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— ¿puedes, por favor, dejar de caminar?

soltó un sonoro suspiro, dejándose caer en el sofá de su sala con cansancio. frente a él estaba changbin, quien se encontraba entretenido en su teléfono, pero al parecer el sonido de sus pasos le había distraído por completo.

— ¿por qué estás tan nervioso? sólo iremos a la casa de hyunjin.

— sí, pero...

seungmin invitó al señor wonho, quiso decir, pero en lugar de eso se quedó callado, abrazando sus piernas contra su pecho y apoyando el mentón sobre las rodillas. se mantuvo unos momentos así, pensando en las posibilidades, todo lo que podría ocurrir en aquel almuerzo, y fue así como se levantó, se acercó al espejo de cuerpo completo en medio de la sala, y observó el reflejo.

jeans rasgados y sueltos, camiseta blanca holgada junto con una chaqueta negra con bordado blanco (al estilo universidad americana), converse negras de plataforma y cabello revuelto (pero no tanto como para parecer desaliñado); esa era la imágen que le daba el espejo.

¿por qué estaba tan preocupado? era un almuerzo, un simple almuerzo (el señor choi iba a estar ahí también), no debía alarmarse por su vestimenta, estaba bien, él se veía bien.

su mirada se desvió a changbin, quien se encontraba casi que acostado en el sofá. él poseía unos jeans rasgados, una camiseta blanca y arriba un delgado suéter de lana color celeste, de calzado llevaba unos lindos tenis blancos que le daban altura, y finalmente, un lindo brillo se notaba en sus labios.

se observó una vez más en el espejo, pasando ahora un dedo por sus labios resecos, con la duda plasmada en sus ojos. los humedeció a penas un poco, notando que la diferencia no era mucha. suspiró, resignándose a que, simplemente, ese tipo de cosas no eran lo suyo.

el sonido de una bocina afuera de su hogar le sacó de su ensoñación, escuchó a su amigo vociferar un "aleluya" mientras que él se dirigía a una mesita de su sala para recoger sus pertenencias.

— ¿listo? ah, te ves tan genial~ soy afortunado de tener a un mejor amigo tan guapo.

soltó una risita, dejando un golpe en el hombro del mayor mientras le reclamaba por exagerar. salieron de su hogar, pero cuando enfocó su vista hacia el frente, se confundió al ver un auto que no reconocía estacionado ante ellos.

— eh... ¿quién será-?

abrió los ojos sorprendido cuando la ventana del piloto bajó, revelando la persona tras el volante; no era nadie más que el señor choi, wonho. tuvo que espabilar cuando changbin dejó un suave empujón en su espalda, instándole a seguir caminando.

— ¿qué hace él aquí..? —le susurró a su amigo mientras le daban la vuelta al auto.

— era el único cerca, y sabes que seungmin lo invitó.

— lo sé, pero...

se calló cuando, al abrir la puerta trasera, se encontró con el pequeño soobin. éste le devolvió la mirada junto a una enorme sonrisa que correspondió aún con todas las interrogantes en su cabeza.

— ¡profesor hiro! usted va adelante, con papi.

— ya escuchaste hiro, vas con papi.

miró con reclamo a su amigo, quien solo le dió una sonrisita divertida antes de entrar a los asientos traseros, donde ya se encontraba soobin. inhaló con fuerza, soltando el aire segundos después totalmente resignado a que aquel era su destino, por ello se armó de valor para abrir la puerta de copiloto, adentrándose con cuidado al asiento de aquella enorme camioneta.

CHANCE  |  STRAY KIDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora