Sin dejar que mis amigos me agobien con sus preguntas, camino derecho hacia la habitación de Candela. Decido no picar a la puerta al escuchar como llora desconsoladamente, no muy diferente a mi.-Candela. -Digo mientras me siento en los pies de la cama.
La encuentro con la espalda apoyada en el cabecero de esta, sus rodillas flexionadas y cubriéndose la cara con sus manos.
-Gavi, deja de hacerlo más difícil. -Me mira.
-No lo estoy haciendo difícil, solo quiero recuperarte.
-¿Te acostaste con ella? -Pregunta, haciendo que mi respiración se corte de un momento a otro.
Los dos nos miramos, casi sin respiración, su pecho sube y baja a una velocidad que no había visto nunca.
O solo en sus peores momentos.
¿Soy yo el que le esta volviendo a provocar esa ansiedad?
-Sí. -Suspiro.
-¿Cómo tienes los cojones de mirarme a la cara después de esto? -Sus piernas ya no están encogidas, y sus manos tiemblan con velocidad en cuanto las deja apoyadas en la cama.
-Escúchame por favor. -Casi no me deja ni acabar de hablar.
-Te odio Gavi. -Se levanta, y su tono de voz se ha vuelto mucho más fuerte y alto, y no deja de mirarme en ningún momento. -Así que vete a la mierda, tú y tu puto perdón. -Apoya la espalda en su pared más cercana, mientras se desliza hasta sentarse en el suelo. -No puedo creer que me hayas hecho esto.
-Está bien, Candela. -Intento tranquilizar la situación, hablando calmadamente.
-¡No! -Grita, y la puerta se abre, dejando ver a un Pedri preocupado. -¡No está bien! -Sigue alzando la voz, sin haberse percatado de la presencia de nuestro amigo.
Levanta la vista, y es cuando ve a Pedri, se levanta, y es ahí cuando me atrevo a acercarme.
-¡No hay nada bien! -Le agarro la mano e instantáneamente recibo un golpe en el pecho de su parte haciendo que me aparte de inmediato. -¡No me toques!
-No llores más Candela. -Pedri se acerca, se queda de pie frente a ella, ella sentada en el suelo, y el canario la observa desde arriba.
-Candela, por favor, escúchame. -Pedri se pone de cuclillas, y ella mira hacia arriba para buscar mis ojos.
-¡Tú me has hecho esto! -La miro, sin poder aguantar mis lagrimas, que segundos después empiezan a deslizarse sobre mis mejillas. -¡Tú me estás haciendo volver a estar así! -Tose, casi ahogándose con su propia saliva.
-Candela... -Repito su nombre.
-¡Me estás haciendo volver a lo de antes! -Pasa sus manos con fuerza por su cara, llena de rabia. Me muerdo el labio nervioso, conteniendo mi ira. -¿No has pensado en mi o qué? En como me sentiría, ¿lo nuestro no ha significado nada para ti? -Me está matando. -Aquel día al parecer te levantaste, desactivaste un botón y yo ya no existía para ti, ¿eso es lo que me quieres decir verdad?
-¡Joder Candela, para! -Pedri me mira, negando con la cabeza. -¿Entiendes que vengo a pedirte perdón? Que yo no cojo un vuelo de la noche a la mañana para verte a tu graduación, cumplí la promesa, aun sin saber de ti, y que si no es por ti yo no sé qué te piras a Brasil. -Mi voz empieza ser algo agresiva.
-No me grites. -Se acerca a Pedri, y le susurra algo que logró escuchar. -Tengo miedo Pedri.
Pedri se levanta, y me hace la seña de que me vaya, yo automáticamente niego con la cabeza.
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Un simple mundial • PABLO GAVIRA
FanficPablo y Candela, dos adolescentes. Dos niños que se amaban, pero no sabían que era el amor, ni las consecuencias que llevaría enamorarse.