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"¿Dónde crees que está?", Preguntó Chota, "Se fue hace más de una hora". La voz del joven estaba llena de preocupación.Akira también estaba preocupada por Karube, mirando la entrada de su refugio cada pocos minutos. segundos, con la esperanza de ver regresar al rubio.
"El sol se pondrá pronto", agregó Shibuki. La mujer no parecía tan alterada como sus compañeros. Akira sabía que ella y Karube no se querían, se peleaban en cada oportunidad que tenían.
"Él no debería estar solo, especialmente cuando está oscureciendo", dijo Akira, levantándose de su asiento, "Iré a buscarlo". "Mantente a salvo", le rogó Chota.
"No te preocupes, volveré en un momento". Akira torpemente le sonrió antes de irse.
Akira miró alrededor del centro comercial en el que se habían refugiado, suspirando al darse cuenta del tamaño. No sabía por dónde empezar, solo esperaba que Karube se quedara en el centro comercial. De lo contrario, sería imposible encontrarlo. Comenzó a caminar lentamente, observando las tiendas por las que pasaba, a veces llamando a Karube pero sin obtener respuesta.
Después de algunos minutos, que le parecieron mucho más largos a Akira, todavía no había encontrado una señal de su amigo. El sol ya se había puesto y estaba oscureciendo. Ya lo había buscado en tres de los cuatro niveles del centro comercial y casi se había dado por vencida cuando un olor conocido llegó a su nariz: humo de cigarrillo.
Siguió el olor y terminó frente a una pequeña tienda. Entró y miró a su alrededor, sin ver rastro de su amigo al principio.
Dio unos pasos hacia adelante, ahora capaz de mirar en el pasillo. Karube estaba sentado en el suelo, con la espalda apoyada en uno de los estantes, un cigarrillo encendido entre los labios.
"¡Karube!", Akira exclamó el nombre de su amigo al verlo. La cabeza de Karube se levantó ligeramente y miró a Akira con ojos aturdidos.
"¿En qué estabas pensando? Salir corriendo...", lo regañó Akira, cruzando los brazos.
"Simplemente iba a dar un paseo", se defendió Karube.
"¡Estábamos preocupados por ti!", La voz de Akira se hizo más fuerte.
"Qué adorable", Karube murmuró sarcásticamente, llevándose una botella a la boca que Akira no había notado antes.
Akira se acercó, examinando la botella que sostenía su amigo. era alcohol
"¿Estás bebiendo?", Preguntó perpleja, "¡No puedes salir y comenzar un juego así mañana! Necesitas mantener la cabeza despejada". Karube resopló.
