— ¡Hola! ¡Por favor, seamos amigos!El receso había empezado hace poco, para ser exactos, hace apenas unos cuantos minutos. Era la hora de sacar sus bentos preparados en casa para así merendar en silencio, además de esos minutos que le daban para comer, también se les otorgaba un par más para aquel pudiera reposar y conversar un poco entre sí.
Hiroshi había decidido quedarse tranquilo en su lugar, sacar su bento y seguir conversando con Changbin sobre los tipos de conejitos que podían haber o existir en el mundo. Pero a media explicación de por qué las ardillas voladoras eran las mejores (ni siquiera sabía cómo habían llegado a las ardillas) alguien le interrumpió.
Fue como si lo hubieran invocado. Era un pequeño niño de mejillas grandes, ojitos rasgados y sonrisa en forma de corazón. El corazoncito de Hiro se agitó al ver la esponjosa cola tras la espalda del niño peli azul, y no tardó en hacerla notar con su dedito.
— ¿Eres una ardilla? ¿¡una voladora!?
— ¡Sip! ¡Soy una ardillita, como mi papi!
— Sunggie es la única ardillita en ésta escuela... pero debes tener cuidado, le gusta morder los lápices. —el susurro Changbin a su oído fue más que suficiente para hacerle asentir con lentitud, aparentando seriedad por unos instantes.
Claro, para ellos, que eran niños, el que alguien de su edad mordiera lápices era algo raro y hasta ofensivo. ¿Quién querría su lápiz todo mordisqueado y baboso? Hiroshi no lo quería.
— ¡Oye! ¡Eso es mentira! —la queja del pequeño "Sunggie" le distrajo de sus pensamientos, en los que formulaba un plan para esconder todos su marcadores bonitos regalados por su papá—. No le hagas caso a Binnie, es feo.
Miró con la boquita abierta de la sorpresa al conejito a su lado, quien realmente pareció ofenderse ante las palabras de su amigo ardilla, pero no tardó en devolver el ataque.
— ¡Es mentira! ¡Sunggie feo y y... tonto!
— ¡Oigan, no pelien! —se quejó el pequeño entre ambos, pronto dándose cuenta de su error de pronunciación por lo que sus mejillas se colorearon, pero por más que trató de decirlo bien no pudo—. ¡Aish, sólo no lo hagan!
— Hiro, ¿quieres ser mi amiguito?
— ¡Dí que no Hiro!
— ¡Déjame en paz Binnie! ¡Señor Minatooooo!
♡
— Bien niños, pueden ir al área de juegos. Recuerden tener cuidado, decir por favor y gracias y...
— ¡Ser amables!
— Muy bien, ¡ahora vayan a jugar!
Y mientras todos rompían la columna para dirigirse a toda prisa hacia los juegos, Hiroshi se quedó helado en la salida del edificio, debatiéndose entre si salir o no salir.
No eran solamente los de su salón, habían muchos más niños y él tenía miedo de que alguien pudiera empujarle o lastimarle al jugar. Su profesor, Minato, pareció notar su miedo, por lo que se agachó a su lado con una pequeña sonrisa, tratando de mandarle ánimos a través de ésta.
— ¿Algo malo ocurre, Hiro?
El pequeño le miró con sus orejitas abajo, casi que echaba a llorar ante el repentino sentimiento de tristeza que le invadió al ver a todos jugar sin él.

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CHANCE | STRAY KIDS
Fanfictionlos conoces desde que son unos pequeños híbridos, no había día en el que no estuvieran juntos planeando alguna travesura. y aunque muchos decían que el tiempo los haría separarse o cambiar ellos se mantuvieron reacios a esa idea.