguro nunca sintió, porque tengo más que claro que nunca llegué a ser suficiente para él.
ESTÁS LEYENDO
Fugitivos
Random¿Te imaginas tener una vida de mierda, llena de personas que solo la hacen peor y un sentimiento de soledad inmenso? Pues los 6 adolecentes de esta historia no tienen que imaginarlo ya que esta es su realidad. *** Chris, Joan, Daphne, Natasha, Carol...