luego de aquella tarde, las cosas parecieron volverse más claras. los chicos no dudaban en pasar un tiempo con el híbrido de conejo para hacerle saber que estaban con él, al menos unos minutos de su tiempo eran suficientes para el menor, quien los apreciaba con mucho amor en su corazón.
agradecía que no hubieran llevado las cosas al extremo, como el estar siempre encima de él, siempre atentos a lo que hacía, o esas cosas. no, las cosas eran como antes, se juntaban cuando podían, pero intentaban que sus cosas de pareja no influyeran tanto en sus conversaciones cotidianas para que así el azabache pudiera participar sin problemas.
fue cierto día que algo, ciertamente sorprendente, sucedió en la vida de hiro.
ese día había salido temprano de casa, quería caminar hasta la institución por lo que debía salir a buena hora para no llegar tarde. sus amigos solían llegar a la hora justa por lo que no se preocupó en llamarles para saber si podía irse con alguno, además, disfrutaba esos momentos de soledad y tranquilidad.
cuando llegó a clases fue directo a su casillero, sin esperar que al abrirlo una carta cayera a sus pies. se agachó luego de unos segundos, tomando la carta con la diestra antes de levantarse de nuevo. miró a ambos lados del pasillo, observando a uno que otro estudiante llegando a la escuela como él hace unos minutos.
fue entonces que chocó miradas con aquel muchacho. si no se equivocaba se llamaba kim joongil, compartían el taller de cocina, no hablaba mucho con el además de lo básico.
volvió la vista al sobre, esperando encontrar algo que le avisara lo que contenía, y cuando estaba a nada de abrirlo sintió que alguien le abrazaba por los hombros con un brazo, sacándole un jadeo de susto.
— ¡hiro-shii! hoy llegaste muy temprano, ¿viniste caminando? —hyunjin tardó menos de diez segundo en reparar en la carta en sus manos, arrugando el ceño en confusión antes de preguntar—. ¿y eso? ¿acaso es una declaración de amor?
se encogió de hombros, mirando por sobre uno de éstos otra vez en dirección de kim joongil, quien aún seguía viéndole, solo que con una sonrisa en sus labios ahora.
— creo que sé quién la ha mandado pero...
— ¿pero?
— la leeré después.
asintió, volviendo a guardar la carta para así sacar los libros que usaría ese día, lo guardó en su mochila y cerró su casillero para dirigirse a su salón junto a hyunjin, quien parloteaba sobre una serie que había visto el día anterior junto a felix.
las horas pasaron volando, ni siquiera fue consciente del momento en que pasó a estar sentado en su pupitre en la clase de historia a estar en las gradas del gimnasio con sus amigos, sin changbin con ellos, ya que era a quien observaban jugar baloncesto junto a otros más.
— binnie es realmente bueno en baloncesto.
— sí minho, te escuchamos las otras diez veces decirlo.
ante la respuesta de han todos procedieron a burlarse de el ante su obvio estado de ensoñación, observar la escena le hizo acordarse de aquel papel en su casillero, por lo que se levantó con cuidado de su asiento.
— iré al baño, vuelvo en unos momentos.
avisó antes de dirigirse a las puertas del lugar, caminando tranquilamente por el extenso pasillo que daba a los casilleros. habían pocas personas en la zona, la mayoría en sus talleres o grupos, y ya que su profesora de taller no había asistido ese día tenía la hora libre, por lo que podía estar en el gimnasio en lo que esperaba que iniciara su otra clase.

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CHANCE | STRAY KIDS
Fiksi Penggemarlos conoces desde que son unos pequeños híbridos, no había día en el que no estuvieran juntos planeando alguna travesura. y aunque muchos decían que el tiempo los haría separarse o cambiar ellos se mantuvieron reacios a esa idea.