Capítulo 2.

603 51 3
                                    

Sigo a Aizawa, pasando por una escalera que da al segundo piso y estamos en su cocina. Es tan acogedor como todo lo que he visto de la casa, los gabinetes son blancos y las encimeras de mármol oscuro.

-Que linda es tu casa- digo y rápidamente me arrepiento, me quedo viendo todo lo que está a mi vista, desde el moderno sofá de cuero que alcanzó a ver en la sala de estar hasta la mesa de caoba que hay unos pasos más allá.

-Kaori- el tono sugiere que está no es la primera vez que dice mi nombre.

-Perdón, estaba admirando la casa- agarro la toalla con más firmeza alrededor de mis hombros pero en realidad no hace mucho para calentarme o evitar que gotee en el suelo. Mi ropa está empapada, miro mis pies y me encojo al ver el charco que estoy formando.

-Creo que necesito otra toalla, lo siento- Aizawa maldice.

-Sígueme- ansiosa por ver más de la casa lo sigo, sube las escaleras y yo voy detrás con cuidado de no caerme. Su habitación.

Me detengo en seco y miro la cama. Es una cama bonita y grande, demasiado grande.

Aizawa reaparece en la puerta de su armario y arroja una prenda a la cama.

-Ponte esto- mira mi ropa y hace una mueca- supongo que no puedes poner tu ropa en la secadora.

Yo retrocedo un paso. -No, a menos que quiera arruinarlos- No es que sea particularmente costosos o difíciles de remplazar pero no empaque ropa adicional.

-Me lo imaginaba- señala con el pulgar por encima de su hombro en la segunda puerta detrás de él- puedes colgarlos en el baño, no debería tardar demasiado en secarse.

No tiene sentido discutir en este momento, estoy empapada, goteando el piso y con frío, dejar que mi ropa se seque para poder salir de aquí me parece un buen plan.

-De acuerdo.

-Estaré en la cocina- hace una pausa, sus ojos negros son una mezcla entre exasperado y molesto- intenta resistirte de perder el tiempo distrayéndote.

Agarro la ropa de la cama y me meto al baño. No es hasta que me quito la ropa que me doy cuenta lo jodida que estoy en realidad. Cuando me imaginé esta confrontación en mi cabeza, porque presentarle esta misión a Aizawa después de que el me esquivó por al menos 3 días era un motivo de confrontación, estaba vestida para impresionar, verme entusiasta y a su vez poderosa.

En cambio, voy a presentarme frente a él descalza y con una camiseta de Aizawa, cuelgo mi camisa y mi falda y dudo, mi sostén y bragas están igual de empapadas que el resto de mi ropa, si me pongo la camiseta encima, voy a estar con caminando con dos manchas húmedas muy poco estéticas.

No estoy segura de cual es la opción segura porque ambas suenan espantosas, veo la camiseta y me doy cuenta de que es lo suficientemente larga como para cubrir mi trasero o eso espero.

Aunque, no le costaba nada darme un par de pantalones también o algo así. Suspiro y me quito el sostén y mis bragas y las dejo colgadas junto al resto de mi ropa, agarro la camiseta y me la coloco mientras que con la toalla seco un poco mi pelo.

Estoy en la casa de Aizawa usando nada más que una camiseta, su camiseta.

Me veo en el espejo y no me parezco en nada a la mujer que salió hoy en la mañana, ni la mujer que quería proyectar, mi cabello está mojado, estoy usando la camiseta de Aizawa, de alguna manera me veo más pequeña y no se puede negar la forma en que mis pezones presionan contra la fina tela.

Frío, es porque tengo frío.

Cruzo los brazos sobre el pecho, pero eso solo empeora porque tira de la tela más apretada contra mi cuerpo. Eso es todo, voy a pedirle pantalones cortos ahora mismo o quizás una sudadera gigante.

Abro la puerta de un tirón y casi choco con Aizawa pero me agarra por lo hombros.

-Ten cuidado- verlo es tan inesperado que descarrila totalmente mis pensamientos.

-¿Qué estás haciendo aquí?

-Es mi casa- todavía no me ha soltado los hombros- Y han pasado diez minutos.

Mi cara se pone caliente, parece darse cuenta de que todavía me está tocando y retira las manos de mis hombros, Aizawa aparta la mirada y tengo la extraña sensación de que se está esforzando mucho por no mirarme.

-El café está listo- dice y lo sigo al piso de abajo, esta situación comienza a parecerme cada vez más irreal.

Soy dolorosamente consciente del hecho de que estoy desnuda debajo de su camiseta y realmente lamento la decisión de dejar las bragas colgando para secarse, seguramente un poco de incomodidad vale la pena la capa extra.

De vuelta a la cocina, Aizawa empuja una taza en mi dirección. Lo levanto e inhalo. Con cautela tomo un sorbo.

-oh vaya, esto está realmente bueno.

Se apoya en el mostrador frente a mí y levanta su taza en mi dirección.

-Está bien, fuera con eso. ¿Cuál es el discurso?

Dejo la taza en la mesa. Puedo hacer esto, he repasado esto cientos de veces desde que me pidieron a Aizawa a esta misión.

-Tengo un cliente que tiene una misión y te necesito, tengo los detalles de la misión en mi auto, si tu...

-No- me interrumpe y me vuelvo hacía él.

-¿Qué?

-No, es lo que te he estado diciendo desde que me contactaste por primera vez.

-¿Esa es tu última respuesta?

-Sí- lo dice con firmeza- no lo haré.

Respiro con cuidado y exhalo lentamente. De acuerdo, otro incendio, todo está bien, puedo encontrar otro camino y seguir adelante. Buscaré otro héroe, uno similar, quizás. Lo resolveré.

Me aliso el cabello hacia atrás.

-Gracias por tu tiempo, me cambiaré de ropa y me iré.

Me levanto y camino en dirección a la escalera y un ruido horrible resuena por toda la casa, miro a Aizawa y pronto escucho una transmisión de emergencia. Aizawa mira su teléfono frustrado y enseguida me mira con resignación.

-Sí, no irás a ningún lado. La tormenta es lo suficientemente fuerte como para mandarte a volar a ti y a tu auto- lo miro, esperando que sus palabras tengan sentido.

-¿Disculpa qué?- Aizawa suspira.

-Estamos atrapados aquí, Kaori.

°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•

Si les va gustando esta historia pueden ver las otras obras que tengo✨️😋

El amigo de mi padre (Aizawa y tú)+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora