Capítulo 20 ~ ¿De qué vas?

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Capítulo 20 ~ ¿De qué vas?

<NARRA JUSTIN>

Paré el coche ante el restaurante al que la iba a llevar.

Bajé del coche, y cerré la puerta. Me dirigí derecho hacia la puerta del restaurante, pero al ver que Selena no me acompañaba, me giré y miré el coche. Ella me estaba mirando desde dentro. Supongo que esperaba a que yo le abriera la puerta, pero simplemente le eché una mirada de duda, lo que provocó que ella bajara por sí sola, y cabreada, del coche, y saliera tras de mí.

Entramos al restaurante, y nos sentamos en una mesa.

- Justin... - Me cogió la carta y la dejó a un lado - ¿por qué me tratas ahora así?

- ¿Así cómo? - Pregunté, sin darle demasiada importancia. La verdad que no sabía por que le hablaba así... lo hacía incoscientemente.

- ¿Qué como? Pues así, con tanto desprecio.

- No te hablo con desprecio..., te hablo como siempre.

- ¡Mentira! - Elevó la voz de pronto. Intenté no mirar a los lados, para que no me reconociesen.

- Cállate, ¿quieres que nos tomen fotos y empiecen a molestar?

- Es culpa tuya... Dios Justin, somos novios, tu y yo, nos amamos, debemos tratarnos bien, ¿por qué me tratas tu así?

- Dios Selena, ¿esto era una encerrona o qué?

- No, pero...

- Pero nada. A veces te pones muy pesada.

- Es por Jessica, ¿no?

- ¿Qué? - Puse atención por primera vez en toda la noche a la conversación.

- No te hagas el tonto... ella te gusta, ¿verdad?

- ¿Qué tonterías dices?

- Me tratas así de mal desde que ella está en tu casa... te estás alejando de mí por su culpa... esa... - Se calló para evitar decir algo grave - Ella te está poniendo en mi contra.

- Qué tonta puedes llegar a ser a veces... ¿sabes que me dijo Jessica el otro día? Que la olvidara a ella y me fuera contigo, que te cuidara, que eres mi novia, todo eso después de casi ahogarla en la piscina.

- ¿Casi ahogarla? Creí que ya lo habíamos hablado.

- Selena maldita sea, que ninguno somos tontos, ni Ryan, ni Claudia ni yo, no somos tontos, ¿sabes?

- Bah, olvídalo. Por cierto... Jenni me dijo que hizo una fiesta y os invitó a vosotros, ¿por qué no me llamaste para ir?

- No tenía ganas de ir acompañado. Fui solo.

- Ahm...- No me gustó para nada esa expresión. Dudo que su amiga le contara algo.

- ¿Y qué hiciste?

- Nada. Estuve tomando unas copas y luego me volví.

- Ahm pues... mi primo me dijo que desapareciste a mitad de la fiesta para irte a las habitaciones de arriba...

- ¿Tu primo? ¿Quién es?

- Eso no importa, respóndeme a lo que te dije... - Sonrió, con una expresión un tanto malévola.

- No fui a hacer nada... solo... - Comencé a ponerme nervioso - Fui con Jenni a hablar arriba.

- ¿Solo a hablar?

- ¿Qué te crees que soy? Tengo novia...

- Pues no se nota.

- Dios, estás insoportable esta noche.

Entonces trajeron los pedidos que hicimos. Terminamos rápido de comer, sin volver a cruzar palabra. Dejé la servilleta en la mesa después de lavarme las manos y la boca, y fui a hacer el amago de levantarme, pero Selena me paró con la mano.

- ¿A dónde vas?

- ¿Cómo que a dónde voy? Ya terminamos... - Señalé nuestros platos y copas.

- ¿A esto lo llamas tu una cena romántica?

- ¿Quién dijo nada de romántico? - Entonces me levanté, y dejé el dinero de la cuenta en la mesa.

Esperé que Selena se levantase, y ambos salimos del restaurante. Ya había anochecido. Nos dirigimos al coche, y nos subimos.

- Bueno, te llevaré a tu casa, ¿vale? - Me ablandé un poco.

- ¿Ya? ¿No vamos a dar un paseo o algo?

- No tengo ganas... - Dije, mientras arrancaba el coche.

- Oye..., ¿por qué no me llevas a ese sitio especial que me llevaste la primera cita?

- No. - Dije fríamente. - Tengo sueño.

Comencé a conducir el coche. Las calles ya solo estaban alumbradas por el resplandor de la luna y las farolas.

Después de unos minutos, llegamos ante la puerta de su casa, y detuve el coche.

- Dios Justin... has cambiado demasiado enserio.

- Creo que eres tu la que has cambiado.

- No es cierto, yo siempre fui así.

- Sí... supongo que Ryan y Claudia siempre tuvieron razón.

- ¿Razón? ¿Razón en qué? - Puso un tono aún más serio.

- Siempre me decían que tenías un... lado malvado. - Señalé - Pero yo nunca les creí, aunque ellos decían que era el amor lo que me cegaba, ahora que no hay a... - Entonces me di cuenta de lo que decía... ¿por qué lo dije?

- Vale. No digas más. - Cogió su bolso, y se bajó del coche. Cerró la puerta de un portazo, lo que me hizo estremecerme.

Me pasé... lo tenía que admitir... creo que dije algo que no pensaba... o sí... aún así me pasé.

Rápidamente abrí la puerta, y salí corriendo detrás de ella, y llegue justo antes de que cerrara la puerta de su casa, poniendo el pie en la puerta, para que no la pudiera cerrar.

- Selena espera...

- ¡Que me dejes imbécil, no me hables!

- Pero Selena, déjame explicarte.

- ¡No me tienes nada que explicar, ¿vale? Vete a tu puta casa y olvídame!

- ¿Qué pasa? - Interrumpió de pronto un chico. Apartó a Selena de la puerta, y me miró de arriba a abajo. - ¿Qué ocurre? - Repitió

- Nada Lucs, un imbécil. Volvamos dentro.

Ese rostro... ¿de qué mierda me sonaba? Estaba seguro que lo había visto antes pero..., ¿dónde?

- ¿Te hizo algo este? - Me volvió a analizar con la mirada.

- No, déjale.

- Sel ya te lo dije, es un cantante... si se le puede llamar así. Este le da a todo y a todas, no sé para que te haces su novia.

- Eh chaval - No pude contenerme esta vez - ya te vale, ¿eh? Estoy aguantando, pero te estás pasando. No sé quién diablos eres ni de que vas, pero deja de vacilarme, ¿de acuerdo?

- Mira. no te me pongas chulo, ¿de acuerdo? - De pronto puso su mano en mi pecho, y me empujó hacia atrás. - Te puedo dejar sin cantar una buena temporada, así que cuidadito.

Tras aquellas palabras no lo pude evitar, y mi cuerpo actuó por mí. Mi mano derecha se dirigió en forma de puño hacia su cara, y de un fuerte golpe, le lancé contra Selena.

- ¡Ahora si que las has cagado! - Se apoyó en Selena para erguirse de nuevo, y se dirigió hacia mí.

Continuará...

Una nueva vida ~ Historia de Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora