Una Nueva Estrella

7

"¿Cómo te sientes?" Pregunté a mi hermana al día siguiente que nos habíamos reunido.

"Me dolió lo que Padre nos dijo... pero supongo que no lo decía en serio" me respondió con un tono aún triste y desanimado.

"Za'u" susurré antes de abrazarla.

"¿Qué hacen?" Ao'nung llegó detrás de nosotras y nos abrazó también de forma más casual.

"Hablábamos" Tsireya le respondió con tranquilidad.

"¿Quieren que me vaya?" Nuestro hermano siempre tan considerado; nótese el sarcasmo.

"No... quédate" le pedí antes de recostar mi cabeza sobre su hombro, Tsireya hizo lo mismo del otro lado; como estábamos sentadas a la orilla de mi casa podíamos alcanzar a ver a casi todos los buceadores nadar bajo el agua; incluso pudimos distinguir a Lo'ak y Neteyam perseguir un gran pez montados en sus Ilu. "Los amo" se me salió decir de la nada; Ao'nung rió, me di cuenta por como su pecho vibró contra mi espalda.

"Nosotros a tí" mi hermana me respondió, el hecho de tener que esconderles lo que Padre me había dicho definitivamente me lastimaba; sentía que los estaba traicionando de cierta manera pero tendría que hacer todo lo que estuviera en mis manos para protegerlos.

Luego de estar un rato juntos, mi hermano decidió irse ya que tenía cosas que hacer, Tsireya y yo nos quedamos solas por un rato hasta que ya no sabíamos qué hacer hasta que se nos ocurrió ir a pescar un poco más alejadas del arrecife.

"¿Qué haz hecho en estos días, Naok?" Tsireya me interrogó cuando salimos a la superficie.

"Lo mismo que ustedes..." me encogí de hombros.

"Hmmm ¿y en las noches?" Me detuve de golpe antes de sonreír.

"Me atrapaste..." reí inconscientemente. "En las noches salgo a volar... con Neteyam" en eso mi hermana rió fuertemente.

"Lo sabía" dijo con alegría. "¿Y? ¿Cómo es?" Su interés me causó risa.

"Es... Hiyìk" dije la verdad, siempre era divertido salir con él; era muy ocurrente a veces y esto me hacía reír bastante.

"Te dije que un día ibas a enamorarte, la Gran Madre no deja a ninguno de sus hijos abandonado" Tsireya me sonrió con ternura pero su mirada decía un 'te lo dije'.

"Tenías razón... pero aún así" nos detuvimos en seco junto a los Ilu. "No sé por cuánto tiempo se quedará con nosotros; cuando estén a salvo estoy segura que regresarán al bosque... y volveré a quedarme sola" bajé las orejas de sólo pensar aquello, era algo de lo que había estado pensado unos días atrás y que ciertamente me negaba a que pasara.

"¿Ya se lo preguntaste?" Mi hermana me miró seriamente y cruzó los brazos.

"No... pero es obvio que va a pasar; Uturu no significa quedarse en el clan por siempre" estaba acorralada; Tsireya quería que le preguntara a Neteyam y yo no quería hacerlo aunque me moría de ganas por saber.

"Tsmuke...".

"Kehe neu tìng mikyun" me negué a escuchar lo que sea que tuviera que decir.

Después de toda la plática Tsireya regresó a la aldea pero yo no, en realidad esperé un buen rato para ir al Árbol de los Espíritus; necesitaba respuestas y sólo la Gran Madre podría darme las así que nadé junto a mi Ilu hasta la Bahía de los Ancestros para después bucear hasta el árbol y vincularme a él, cerré los ojos y comencé a escuchar las voces de los ancestros llamarme y decir que estaban felices de verme, yo los saludé pero pronto notaron mi bajo estado de ánimo y preguntaron qué me ocurría. Les dije sobre Neteyam, el chico del bosque que se había vinculado también hacía un tiempo; ellos lo recordaban bien ya que bueno, sólo había una hija del bosque que iba al árbol de vez en cuando. Terminé contándoles todo lo que me preocupaba y lo que estaba pasando, muchos me dijeron que las personas del cielo estaban haciendo mucho daño y que podían ver una pelea entre nuestro pueblo y ellos muy pronto pero que no debíamos pelear nosotros; los jóvenes, esto me puso muy nerviosa al recordar lo que padre me había dicho hacía unos días atrás.