10 - Algo pasa con Amelia

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Sebastián salió de aquella casa tan deprisa que ni se despidió de sus suegros. Temía que después del accidente y de lo que había leído, Luisita ya no querría casarse, por eso tenía que adelantarla, no dejarla pensar porque si lo hacía, estaba seguro de que ella se echaría para atrás y todo por culpa de Amelia. Como odiaba ese nombre que no paraba de repetirse en su cabeza. Pero si desde lo del accidente pasaba más tiempo con ella que conmigo, pensó.

Cuando se iba a subir a su moto vio de lejos el cuerpo que parecía ser de Amelia acercándose a la casa de Luisita y estaba dispuesto a hacer lo que sea, pero lo que sea, con tal de que no se vuelvan a ver. Así que hizo tiempo en lo que aquella chica se acercó a la casa y le contó una mentira piadosa según el.

Amelia ya estaba a punto de tocar el timbre cuando una mano la sorprendió y dio un salto del susto.

- Perdón... - ¿Perdón? Si la que debería pedirlo es ella. En su mente solo estaba ella ahora mismo, culpandola de todos sus males y también de los de Luisita. - No pretendía asustarte Amelia. Antes de que entres... Tengo que contarte una cosa sobre Luisita. - El plan para alejarla de su amada había comenzado en ese preciso instante.

- ¿Esta bien? ¿Ha empeorado? - Se giró para timbrar pero Sebastián fue más rápido y lo evitó para continuar con su mentira.

- No es eso Amelia. Ella está bien. Muy bien. Pero hay algo que deberías saber... Me ha hablado de ti...

- ¿De mi? No entiendo nada

Y menos que iba a entender cuando Sebastián le dijese lo que le iba a decir.

- Dice que no quiere que vengas más. Que después de haber leído una carta tuya que tenía guardada no quiere saber nada de ti. No quiere relacionarse con alguien como tú. - A cada palabra que él decía, lo decía con total tranquilidad y con la sonrisa de quien acababa de proclamarse ganador del mejor premio del mundo. - Dice que la estás utilizando para meterte en su cama y yo no lo voy a permitir así que ya te puedes ir por donde has venido.

Amelia echó a correr antes de que la viera con miles de lágrimas saliendo de sus ojos sin parar hasta que se detuvo en mitad de la nada. Nada. Así se sentía ella, que no era nada para Luisita, no si quiera su amiga. Pero como ha podido pensar eso de ella. Si sus intenciones siempre fueron buenas y claras.

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Mientras tanto Sebastián una vez ya calmado volvió a tocar la puerta de aquella casa. Entró y se dirigió con calma pero con seguridad hacia el dormitorio de su prometida a la que iba a mentir también, sobre todo, para convencerla de que se tenían que casar cuanto antes.

- Luisita, ¿Estás despierta? - Dijo en un tono suave mientras que al mismo tiempo abría la puerta del cuarto de la joven. - Tengo que hablarte de una cosa.

- Habla. Pero rápido que tengo que descansar un poco. - Se mostraba molesta tras la actitud que momentos antes él había tenido hacia ella.

- Es Amelia... Dice que no va a venir más... No me ha dado demasiadas explicaciones pero si que me ha dicho que verte era doloroso para ella. Creo que está enamorada de ti y vernos le hace daño. Por eso pienso que debemos casarnos lo antes posible y así te saco de aquí. Yo te cuidaré mejor que nadie mi niña. - y besó su frente de una manera tierna. Demasiado quizás viniendo de él y tras la anterior escena.

- Quiero hablar con ella. Esto no tiene sentido Sebastián. Que me lo diga a la cara. Que diga que es lo que siente y veremos cómo hacemos para que no se tenga que ir. Yo no puedo hacer nada por ella pero ella me estaba ayudando muchísimo en mi recuperación. No quiero o mejor dicho, no puedo perderla ahora. Ahora no Sebastián. Y en cuanto a la boda... - Sebastián le puso un dedo en la boca para continuar el.

- Nos casamos en 3 días. Tengo un amigo en el ayuntamiento que nos podrá hacer ese favor y tu ni de la cama te tendrás que mover. Es un momento y te podré sacar de aquí.

Luisita quiso romper a llorar porque después de leer la carta tenía la cabeza y el corazón hechos un lío. Quería a Sebastián pero no sabía si lo suficiente como para casarse con el tan precipitadamente y por otro lado no queria perder a Amelia. Al menos sin hablarlo antes.

El accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora