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Entraste en un juego llamado "confinamiento solitario". Nada más entrar tenías que ponerte un collar.
Suspiraste poniéndotelo. Cuando hizo clic, comenzaste a caminar hacia una habitación frente a ti.
Cuando entraste había gente por todas partes. Un hombre te llamó la atención, tenía cabello negro, una camisa azul y pantalones de color marrón claro.
Te detuviste en seco mientras lo mirabas. Pasaron unos segundos y empezó a notarte. Te miró y comenzó a sonreír.
Apartaste la mirada y empezaste a sonrojarte. Te acercaste a una pared y te sentaste en el suelo.
Después de un rato, las reglas del juego habían sido explicadas. Empezaste a preguntarte en quién podías confiar.
La gente empezó a preguntarse que palo tenía. Una mujer incluso sugirió que debería haber un gran grupo y que todos se dijeran qué palos tenían.
Aunque no estabas interesada.Como escuchaste una conversación que tenían dos hombres. "Dime cuál es mi palo" dijo uno de los hombres.
"Está bien, bueno..." Los otros hombres hablaron. El hombre se frustró. "¡Habla hombre!" el grito. "¿¡A qué voy!?" Habló. El hombre se estaba enojando y comenzó a gritarle al otro.
Tenías ganas de interferir pero al mismo tiempo no querías hacerlo. Cuando apartaste la mirada de esos dos, el hombre que te había llamado la atención comenzó a alejarse escaleras abajo.
Un hombre que tenía flequillo cubriendo sus ojos comenzó a seguirlo. Escuchaste a escondidas una vez más, escuchando lo que decían esos dos.
"Parece que no tienes pareja. Dime mi palo y yo te digo el tuyo", dijo el hombre con flequillo
"Esa es una maldita forma autoritaria de hablar". Te reíste. 'Ese hombre tiene agallas' Pensaste.
"¿Qué?" El hombre estaba confundido. "Puedo decir mucho de tu actitud infantil. Te avergüenzas de tu propio lado oscuro y estás celoso de todos".
El hombre comenzó a caminar hacia él. "Detrás de ese flequillo es donde guardas tu verdadero yo. Escondes tu rostro para evitar que la gente vea tu verdadera naturaleza repugnante. Eres del tipo que se hace sentir mejor despreciando a los demás. Pero eso es lo que me gusta de ti. seamos amigos"
Tus ojos se abrieron. Ha sido un discurso infernal. pensaste. La mujer que había formado un grupo de personas comenzó a caminar hacia ti y otros dos.
"Diga, ¿le gustaría unirse a nuestro equipo?" Ella le preguntó a los dos chicos. "Está bien si no quieres" dijo sonriendo.
"No, no me importa...", dijo el hombre de amarillo. El otro hombre que tenía una sudadera gris habló: "Está bien, trabajemos juntos".
En ese momento la mujer había comenzado a caminar hacia ti. "Hola. ¿Te gustaría unirte a nuestro equipo?" Pensaste un segundo antes de declinar.
"No, gracias." Dijiste antes de apartar la mirada.
El grupo de personas comenzó a mirarte raro. Luego comenzaron a alejarse. El grupo de personas comenzó a ir al medio y comenzó a decir que palo es cada uno.
Mientras observabas, te diste cuenta de que los dos hombres que discutían temprano pasaban. El hombre estaba agarrando al otro hombre por el pelo, mientras caminaban.
Pasaron unos minutos antes de que el hombre con flequillo y el otro hombre comenzaran a subir las escaleras nuevamente.
Los miraste. El hombre había comenzado a mirarte mientras sonreía. Rodaste los ojos y te alejaste.
No te diste cuenta hasta más tarde que el hombre te estaba siguiendo. "¿Qué deseas?" Preguntaste mientras caminabas hacia el área de refrigerios.
"No conoces tu todo palo, ¿verdad? Te he estado observando. Apenas has hablado con nadie". Dejaste de caminar y comenzaste a mirarlo.
"¿Y? ¿Qué tiene que ver contigo?"Dijiste. Él sonrió,
"¿Somos amigos? Te volviste detrás de ti.
"Solo dime cuál es el mío para que podamos hacer esto, por favor".
Empezó a caminar detrás de ti. Separando tu cabello para que pudiera ver lo que era. "Corazón" Tus ojos se abrieron como platos.
"Es el corazón", dijo. Asentiste,
"Ya puedes irte". En lugar de irse, se quedó donde estaba.
Se acerco y agarró tu cintura y comenzó a dejar un pequeño beso en tu cuello. Tus ojos se abrieron una vez más.
"¿Q-Qué estás haciendo?" Dijiste mientras tu rostro comenzaba a calentarse.
"Reclamando lo que es mío". Dijo mientras ponía su cara en tu cuello. Estás sin palabras sin saber qué decir. Pensaste que era del tipo malo.
Quiero decir que no has estado con él el tiempo suficiente para saber cómo era su personalidad. Pero por lo que le has oído decir y por su aspecto, asumiste que no era realmente un tipo coqueto.
Aunque no te importó. En todo caso, él era lindo así.
