#12 Show me

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Aparque el coche fuera de la casa donde pase toda mi asquerosa infancia, los criados me miraron sorprendidos mientras salía del coche y me dirigía hacia la entrada de la gran casa. Me adentré de lleno en los pasillos, observando las paredes llenas de cuadros o fotos familiares, repugnante.

— Hijo—. Paré mis pasos en seco y me giré.

— Gloria—. Hablé seco.

— Tan frío como siempre, ni supiera me llamas mama—. La mujer de mediana edad se acercó a mí, pasando su mano delicadamente por mi hombro.

— No mereces ser tratada con cariño de mi parte, y lo sabes bien—. Gruñí ante su toque y me aparté bruscamente.

— Hueles a omega, no estarás distrayéndote de tus obligaciones, ¿Verdad? El amor es una perdida de tiempo, si estuviste con un omega reciéntente espero que sea solo para darnos nietos—. Sentía mi sangre hervir solo con escucharla.

— Lo que haga con mi vida privada no es de tu incumbencia, iré a ver a Minjoon—. Seguí mi camino hacia adelante, rumbo hacia la sala.

Camine un poco más hasta entrar a la dicha habitación, pude visualizar a mi padre sentado en un de los tantos sofás de la sala. Levantó la vista de su humeante café para dirigirla hacia mí, un escalofrío recorrió mi columna vertebral como un relámpago.

— ¿A qué se debe tu inoportuna vista? Tu madre y yo sabemos que no vendrías a visitarnos ni aunque te dieran 10 millones de won—. Una sonrisa burlona se asomó en sus labios.

— Me gustaría hablar contigo, eso es todo.

— Supongo que no nos contarás como te fue todo este tiempo fuera de esta casa—. La puerta de la sala fue abierta por Gloria, quien pronuncio esas palabras.

— Lo dije anteriormente, no es de vuestra incumbencia. No es como si realmente fuerais mis padres—. Intentaba con todas mis fuerzas mantener mi postura firme y no titubear, esta situación no es nada cómoda para mí.

Tome asiento delante de mi padre, quien me miraba con una pequeña sonrisa en su rostro. De pronto olfateo un poco el aire y me miro con ojos sorprendidos.

— ¿Desde cuándo estás cortejando a un Dysania?—. Esta vez fui yo el sorprendido.

— Para empezar no lo estoy cortejando, y segundo, ¿cómo sabes que es un Dysania?—. Minjoon rodó los ojos.

— Te recuerdo que yo mismo los creé. Vayamos al gramo, ¿Qué quieres?

— Quiero que me cuentes sobre los Silveri y los Dysania, y no digas que no puedes o que no quieres, cuando me fui de aquí me lleve algunos de tus informes sobre el experimento y leí un par de cosas—. Mi madre se sentó al lado de aquel hombre.

— Bien, supongo que me veo en la obligación de contarte. Acompañame—.  Me levanté de mi asiento y seguí a mi padre por los angostos pasillos de la mansión.

Llegamos a su despacho, se sentó en su cómoda silla giratoria y saco de un cajón unos cuantos papeles y carpetas. Los puso delante de mí sin antes hacer una señal con su mano para que no los abriera.

—Antes de nada, quiero que me expliques cómo encontraste a un Dysania—. Suspiré sabiendo que hasta que no le diera la información a mi padre no me dejaría llevarme los documentos.

— Mingi lo compró en una subasta ilegal—. Me senté en la silla situada delante de su escritorio —Únicamente sé que lo trajo a mi casa después de comprarlo, por qué claro "San está muy solo" "San necesita un omega". Por eso huelo a Omega, porque el Dysania está en mi casa, y antes de que preguntes, No, no he hecho nada con él. Me se dé memoria toda esa mierda que escupen Gloria y tu sobre las distracciones—. Suspire mirando a otro lado.

—Hijo, sabes que el amor solo trae desgracias y te distrae de tus obligaciones con la empresa, solo necesitas a un omega para que te dé descendencia o simplemente haga las tareas de la casa. Tu madre y yo estábamos pensando en presentarte a un Dysania pronto para que lo preñaras, pero se ve que ya no hace falta. Recuerda lo que paso con Mingyu y no queremos que se vuelva a repetir—. Me levanté de mi sitio exaltado y gruñí fuertemente.

¡No hables de Mingyu nunca jamás!—. Cogí los papeles y miré a mi padre. — Ya te conté lo que querías del Omega. Me iré ahora, espero que ustedes dos se pudran en el mismísimo infierno—. Salí del despacho a toda prisa, soltando feromonas de ira.

No me despedí de mi madre, subí directamente a mi coche y puse rumbo a mi casa, realmente no podía soportar a mis padres, ¡Ja! Padres. Ellos ni siquiera son mis padres biológicos, solo me querían porque sería un "Alfa poderoso" en un futuro, destruyeron mi niñez con su mierda de mentalidad, me arrebataron toda pizca de felicidad que pude sentir en cualquier momento y con el tiempo me olvide de como se sentía la alegría, solo podía sentir tristeza, enfado, ira... ¡Ni siquiera nunca experimente el amor! Todos deben pensar que soy imbécil, frío, calculador, indiferente... ¡Pero no! Yo también soy una persona con sentimientos. Sin darme cuenta, unas cuantas gotas saladas empezaron a salir de mis ojos, aparque el coche fuera de mi casa y entré, necesitaba estar solo.

— ¡San! Estas de vuelta—. Un alegre Wooyoung se plantó delante de mí. —¿San? ¿Estás bien?—. El Omega se acercó más a mí con cautela. ¿Qué más daba ya? ¿Para qué poner limites? ¿Por qué esconder mis sentimientos?

Tiré del brazo del castaño atrayéndolo a un abrazo, realmente lo necesitaba.  Puse mi nariz en la curvatura de su cuello, aspirando su aroma relajante. Pronto, las lágrimas cesaron y me sentí más tranquilo. ¿Qué haría yo sin Wooyoung?.

𝗠𝗘𝗟𝗧𝗜𝗡𝗚 𝗢𝗙 𝗦𝗡𝗢𝗪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora