Toda mi vida he hecho lo correcto. Me quedé en un camino trazado para mi y colores dentro de las líneas. He sido la hija obediente, la excelente estudiante, la empleada motivada. Si no pospero. Bueno, al menos no he fracasado.
Tomar la opción segura puede ser una ventaja para una hija o un empleado, pero no lo es para el propietario de una agencia. Es una dura lección que he aprendido en los últimos meses y sino cambio mi manera de ver las cosas, la agencia que construyó mi padre desde cero se derrumbará bajo mi supervisión.
Por eso estoy de pie bajo la lluvia torrencial, sacando los pocos restos de valor que puedo reunir, mirando la casa de una hombre que no ha hecho más que evitarme. Probé el correo electrónico, probé llamar, pero nada. Aizawa Shouta me ha ignorado, me gruñó y me colgó. No podía estar más claro que no quería nada que ver conmigo. La opción segura sería buscar a otro héroe profesional para convencer a mi cliente de que hay más héroes que pueden hacer el mismo trabajo y hasta más eficaz pero realmente quiero mantener la agencia.
Ya terminé de estar a salvo.
Necesito a Aizawa para esta misión, nadie más, solo tengo que encontrar las palabras adecuadas para convencerlo, algo que no podré hacer mientras esté aquí y me empape más de lo que estoy. Debería haber metido un paraguas pero realmente no creí a la meteorología luego de ver el sol que había en la mañana antes de venir aquí.
Seguramente me sobra la adrenalina suficiente para llamar a la puerta, respiro profundamente y subo los dos escalones que conducen a la encantadora casa, para nada parece el gusto de Aizawa, aunque si la miro un poco más parece un poco sombría.
No importa cuanto haya trabajado a la par con mi padre durante 3 años antes de que partiera de este mundo. Ya no está en la oficina y de repente, cada vez que me doy vuelta hay otro incendio esperando por ser apagado. Necesito una victoria, solo una victoria para volver a mi seguridad de siempre.
Llamo de nuevo, esta vez un poco más fuerte. Cuando todavía no hay respuesta, maldigo y toco el timbre tres veces en rápida sucesión. Lo estoy perdiendo, pero he llegado
demasiado lejos para volver ahora. Toco el timbre una vez más por si acaso, y ahí es cuando escucho pisadas que vienen del interior de la casa.Finalmente.
La puerta se abre de golpe y ahí está. Aizawa Shouta. Solo nos hemos conocido en persona un puñado de veces, pero ese primer encuentro ha estado tatuado en mi cerebro durante los últimos 4 años. De alguna manera, se ve incluso mejor que la última vez que lo vi. Su cabello largo y negro ahora tiene algunas canas, y me irrita darme cuenta de que le queda bien. También lo hace el cuerpo delgado que se muestra con una camiseta negra lisa y jeans descoloridos. Mi mirada se fija en sus pies descalzos.
-No estás usando zapatos- le digo.
-¿Qué diablos estás haciendo aquí, Kaori?- dice con su semblante serio.
Bien. Concentración, necesito concentrarme. Quedarme al margen por lo frustrantemente sexy que es solo me llevará por el camino hacia el recuerdo de cómo terminó la noche en que terminó la fiesta de Navidad. Este hombre me ha rechazado lo suficiente durante varias vidas, y si no lo necesitara para esta misión, le diría que se fuera lo más lejos posible. Excepto que no lo haría porque no tendría ninguna razón para llamarlo en primer lugar.
-Si dejaras de colgarme como a un niño, no estaría parada en
tu puerta- se apoya en el marco de la puerta y me echa un vistazo.Comencé este viaje luciendo como una mujer de negocios arreglada con una blusa blanca delgada con botones, una falda lápiz y tacones razonablemente bajos. Incluso me detuve para refrescarme dos veces: en la bencinera y en la cafetería antes de llegar aquí. Por todo el rato que estuve bajo la lluvia, sin duda ahora debo parecer una rata ahogada.
La mirada de Aizawa se detiene en mis pechos antes de que él los mire. -¿Supongo que no te subirás a tu coche y te irás a casa si te cierro la puerta en la cara?- dice un poco más relajado mientras me mira de una forma que no sé descifrar.
Si mi padre siguiera con vida podría llamarlo y decirle que me ayudara pero él no está y aunque estuviera sería como rendirme.
-Sería una lástima si hiciera una escena e irritara a los vecinos- aunque las demás casas se ven desoladas o quizás los dueños aún no llegaban, sin embargo Aizawa no dijo nada y entrecierra sus ojos color azabache.
-Me parece recordar que eras mucho más dulce la última vez que tuvimos una conversación.
Realmente, espero que el frío de la lluvia esconda mi sonrojo. Más dulce. Esa es una forma de descubrir el hecho de que los pocos minutos que estuvimos solos lo miré como un conejo frente a un tigre, excepto que un conejo razonable no debería querer ser devorado. Casi me arrojé sobre él, al menos tanto como era capaz de hacer en ese momento con mi coraje vacilante y él, él me había rechazado con cuidado, cortesía y frialdad. Mucho ha cambiado en 4 años, realmente espero haber cambiado yo también.
-No me iré hasta que me escuches- dije parándome recta y manteniendo mi mirada con la suya.
-Mi respuesta es no.
-No has escuchado mi discurso- Aizawa maldice y retrocede.
-Quédate ahí por un segundo, no quiero que gotees por todos mis pisos.
Mientras se aparta, una ráfaga de aire caliente me golpea y me estremezco. No me había dado cuenta del frío que hacía aquí hasta ahora, y es como si una vez que mi cuerpo registrara la sensación, cayera sobre mi de una vez. Miro hacia arriba a las siniestras nubes oscuras. Seguramente la tormenta no es tan preocupante como parece, o eso espero.
-Aquí tienes- Aizawa regresa con una toalla grande y me la entrega- ahora entra, dame tu discurso y lárgate.
Entrar a la casa es como estar envuelta en un cálido abrazo, hay un ambiente acogedor en la sala de estar, al igual que lo que se ve del resto de la casa.
-Quítate lo zapatos- pide Aizawa y me los quito inmediatamente, empezando a darme cuenta de lo empapada que estoy.
Maldita sea, así no es como quería tener la conversación.
Esta ni siquiera es la conversación real que quería tener con él, pero mis pensamientos personales no importan en este momento, tampoco la fiesta de hace 4 años, ni la sensación que tuve al escuchar su rechazo que aún puedo sentir. La agencia es mi prioridad y es más importante que mi orgullo. Ya es hora de poner todo sobre la mesa y esperar que sea suficiente para convencer a Aizawa de que cambie de opinión.
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El amigo de mi padre (Aizawa y tú)+18
FanficKaori necesita a un héroe borrador pero el único que conoce, gracias a su padre, le dice que no cada vez que tiene oportunidad.