Una nueva vida ~ Historia de Justin Bieber

Capítulo 25 ~ Tu eres mi mundo

Capítulo 25 ~ Tu eres mi mundo

[6 Meses después]

- Te quiero... - Le susurré, aún extasiada.

- No más que yo a ti. - Se giró para mirarme mientras sonreía.

Deposité mi mano en su torso desnudo y comence a acariciarle.

- ¿Estás... estás bien? - Me preguntó, un tanto avergonzado.

- No podría estar mejor... fue... increíble... - Le sonreí.

- Please... - Se chuleó en broma - Soy Justin Bieber, ¿qué esperabas?

- Serás estúpido. - Le sonreí.

Entonces dejé su torso y lleve mi mano a su sedoso y suave cabello, y comencé a aciriciarle el flequillo.

- Entonces, ¿de verdad es tu primera vez? - Le pregunté.

- ¿Por?

- Lo haces de maravilla - Bromeé.

- Oh, así que sabes como lo hacen otros, ¿no?

- ¡No!...

- No, no, me has mentido, me dijiste que nunca lo hiciste. - Me interrumpió.

- ¡Que no, que nunca lo hice!

- Jajajaja. Que tonta eras. Ya lo sé. Yo puedo saber si tu lo hiciste antes, pero tu si yo lo hice no. - Rió.

- Que malo eres... y no me contestaste.

- No. Nunca lo hice. - Se sinceró.

- No sé, no sé. Nunca olvidaré esa escena que vi en la fiesta...

- No llegamos a hacer nada. Y tampoco íbamos a hacer nada. Ella solo... me... pues eso. - Se sonrojo.

- Ahm. - Seguí mirándole.

- ¿Por qué? ¿Quieres probar? - Volvió a reirse.

- ¡No... osea... espera!

-  Jajajajajaja - Empezó a reirse con muchas ganas. - ¿Quieres o no?

- Déjame. - Le dije, poniéndole morros.

Finalmente, me besó y apartó las mantas que le cubrían. Se levantó y se dirigió a donde estaba su ropa, aún completamente desnudo.

- Que bueno estás, chaval. - Le sonreí.

- Soy todo tuyo, nena. - Me siguió el juego.

Entonces se puso sus boxer y volvió a la cama. Se tapó y se acercó a mí.

- Oye... - Refunfuñé. - ¿Por qué te tapaste?

- Porque como hubiera seguido así hubiera tenido ganas de más... y no es cuestión de que nos pille mi madre.

Ambos nos quedamos mirándonos fijamente en aquella cama. No podía apartar mis ojos de él ni mi mano de su perfecto cuerpo.

- Oye... tu madre no vendrá todavía, ¿no? - Le pregunté.

- Tranquila. Hoy trabaja hasta tarde. 

- ¿Sabes? - Cambié el tema de conversación - Nunca pensé que te fuera a querer tanto... y que acabara estando dispuesta a... a hacerlo contigo... Para mí era inimaginable...

- Vamos, soy irresistible, ¿de qué te extrañas? - Burló.

- Como sigas te pego, quedas avisado - Bromeé. - Pero es cierto... eres irresistible y eres perfecto.