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Sábado
12:46pm

Hacía frío.

Estaba recostado en mi cama mientras respondía los mensajes que Soobin me enviaba desde el computador. Hablar con él significaba saber todos los chismes de la escuela, en profundo detalle. No podía creer que alguien tan reservado a primera vista como él pudiera conocer a tanta gente. 

Cuándo terminó de contarme la historia de como Shin Yuna había estado en tres escuelas diferentes y estaban a punto de expulsarla de nuevo por haberla cachado vendiendo galletas con droga, me preguntó si había visto a Huening ayer.

De pronto recordé que en ningún momento habíamos Intercambiado números. Me pregunto que tipo de conversador sería él.

Pero antes de que pudiera responder escuché el fuerte sonido de los tacones de mi madre acercándose a la puerta.

Apreté los labios y me apuré a cerrar kakaotalk y abrir una pestaña nueva.

Mi mamá siempre mantenía una cara seria y un tono de voz firme, sin embargo, últimamente notaba una pequeña sonrisa en sus labios, como si quisiera suavizar su postura para mostrarse menos intimidante.

Era raro verla con otra faceta.

—Hola, cariño, ¿que haces? —Preguntó a la vez que caminaba hacía mi cama y se sentaba a mi lado. Me acomodé mejor para poder cruzarme de piernas y así verla mejor.

Miré la laptop de reojo, sin saber exactamente que decir.

—Nada, iba a ver que hacer.

—Ya. —ella asintió. —Bueno pues, estaba pensando, y ¿por qué no vamos de compras? Tu y yo.

Asentí con la cabeza sin mucha convicción.

—Bueno.

—¡Bien! Iremos en mi auto. —Respondió para levantarse y dirigirse a la puerta.

Fruncí las cejas. Mis padres no eran del tipo "vamos en mi auto", solo decían vamos e iríamos todos en uno solo, así sin más.

—¿Y papá?

—Solo nosotros, amor. Él tiene cosas que hacer. Además, no creo que él te ayude mucho. Por que él... —arrugó la nariz y después sacudió la cabeza. —Nada, solo creo que yo sería mejor para instruirte en estas cosas.

Se sostuvo el mentón en una postura pensativa, probablemente pensando en qué debía hacer primero. Posteriormente caminó hacia mi armario y lo abrió, analizando todo lo que había dentro.

No estaba entendiendo nada.

—¿Eh? ¿cómo? ¿que vas a comprar?

—¡Vamos por ropa!

Oh, ropa.

[ . . . ]

01:57pm

El centro comercial no era un lugar al que me encantara ir.

Había mucha gente y no podía mirar a otro lugar que no fuera enfrente a menos que quisiera tropezarme con alguien. Además de que no soportaba cuando mi hombro chocaba con el de alguien más, si algo así sucedía, mi día podía tener por seguro que ya estaba tachado con una enorme equis roja.

Mi madre me Introdujo a la primera tienda de ropa que encontró y me hablaba de lo bien que me vería si hiciera el esfuerzo de vestirme bien. Me miré de reojo en uno de los espejos que habían en la tienda e intenté que aquel comentario no me molestara.

Yo no era alguien quisquilloso, y realmente no me importaba mucho como me vistiera siempre y cuando me sintiera cómodo. Pero mi madre no parecía saber eso, y a mi no me apetecía decirle. Ya se daría cuenta.

school rooftop | tyunningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora