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Chishiya odia cuando estás con él. Puede que no lo parezcas, seguro, porque eres una chica dulce y encantadora frente a los demás, sin embargo, cuando él está cerca, tu principal objetivo es molestarlo hasta que se rompa como una ramita.
"Oye, Chi, intenté usar tu nombre como mi contraseña, pero dice que es demasiado corto". Sonreíste apoyando la barbilla en la palma de tu mano.
"¿Sí? Intenté usar el tuyo una vez también. Dice que no es aceptable, demasiado molesto". Respondió sarcásticamente, sin mirarte mientras tomaba un sorbo de su bebida.
Solo podías reírte en respuesta. Si no puedo llamar su atención siendo amable, tal vez tenga esta linda reacción cuando lo moleste. Suspiraste amorosamente, mirándolo con tanta adoración bailando en tus orbes.
"Intenta pensar en formas de molestarme y te juro por Dios que será lo último que harás en este mundo".
"Está bien, entonces tengo que hacer que valga la pena".
Entrecerró los ojos hacia ti, completamente molesto por tu inocente sonrisa que bailaba en tus labios. Tus ojos brillaban divertidos mientras luchabas contra su mirada venenosa.
"T/N, lo digo en serio. Guarda las molestias para más tarde, todavía tengo que terminar una presentación para el informe de mañana". Chishiya se rindió con un suspiro derrotado que te hizo parpadear varias veces antes de lamerte los labios.
"Está bien, te molestaré en otro momento". Te levantaste de la silla que estaba colocada frente a él antes de sonreír. Pero, por supuesto, él no se dio cuenta.
Probablemente ni siquiera sabrá que existo a menos que lo moleste. Triste, pero de todos modos-
"Mhm, ten cuidado al salir". Chishiya murmuró, sin dedicarte una mirada haciéndote sonreír a pesar de que el rubio no podía verlo.
Te acercaste a su figura, levantando lentamente su cabeza en tu dirección antes de plantar rápidamente un beso en su frente. Los ojos de Chishiya se agrandaron, todo su cuerpo se congeló, haciendo todo lo posible para recuperarse del shock.
"¿P-Por qué tú-
"¡Buena suerte! ¡Te veré mañana, pequeño!"
A pesar de los latidos acelerados de tu corazón, te las arreglaste para molestar al rubio con un saludo y una sonrisa, saliendo rápidamente de la tranquila cafetería.
Chishiya Shuntaro solo podía sentarse en su lugar, en silencio. Su mano se aferró a su sudadera con capucha donde podía sentir su corazón latir violentamente.
"Mierda, detente". Él gimió, golpeándose ligeramente el pecho. "¡Dios, eso fue solo un beso rápido en la frente! Basta, Shun".
Estaba a punto de escribir de nuevo en su computadora portátil, pero su mente se desvió hacia el evento de antes. No podía desviar su atención del rápido beso, tus labios eran tan suaves como para olvidar.
Se rió por lo bajo, rozando su pulgar sobre sus labios, "Estás muerta mañana, Akira Nakamura".
