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— ¡babooo, suéltame!

— ¡nopi, vamos a jugar, hiro-shiii!

— ¡no quiero, no quiero! ¡binnieeee!

se quejó en voz alta al ser arrastrado por aquel alto niño al área de juegos, hyunjin después de darle feas miradas desde que llegó ahora comenzaba a buscarle para jugar a todas horas.

si bien al principio había sido agradable, ahora era un martirio para él; hyunjin era muy exigente al jugar.

— ¡así no, no se vale!

gimió frustrado ante su queja, volviendo a realizar la pose indicada por el mayor hasta que finalmente se cansó y cayó al suelo de trasero.

— ¡hiro-shi babo! ¡juguemos!

— ¡ya no quierooo!

— ¡jinnie, hiro!

desvió su mirada a un lado, observando a aquel pollito de pecas acercándose con una gran sonrisa. luego vió al alto niño frente a él, quien miraba embobado al tercer niño acercándose a ellos.

era su momento.

— ¡hiro-shiii, no escapes babo!



















— ¡hiro-shiii, acompáñame a la cafetería!

suspiro cansinamente al escuchar al mayor, asintiendo en silencio antes de levantarse del cómodo césped.

— hiro, ¿puedes traerme una leche de plátano?

asintió al pedido de chan, siguiendo a su amigo hurón cuando éste le tomó de la mano para comenzar el camino.

caminó en silencio, observando sus pies y de vez en cuando el camino frente a él para evitar chocar con personas.

— hiroshi, quiero confesarme a felix.

notó confundido que no estaban ni cerca de la cafetería, sino que en la entrada del instituto. luego alzó su mirada para ver confundido al de cabellos rubios.

— ok, ¿y eso me importa porque...?

— ¡no seas grosero, babo! —se quejó por lo bajo al sentir un golpecito en su hombro—. quiero que me ayudes.

— ¿yo? ¿cómo? ni siquiera tengo novio como para ayudarte.

— ¡no debes tenerlo para ayudarme! vamos hiro, por favor~

suspiro rendido, de todas formas, ayudar a hyunjin sonaba algo interesante. no todo el tiempo te pedían ayudar a alguien a confesarse.

— está bien, está bien. ¿tienes algo en mente?

su etapa de adolescente había sido realmente movida, pero había sido algo que había disfrutado al máximo.
















— ¡hiro-shiiii!

llevó su mirada a un lado, observando a hyunjin quien se acercaba con una gran sonrisa en sus gruesos labios. cuando le tuvo cerca lanzó la gran pregunta.

— ¿qué te dijo?

— ¡dijo que sí hiro, dijo que sí!

a continuación fue abrazado con fuerza por el mayor, sacándole el aire y un quejido por lo brusco que era, pero o no le importó, o no le escuchó.

cuando le dejó en su lugar le dedicó una pequeña sonrisa, alzando un pulgar en su dirección.

— felicidades, jinnie. ambos se verán muy lindos juntos.

— sin tu idea nunca lo hubiera logrado, estoy muy agradecido contigo, hiro-shi.

negó con tranquilidad, emprendiendo el camino hasta la parada del bus. habían salido recién de clases, y había esperado al más alto ya que éste le había citado a felix después de clases tras el edificio antes de que el de pecas tuviera que irse con su madre.

hyunjin principalmente había planeado confesarse mediante regalos costosos y exagerados (después de todo, había vivido rodeado de esos lujos y pensaba que eso era lo que querían todos), pero hiroshi conocía a felix, y conocía lo sensible, detallista y sencillo que era.

al decir sencillo no se refería a que no tuviera gracia, belleza o que no fuera especial. nada de eso, es más, felix era alguien súper encantador y quien le conocía caía rendido ante sus encantos. al decir sencillo se refería a que no le gustaban los regalos que cualquiera podría ir a una tienda y comprar, no, el prefería esos pequeños gestos como cartas, manualidades o simples salidas que fueran hechas de corazón.

sinceramente, eso era lo que amaba de felix.

por eso, cuando hyunjin le había comentado su plan no pudo evitar frenarle, explicando que con eso no lograría nada, y que debía cambiar sus regalos costosos por unos hechos a manos y con dedicación.

había pasado muchos días en casa de hyunjin, ayudándole a hacer pequeñas cartas, corazones de papel, tulipanes con cartulina, y por montones de cosas. y luego de arduas semanas, finalmente el mayor se había animado a confesarse luego de haber escuchado a felix revelarle sus sentimientos por él a chan.

— está bien, me alegra haber ayudado. oh, ahí viene tu padre.

ambos miraron aquel lujoso auto detenerse frente a ellos, la ventana del asiento del copiloto bajó, demostrando a aquel hombre tras el volante con una sonrisa.

— hola niños, ¿qué tal las clases?

— hola, papá.

— hola, señor hwang. estuvieron bien, gracias por preguntar. —realizó una pequeña inclinación por educación.

— oh vamos, me conoces desde niño hiroshi. andando, te llevaré a casa.

— ¡sí, vamos hiro!

esperó a que hyunjin se adentrara al auto para así poder subir él, cerrando tras sí y dejando su mochila en sus piernas para ir más cómodo.

fue uno de esos días en los que no se sintió completamente sólo.

CHANCE  |  STRAY KIDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora