#10 Good people go to heaven

336 51 28
                                    

No sé en qué estaba pensando cuando besé a San, realmente debo estar empezando a volverme loco de remate, sí, definitivamente sí. No podía parar de darle vueltas al asunto, y sé que no es el mejor momento para pensar en esto cuando uno de tus amigos más cercanos está en labor de parto, tienes a un alfa muy alterado dando vueltas delante y a otro sentado a tu lado siéndote totalmente indiferente. Tener a San al lado, no es sano, no para mí. Como puede estar tan tranquilo, viéndose tan bien solo mirando su teléfono haciendo algo a lo que realmente no le estaba presentando atención. Estaba al borde de una crisis, además tener a Mingi caminado en círculos en la sala de espera mientras soltaba incoherencias por la boca, tampoco me hacía relajarme, me ponía aún más nervioso.

—Mingi como no pares de dar vueltas, te juro que te voy a mandar a la otra punta del mundo—. Dijo San tranquilo, sin apartar su mirada del aparato electrónico. Posé mi cabeza en su hombro inhalando algo del aroma mentolado del Alfa para intentar tranquilizarme.

—Cuando tu omega esté pariendo, me avisas, para pedirte opinión imbécil—. Gruñó.

La razón por la que Mingi no estaba dentro con Yunho era muy clara, cuando Yunho logró despertar y vio a Mingi dijo que no quería que él estuviera con el de ningún modo, por mucho que gritara, por mucho que su omega lo llamara a través del lazo. No debía entrar en ningún tipo de circunstancia bajo ningún concepto, el Alfa con tristeza le hizo caso y simplemente se sentó con nosotros en la sala de espera. Varias veces Mingi se quejaba de que su lazo dolía y esta vez no fue excepción.

—Joder como duele esta mierda—. Poso su fría mano para aliviar el dolor, pero nada sirvió.

—Deja de quejarte por favor—. San se acercó a Mingi y puso su mano sobre su hombro. —Mingi... seguro solo es por el parto, él estará bien...—. El Axel giró rápidamente su rostro hacia su amigo. 

—No lo entiendes San, se siente como si nuestra jodida conexión estuviera desapareciendo poco a poco, como si la estuvieran tratando de arrancar—. En ese preciso momento el Alfa calló al suelo con una gran mueca de dolor y gimiendo fuertemente.

—Yunho, Yunho, Yunho...—. Eso era lo único que se podía escuchar de la bolita que era Mingi en el suelo, San se agachó hacia él rápidamente mientras yo corrí hacia ellos.

—¿¡Qué mierda pasa Mingi?!—. Gritó San con desesperación.

—¡No siento a Yunho, no siento el lazo!—. Otro quejido de dolor le siguió después de eso, a lo que me levante rápidamente a llamar a una enfermera.

—¡Señorita, por favor mi amigo necesita ayuda! ¡No sabemos qué le pasa!—. Después de eso llevaron a Mingi a una habitación donde le pincharon algún tipo de suero para que durmiera y pudo lograrlo por un rato.

No sabíamos absolutamente nada de Yunho, por mucho que San y yo preguntáramos a las enfermeras y médicos, ellos simplemente decían que teníamos que esperar, y eso a San no le gusto nada.

—Estoy preocupado Wooyoung, primero lo del lazo de Mingi, después todo el secretismo del hospital... Nada de esto es buena señal, algo le paso a Yunho y temo que ya sé por qué puede ser gracias a la reacción de Gigi—. San miro de soslayo al Alfa postrado en la cama mientras soltaba un suspiro.

—¿Tú sabes qué paso Sannie?

—Puede que Yunho haya... haya muerto—. Abrí mi boca con asombro y sentí que mi alma se iba de mi cuerpo.

—¿Q-qué?—. San se acercó a mí y puso su mano sobre mi hombro.

—Cuando un Alfa o un omega sienten que su conexión se rompe, significa que el Alfa ha marcado a otro Omega, o que, el omega ha sido marcado por otra Alfa o... Que alguno de los dos ha muerto, se siente un dolor inmenso en el cuerpo y se sufre mucho. En algunos casos mucha gente cae en depresión o incluso llega a morir...—. Camino hacia la pared de al lado donde apoyo su espalda y dejo caer su cabeza para atrás, viéndose malditamente bien. —Como ves Mingi no ha marcado a nadie ahora mismo y no creo que Yunho haya sido marcado y menos en labor de parto, así que... es muy probable que haya perdido la vida...—. Mis ojos empezaron a humedecerse y rompí a llorar, el Alfa se acercó a mí y enrollo sus brazos en mi cintura mientras me apegaba a su pecho para darme un suave abrazo.

Posé mi cabeza en el hueco de su cuello mientras lloraba, Yunho estas últimas semanas se había convertido en alguien importante para mí, un amigo, incluso me atrevería a llamarle hermano. Todas las noches que pasamos en vela juntos comiendo helado o simplemente mirando al techo mientras hablábamos las guardaba en el fondo de mi corazón con mucho apreció. Yeosang también era mi amigo, pero últimamente trabajaba demasiado o estaba muy ocupado, así que era Yuyu con quien yo pasaba mis días, obviamente aparte de con mi querida Byeol. Aspire el mentolado aroma de San, sintiendo inmediatamente una gran calma y tranquilidad, restregué mi cara contra su pecho en busca de algunas caricias.

—No pasa nada Woonie, relajate—. Dirigí mi mirada hacia arriba, conectando mi mirada directamente hacia la suya.

Suavemente, puso sus manos en mis mejillas mientras acercaba su rostro hacia el suyo y puso dulcemente sus labios contra los míos, creando así un contacto cálido y tierno. Rodee su cintura con mis brazos, atrayéndolo lo más que pude hacia mí, ansiando más contacto. Nos separamos cuando el médico que nos atendió hace unas horas al llegar al hospital entro a la habitación con la mirada gacha y un olor triste.

—¿Señor Song Mingi, como se encuentra?

—Eso da igual ahora, ¿Cómo se siente Yunho? ¿Él está bien?—. El doctor bajo la mirada y nosotros fuimos rápidamente a sentarnos al lado de Mingi, yo poniendo mi mano sobre su hombro y San atrayéndolo hacia él con fuerza.

—Lo siento mucho, señor Song. Pero su marido ha expirado su último suspiro esta tarde en labor de parto, el bebe... Él nació con el cordón umbilical enrollado al cuello, cuando salió hicimos todo lo posible para retirarlo rápidamente, pero desafortunadamente cuando logramos quitarlo, su hijo ya no respiraba. Le hicimos todas las pruebas para comprobar si simplemente era un paro cardiaco, pero... Lo sentimos mucho...—. El médico se fue, dejándonos a nosotros y a un lloroso Mingi solos en esa habitación de urgencias.

𝗠𝗘𝗟𝗧𝗜𝗡𝗚 𝗢𝗙 𝗦𝗡𝗢𝗪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora