9 - Preguntas para amelia

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Otro día acababa de comenzar para una desorientada Luisita. Su primer pensamiento fue el de haber leído aquella carta que no conseguía recordar cuando la leyó por primera vez pero que sintió lo mismo que entonces. En un cuaderno iba anotando preguntas que le quería hacer a Amelia durante ese día acerca de la carta y si pasó algo entre ellas más allá de su amistad. Tenía el presentimiento de que la respuesta sería un si pero quería saberlo pues un tal Sebastián decía ser su prometido y no sabía que sentir exactamente.

La hora de la llegada de Amelia llegaba y Luisita se preparó para recibirla aunque fuera de aquella manera, postrada en esa cama que tanto la aburría. Ella no era precisamente de estar sin hacer nada pues le encantaba ayudar a sus padres con la casa y dar largos paseos en la naturaleza.

*Din don* sonó el timbre y Manolita abrió la puerta esperando recibir a Amelia pero para su sorpresa quien estaba al otro lado de la puerta no era otro que Sebastián y ella lo dejó pasar entusiasmada y ofreciéndole algo de comer y de beber, cosa que el rechazó y le preguntó si su hija ya se encontraba despierta. La mujer le dijo que no lo sabía con lo que se dirigió al dormitorio de la joven la cual pensaba que era Amelia quien estaba abriendo la puerta de su cuarto y se decepcionó viendo que no era ella, sino su madre, a la que adoraba pero hubiera preferido ver a su amiga y su cuidadora, para que engañarse.

- Luisita, ha venido alguien a verte - El corazón de Luisita comenzó a latir a alta velocidad pero luego pensó que no podría ser ella, ella no necesitaba ser anunciada, ella podía entrar sin ningún problema y sin tener que esperar a que alguno de sus padres le dijera si seguía durmiendo o no.

- ¿Y quien ha venido a verme mamá? - En sus palabras se podía notar un tono bastante neutral, ni alegre, ni triste, simplemente no quería ver a nadie que no fuera Amelia pues tenía muchas preguntas que hacerle. - Es tu novio, Sebastián. - "tu novio..." Resonó en la cabeza de la rubia la que no se acordaba ni de que iba a casarse con el. Le dijo que lo dejase pasar y así lo hizo su madre.

- Hola Luisita, ¿Que tal estás hoy? Verás... Respecto a nuestra boda... - ¿Boda? Ha Ia dicho ¿Boda? Ella no podía acordarse de nada de antes del accidente y en su cara se reflejó que aquello que se supone la debía hacer feliz, la hizo mostrar una cara como disgustada aunque la supo disimular bastante bien, tampoco quería herir los sentimientos de ese chico al que acababa de conocer por segunda primera vez. - He pensado que la podríamos adelantar a la semana que viene, ya lo sé cariño, se que es precipitado pero no puedo estar ni un minuto sin pensar en ti y en qué te quiero cuidar. Quiero que nos vayamos a vivir juntos y poder empezar una vida desde cero y en tu caso es literal. ¿Que te parece? - ¿Que le iba a parecer? Una locura. Primero tenía que aclarar lo de la carta de amelia y luego ya vendria lo demás.

Antes de que Luisita le respondiera, ella llamó a su madre para que la ayudase a llegar al baño, sentía unas enormes ganas de echarse a llorar pero no quería mostrarse vulnerable ante el.

En lo que Luisita se desahogaba en silencio en uno de los 3 baños de la lujosa casa de su familia, Sebastián vio el cuaderno de Luisita y le entró curiosidad por ver que escribía. El no era cotilla por naturaleza pero si que sentía pasión por todo lo que tuviese que ver con su futura esposa. Lo que leyó no le gusto nada. Leyó primero el título de esa hoja llena de preguntas "Preguntas para Amelia" y comenzó a leerlas rápidamente antes de que llegase Luisita y lo pillase in fragganti.

Pregunta N1: ¿La carta de reyes que significa? Quiero decir, ¿Estás enamorada de mi?
Pregunta N2: Quiero que seas sincera ?alguna vez hubo algo entre nosotras?
Pregunta N3: esto no es una pregunta pero te quiero decir que me des un tiempo para asimilar lo que he leído en esas líneas y decirte que me gusta que cuides de mi. No dejes de hacerlo.

Aquella hoja enfureció de tal manera a Sebastián que se marchó sin decir nada a nadie, ni si quiera a Luisita y ésta llegó al oír el portazo del joven. Vio su cuaderno abierto por la hoja que no debía haber leído y lo entendió. Sintió pánico por lo que pudiera hacer sabiendo que tiene un arma. Debió ser más cuidadosa fue lo que pensó pero ahora solo pensaba en hacerle esa ronda de preguntas a la que iba cada día a cuidarla.


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FELIZ AÑO A TODES!
Siento mucho haber tardado en actualizar, me han pasado cosas en estos meses pero prometo ser más constante y actualizar más seguido. Espero que os siga gustando esta historia tanto como a mí hacerla. Esto pinta mal para la rubia y la morena...

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