— ¡Buenos días, niños!— ¡Buenos días, señor Minato!
— Pequeños, el día de hoy, como verán, llegó un nuevo compañero. ¿Qué les parece si dejamos que se presente?
Para cualquier persona, el presentarse frente a una mínima masa de personas provocaba ansias, nervios y angustia. Ya sea en el trabajo, escuela, universidad o familia. Aún cuando las palabras estaban ahí, en la punta de tu lengua y por más que las hayas memorizado al pie de la letra, en cuanto tienes a tantos pares de ojos observando tus acciones todo parece esfumarse.
El caso de nuestro pequeño Hiroshi era algo así.
Podía ser alguien muy hiperactivo, carismático y alegre. Pero cuando tenía que hablar con tantas personas y frente a ellas, toda su valentía se esfumaba, dando paso a un pequeño niño nervioso y tímido.Eran un total de ocho niños los que habían llegado, todos habían llegado juntos, hablando entre sí y jugando animadamente hasta que le vieron. El cambio fue radical, ya que habían cambiado de estar alegres y sonrientes a estar confundidos e intrigados.
— ¿Hiro? Está bien estar nervioso, no pasa nada cielo... ¿quieres que te presente?
Asintió con rapidez, bajando sus orejas al punto en que ocultaron sus regordetas mejillas, bañadas en un fuerte color rojizo que más de uno notó pero no dijo nada al respecto.
— Bien, chicos. Él es su nuevo compañero, como ya les dije, se llama Hiroshi. Por favor, sean amable con él. ¿Qué les decimos a los nuevos amigos?
— ¡Bienvenido!
— ¡Eso es! Ahora, Hiro, ve a sentarte junto a Changbin, creo que te gustará conocerle —el mayor alzó un pulgar hacia el pequeño, sonriente, antes de llevar su vista hacia los demás—. Changbin, cielo, ¿podrías alzar tu mano?
Hiro ladeó un poco su cabeza cuando observó a aquel pequeño niño levantar su brazo, algo que llamó su atención fueron aquellas largas orejas en su cabellos azabache, y en cuanto su mentecita procesó que era un híbrido de conejo como él, no tardó en correr hasta su mesita.
Se sentó a su lado con timidez, pero mucho más animado que antes. Los niños no le veían tanto como antes y eso le relajaba un poco.
— Bien, iré repartiendo algunos dibujos. Saquen sus colores para que así empiecen a colorear.
Buscó a su alrededor su mochila, estaba justo a un lado de su asiento, por lo que se estiró para así colocarla sobre sus piernas, la abrió y sacó su pequeño estuche de los colores, para así volver a cerrar el morral y colocarlo en su lugar.
Esperó con impaciencia a que el profesor se dirigiera a ellos, pero al parecer, se había entretenido explicándole algo a un pequeño híbrido de perrito, un pug para ser precisos. Su pequeña emoción le hizo ignorar por completo la mirada curiosa de su compañero de banco, hasta que un toque en su brazo le hizo voltear, confundido.
— Eres un conejito, como yo —sus orejas largas que habían vuelto a subir por la emoción bajaron un poco, no tanto como para quedar aplastadas contra su cabeza, mientras asentía a las palabras ajenas—. Soy Changbin, hola.
— Soy Hiroshi, hola Changbin... ¿será que somos hermanitos?
— No lo sé... ¿tus papis también son conejitos?
— ¡Sí! Mis papis son lo mejor. ¿Y los tuyos?
— ¡Igual! Siempre me dan chocolate caliente antes de dormir y me leen un cuento.
— ¡A mí igual! Oye, ¿te pudo decir Binnie? —preguntó, acercándose un poco más al contrario en un acto de confianza.
— ¡Sí! Y yo te diré Hiro.
El híbrido más pequeño asintió con una gran sonrisa. ¡Había hecho su primer amigo! Estaba muy feliz, y eso se podía notar en sus orejas levantadas y su pequeña colita que se movía con emoción. Si se esforzaba más, podía notar que Changbin también se encontraba emocionado por tener un amigo de su misma raza.
— Veo que alguien hizo un nuevo amigo~ —la voz del señor Minato llamó su atención, por lo que le devolvió la sonrisa que le enviaba con felicidad—. Me alegra que se lleven bien, aquí tienen sus hojas. ¡A colorear!
Antes de irse, el mayor les guiñó el ojo a ambos, sonriendo alegre al ver al pequeño Hiroshi entablar amistad con Changbin, su alumno más revoltoso, pero a la vez, el más obediente. Volvió a su escritorio una vez terminó de repartir las hojas con dibujos, sabiendo que a partir de ese momento, todo sería pan comido.
los cap donde están de infantes no serán tan largos, los que salgan largos pues, suerte. <3

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CHANCE | STRAY KIDS
Fanfictionlos conoces desde que son unos pequeños híbridos, no había día en el que no estuvieran juntos planeando alguna travesura. y aunque muchos decían que el tiempo los haría separarse o cambiar ellos se mantuvieron reacios a esa idea.