Candela
-Buenos días mi niño. -Digo.
Pablo se vuelve a meter entre las sábanas y yo sonrío.
-Hay que ir a la masía Pablo. -Me tumbo encima de él y me mira raro.
-¿Para?
-Porque hoy es el día de reyes, y hay una sorpresa... -Sonrío.
-No amor, ¿para qué me compras nada?
-¿Te meto una hostia? -Pregunto sarcásticamente. -Te recuerdo que te gastaste un pastizal en mí el día de navidad.
-Me la pela. -Se encoge de hombros y luego bosteza.
-Va tío, levanta ya.
-Beso.
-No, te lavas los dientes. -En verdad me da igual, solamente quiero que se levante.
Él se cruza de brazos y resopla. Yo me levanto de encima suya y vuelve a soplar.
-Deja de soplar, ¿quieres? -Le miro.
-Diji di siplir, ¿quiris? -Me mira sonriente y me agacho a buscar mi ropa en mi maleta.
Saco un top gris oscuro de cuello alto, y unos pantalones grises claro de chándal.
-Ese tanga es el que compramos ayer. -Se ríe.
-¿Puedes hacer el favor de levantarte, Gavi?
-Que sí quejica, que sí. Y no me vuelvas a llamar Gavi. -En cuanto pasa por mi lado, me da una palmada en el culo, que rabia.
-¿Eres tonto o te lo haces?
-¿Iris tinti i ti li hicis? -Vuelve a imitarme, y te prometo que me estoy cabreando.
-Vete a la mierda Pablo, no voy a ningún lado. -Tiro la ropa de mala manera a la maleta y me vuelvo a tumbar después de coger mi móvil de la mesita de noche. -Si te quieres ir a la masía, vas. Si no, te acuestas, te callas y me dejas en paz, ¿claro? Guay.
-Pero si era una bro... -Lo interrumpo.
-Me da igual, déjame. -Digo alzando un poco el tono, suspiro y vuelvo a relajarme.
-Que me dejes hablar me cago en la ostia, ¿no ves que es una puta broma?
-No. -Salgo de la habitación dando un portazo, y me dirijo a la cocina.
Voy con Pedri y Fer, les doy un abrazo a cada uno antes de sentarme en la mesa del comedor.
-¿Qué hacéis tanto discutir? -Pregunta el pequeño de los hermanos.
-¡Candela ven! -Grita Pablo desde la habitación.
No recibe respuesta de mi parte, así que le contesto a Pedri.
-Que es tonto, llevo media hora llamándolo y no se levanta. Encima se pone a vacilarme y a imitarme, sabe que lo odio.
-Siempre es así de pesado, Candela. -Ríe.
-¡Pero que es una broma coño! -Vuelve a gritar.
-¡Que no grites cojones! -Repito chillando, aún que le haya dicho que no lo haga. -Parece que esta sordo macho. -Digo susurrando.
Pablo aparece en el comedor, ellos le miran, yo lo evito.
-¿Puedes venir? -Me dice cuando está a mi lado.
-Eres un puto pesado. -Accedo, así que paso delante de él para ir a la habitación.
Y como si tuviera ojos en la espalda, su vista se clava en mi culo. Y en cuanto me giro, lo veo sonriendo. Al parecer ni cuenta se a dado de que lo he pillado de lleno, cierro la puerta después de que él entre y empiezo a vestirme.
ESTÁS LEYENDO
Un simple mundial • PABLO GAVIRA
FanficPablo y Candela, dos adolescentes. Dos niños que se amaban, pero no sabían que era el amor, ni las consecuencias que llevaría enamorarse.