Sentí algo peludo rozar mi mejilla, sacándome de mi sueño ligero, y al abrir los ojos, me encontré a Leo recostado sobre la almohada, siendo su cola la causante del cosquilleo en mi rostro. No pude evitar sonreír enternecida, mientras estiraba la mano para acariciar su cabecita.
—Hola, mi amor... ¿Quién te dejó entrar? —pregunté, antes de ver por encima de él hacia el otro extremo de la cama, encontrándolo vacío.
«Claro, Elías»
Los recuerdos de la noche y madrugada anterior volvieron a mi cabeza; todo fue realmente intenso, y a pesar de saber que difícilmente lo encontraría ahí en la mañana, debido a su trabajo, no pude evitar sentirme nostálgica al no despertar entre sus brazos, sintiendo su calor y disfrutando del aroma masculino que emanaba de él.
—Mamá está triste, Leo. —suspiré, antes de tomarlo para dormir abrazada a él.
El minino se quejó por mi atrevimiento, y no dudó en zafarse de mis brazos para ir a recostarse al extremo contrario, alejado.
—Traidor —farfullé, antes de girarme en la cama para darle la espalda y volver a dormir un poco más.
Me sentía realmente agotada, no había dormido mucho pese a ser consciente de que Elías se encontraba a mi lado. Mi cabeza no me dejaba tranquila, había logrado evitar que fuese al encuentro de Victoria, pero para ello violé su privacidad y no conforme con eso me atreví a borrar mensajes de textos de su teléfono... algo por lo que yo habría enloquecido de furia, de habérmelo hecho a mí.
Joder, estaba fuera de control.
Incesantes mensajes de texto hicieron vibrar mi celular sobre el buró junto a la cama, haciéndome sentir una fuerte curiosidad por lo que estaba ocurriendo. Aún adormilada, sintiendo mis parpados pesado, estiré la mano para tomar aquel aparato electrónico y ver en la pantalla. La bandeja del grupo de empresarios estaba por reventar, así que no dudé en ingresar al chat, acto de lo cual me arrepentí al darme cuenta de que se trataba de mensajes de texto de empresarios veteranos burlándose una vez más de la situación en que se encontraba Caín Sloan. Al parecer, el ultimo de sus socios lo había abandonado, y estaba a punto de declararse en banca rota.
No hacía falta mencionar que mi adorado padre se encontraba entre el barullo, enviando al chat incesantes emojis de caritas riendo con lágrimas en sus ojos. Al parecer, le resultaba bastante divertida la situación.
«Imbéciles»
Dejé el teléfono en su lugar de una manera tan brusca que la pantalla emitió un crujido al recibir una fisura en la parte superior izquierda, pero no le di importancia e intenté seguir durmiendo, hasta que me descubrí a mí misma dando vueltas en la cama, sintiendo una profunda angustia que me imposibilitaba el descansar a pesar de permanecer con los ojos cerrados.
Rendida, volví a abrir los ojos, y me sorprendí al darme cuenta de que habían pasado casi cinco horas, ya eran las diez de la mañana, el tiempo pasó volando y al parecer estuve perdida en mi ensimismamiento. Aun me sentía agotada, pero por más que quisiese, no podía quedarme recostada todo el día, tenía muchas cosas que hacer y entre ellas, darle una visita a Caín Sloan en un intento por hacerlo recapacitar. Katy e Izayana esperaban su respuesta.
Y, por todos los cielos, aún me faltaba comentarle el plan a Elías. Mi esposo era una pieza importante, su fortuna igualaba a la de cinco de aquellos empresarios, y si la misión era callar sus bocas y hacer que se tragasen sus palabras, necesitábamos a M-ODELL en la lista.
¡Era la base de todo!
Me incorporé hasta quedar sentada en la cama, bostezando mientras estiraba los brazos. Vi a Leo aún recostado y pensé en lo fácil que era la vida para un felino consentido, mientras me levantaba para dirigirme hacia el baño a darme una ducha. Una vez que terminé, sentí una repentina y profunda hambre, por lo que solamente me coloqué una bata de satín para cubrir mi desnudez y salí de la habitación en dirección a la cocina.
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Rebeca Odell
Romance"Un matrimonio por conveniencia no es el fin del mundo" Rebeca Stain jamás imaginó que el frío y calcular Sloan tendría tanta razón, mucho menos, que la abusiva decisión de su padre la llevaría a conocer al hombre más interesante, caballeroso, atent...