Hoy me he levantado un poco más pronto de lo habitual. He ido a la masía con Pedri, me comentó que Pablo y sus amigos de allí habían montado un árbol, simplemente para no perder la tradición. Así que hemos ido a dejar los regalos de Pablo allí. Conocí a Ilias, un chico bastante majo. También estaba Balde por ahí, que me contó que como hoy no tenían entrenamiento, iban a estar un rato jugando con los peques de la masía.
Nada más acabar Pedri y yo volvemos a su casa. Nos abre Fer a la puerta. Se ve que estaba sentado en la mesa desayunando, ya que están ahí las galletas con su café. Voy hacia mi habitación para coger el cargador, pero por los pasillos me encuentro a Pablo. Este arrastra los pies, con una cara de cansancio que no se la aguanta ni él y encima sin camiseta, pero es que está sudando. Yo no lo entiendo.
-Buenos días amor. -Dice él con voz ronca.
-Buenos días gordito. -Voy a abrazarle, pero me frena, le miro confundida.
-Estoy sudado peque, voy a ducharme y te doy los abrazos que quieras.
-¿Un besito? -Pongo morritos.
Él me da un pequeño pico, voy a por mi cargador, y el se va a saludar a los González. Cuando yo vuelvo entra al baño, yo me dirijo a la nevera y cojo la leche, en una de las estanterías está el Colacao. Vierto la leche y el Colacao en una taza, y lo meto al microondas.
Mientras desayuno, hablo con los hermanos, de nada importante.
-Ya ni me esperáis cabrones. -Habla Pablo apareciendo en el comedor.
-Pues no tardes tanto duchándote. -Pablo le saca el dedo al que habló, Pedri.
Pablo
Vuelvo con Candela a la habitación, y empieza a mirar su maleta.
-No sé que ponerme gordo. -Me mira.
-¿No tienes algún top?
-He traído este, pero no sé...
-Pruébatelo. -Ella asiente no muy convencida y va al baño con el top en la mano.
Traed un cubo, se me cae la baba.
¿Cómo puede estar tan buena?
-Es que es muy escotado. -Ella se gira quedándose de frente a mí.
-Amor, si te queda genial. -Ella se encoge de hombros. -Ponte eso, estás preciosa.
Hemos salido fuera a dar un paseo, son las once y media de la mañana, hasta la hora de comer no volveremos. A la enana se le a antojado salir de compras, así que como buen novio, la he acompañado.
Bajando de la casa de Pedri, nos hicimos una foto en el ascensor, ella la subió a mejores amigos y yo la re subí también a mejores amigos.
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[...]
-¿Qué tal os lo habéis pasado? -Pregunta Pedri cuando entramos a su casa.
-Ya no vuelvo a ir. -Digo y Candela se ríe de mí. -No me da gracia. -Digo mientras me siento en el sofá.
-No tiene paciencia. -Dice ella.
-Hombre, ¿cómo voy a tener paciencia si solo te has comprado algo de ropa interior? -Digo frustrado. -Hemos dado cuatrocientas vueltas.
-Es tonto. -Dice Pedri entre risas.
-Y solo me a gustado la parte de los probadores. -Digo susurrando casi para mí, Candela se pone justo delante mía y una sonrisa de lado se forma en mi cara.
-Te he escuchado. -Me encojo de hombros haciéndome el chulo, como si no me hubiera importado. -Marrano. -Me da una colleja y me quejo.
-Que no me pegues, que te suelto una ostia y...
-¿Y qué? -Me mira con los ojos entre cerrados mientras yo le sonrío.
Me quedo callado, ella se agacha para quedar a mi altura. Lo admito, estoy pensando cosas que no son, y me estoy poniendo de los nervios.
-Levántate y no me mires así que te llevo a la habitación derechita. -Le amenazo.
Fernando acaba de traer los platos a la pequeña mesa del salón, a hecho pechugas de pollo con ensalada.
Candela se levanta del suelo mientras me mira con una sonrisa de niña buena en la cara y se sienta a mi lado. Le pego un pequeño golpe en el muslo para que se pique, me mola verla cabreada.
-Joder Pablo. -Susurra.
-Jidir Pibli. -La imito, llevándome una mala cara de su parte.
Me inclino hacia ella, y le susurró en la oreja -Me pone mucho verte enfadada.
El color en sus mejillas empieza a ser notable, y yo no puedo evitar reírme. Los hermanos nos miran raro, pero seguimos comiendo normal, y en cuanto acabamos, recogemos los platos y vamos a la habitación.
Cierro la puerta detrás de mí, y Candela se tira en la cama.
-Pon música.
-No. -Sonrío y me tiro encima de ella ya que está tumbada boca abajo. -Poner música para ti es "pon a Maka o Dellafuente"
-Imbécil. -Rueda los ojos y yo me rio.
Me tumbo a su lado, intento robarle un par de besos mientras ella intenta dormir, pero me resulta imposible, me gira la cara en cuanto oye mi respiración cerca suya. Se a picado y eso me gusta.
-Tienes unas ganas increíbles de besarme, lo sé, acéptalo. -Ella reprime una sonrisa.
La conozco demasiado bien para saber que se está partiendo el culo, pero se está haciendo la dura.
-Amor por fa. -Pongo morritos aún que no me vea, ya que está con los ojos cerrados.
-Cállate ya, quiero dormir. -Dice mientras se da la vuelta.
-Vale, muy bonito eh. -Sorbo por la nariz, fingiendo llorar. -Me voy con la play, que es la única que me entiende.
-Sí, pero no te va a dar besos. -Dice y se ríe, es una cabrona.
La miro desafiante, y ella me mira con las cejas levantadas.
-¿Qué? -Dice con carita de chula.
-No te sale hacerte la chula. -Me tumbo encima de ella.
-Me chafas. -Sonrío.
Y por fin, me acepta el beso. Me separo y sonrío, para seguir bajando hasta llegar a su cuello. Y así es, en cuanto me separo de este veo una pequeña marca, algo que ella odia.
-¡Ups! -Digo mientras sonrío.
-Pablo macho eres subnormal pero gravemente eh.
-Sh.
Me acuesto en sus tetas, te prometo que tengo una obsesión. Pero ese no es el caso, Candela se pone a tararear su canción favorita, El motivo-Maka, mientras acaricia la parte corta de mi pelo, detrás de mi cabeza,hasta que consigo dormirme.