#16 Mother in pain

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Lleve a Wooyoung allí, pensando que él y yo podríamos tener una vida mejor en ese lugar, que podríamos librarnos del sufrimiento de esa casa. Pero estuve del todo equivocada, por suerte mi hijo fue mayormente feliz el tiempo que estuvo allí encerrado gracias a San, un pequeño Alfa de su edad que logro hacerle sonreír incluso en su momento más oscuro.

— ¿Doctora Jung Jiwoon?

 —Oh, soy yo, pero por favor use mi apellido de soltera, es Kim.

A partir de ese preciso momento mi vida se derrumbó más.  Fue la primera vez que entre al despacho del Doctor Choi.

Él me contrató para ayudarle con su estudio sobre las mejoras en Omegas, según me contó en primer lugar empezó un proyecto para mejorar o cambiar las cualidades Alfa y resultó siendo un éxito, poniendo de ejemplo a su propio hijo, al cual había sometido a cosas un tanto horribles. Me propuso contratarme y también me ofreció meter a Wooyoung en ese proyecto de forma totalmente gratuita, en ese momento vi la salida del oscuro túnel en el que estamos mi hijo y yo gracias a su padre, así que dije que sí, sin pensarlo.

—Dr.Kim, estoy tan feliz de que se haya unido a mi proyecto... ¿Por qué no vamos a celebrarlo esta noche?— El tono y la mirada que me estaba dando el Alfa no me gustaba nada.

—Dr.Choi, no creo que eso sea posible, mi marido es un poco... estricto y tengo que volver a casa lo más rápido posible—. Estaba preocupada por mi hijo, tenía tanto miedo de que ese bastardo le hiciera algo en cualquier momento...

— No sé si lo leyó en el contrato, pero usted y su hijo se tendrán que quedar en las instalaciones durante el experimento—. Me quedé un poco sorprendida.

La emoción recorrió mi cuerpo por un segundo, pero tan rápido como creció esa emoción se esfumó. ¿Cómo iba a decirle a mi marido que tenía que irme con Wooyoung a vivir a un sitio totalmente desconocido? La ansiedad se filtraba por cada milímetro de mi cuerpo, incluso sentía que la podía tocar con mis propios dedos.

— Dr.Choi... no sé cómo reaccionará mi marido ante esto... es muy... precipitado—. Sentí una gota de sudor recorrer mi espalda con rapidez, el estrés y la ansiedad me estaban matando en este preciso instante.

—Jiwoon, ya firmaste el contrato... no puedes escapar.

Después de salir del despacho subí a mi coche, tenía que pensar, tenía que encontrar una solución a tiempo... La policía no era una opción para mí en este momento. Conduje lo más rápido posible hacia mi casa, no podía pensar con claridad, todos mis pensamientos se mezclaban. Al llegar a casa corrí hacia la habitación de Wooyoung para ver si él estaba bien. Vivir con el miedo constante de que tu hijo corra peligro es algo totalmente asfixiante.

—¡Wonnie!—. Me acerqué a la luz de mis días con rapidez, lo cogí en brazos mientras le daba un fuerte beso en la mejilla a mi pequeño bebe. —¿Cómo estás, cariño?, ¿te fue bien la escuela hoy?—. Lo deje sentado en su cama y yo acto seguido me senté a su lado.

—¡Fue súper!, hicimos un experimento increíblemente interesante, la profesora Hannah nos enseñó como plantar una judía con algodón, ahora solo tenemos que esperar a ver como crece gracias a la luz del sol—. Miraba a mi hijo con remordimiento, como no pude leer el contrato por dios, no puedo privar a un niño de que tenga una infancia normal.

—Espero que tu plantita crezca fuerte y sana mi amor—. Le di un beso en la frente a mi hijo, poco después de eso se escuchó un golpe en la puerta principal, todo el bello de mi nuca se erizó. —Cariño, por favor, coge todas tus cosas y mételas en la mochila más grande que tengas, tú y mami irán a un sitio por unos meses, ¿sí?—. El pequeño asintió con fuerza, él también tenía miedo, lo notaba.

—¡Jiwoon! Baja aquí ahora mismo—. Tome aire antes de salir de la habitación de mi hijo, nunca había tenido tantas ganas de irme de mi propia casa, pero pensándolo bien, esta era una grandísima oportunidad para sacarnos de este infierno.

Baje las escaleras cautelosamente, al llegar a la planta de abajo vi a mi marido de espaldas sentado en el sofá con una cerveza en la mano.

—Buenas tardes, cariño, ¿cómo te ha ido hoy en el trabajo?—. Puse mi mano en su hombro delicadamente, pero rápidamente fue apartada de ahí de un manotazo.

—No me toques, puta—. Suspire cansada, pero me resigne a decir nada.

—Ha sido una total mierda, me echaron—. En este punto ya ni me sorprende. —El capullo del jefe se metía conmigo siempre, diciendo que no podía beber o que mi trabajo estaba mal hecho y retrasaba a los departamentos, pura mierda—. De reojo vi como Wooyoung bajaba las escaleras con su mochila en la espalda, le hice un gesto de que me esperara arriba.

—¿Por qué no mejor te traigo otra cerveza y te relajas viendo la televisión mi amor?—. El hombre asintió con la cabeza, fui rápidamente a la cocina a por la bebida alcohólica y se la dejé en la mesa. Poco después subí al piso de arriba y fui a mi habitación a hacer una pequeña maleta con todas mis cosas y algunas de Woo que no le cabían en su mochila. 

Había pasado ya un buen rato desde que había empezado, abrí la puerta de la habitación con cuidado y le dije a Wooyoung que no hiciera ruido, al acercarme al hueco de la escalera pude oír los ronquidos de mi marido, celebre silenciosamente. Baje las escaleras sin hacer ruido y al llegar a la calle pude volver a respirar de nuevo, metí todas nuestras pertinencias en el maletero de mi coche y nos fuimos rumbo a nuestra nueva vida.


Oh dios, cuanto me equivoque ese día...




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⏰ Última actualización: Apr 29 ⏰

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𝗠𝗘𝗟𝗧𝗜𝗡𝗚 𝗢𝗙 𝗦𝗡𝗢𝗪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora