5- Bienvenida, Amelia

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Primer día fuera del hospital. Luisita se volvió a dormir tras tomar el desayuno y la medicación para los dolores de los golpes que sufrió durante el aparatoso accidente. Aquella mañana los padres de Luisita tenían una entrevista con una chica a la que conocían de siempre y que de pequeña jugaba con Luisita, para ofrecerle un trabajo, el de cuidar de la joven, puesto que les habían dicho que tuviera más relación con alguien de fuera que de la propia familia pues pensaron que ella sería la candidata perfecta.

Tocaron a la puerta y fue Manolita quién fue a abrir a la visita. Era ella. Amelia Ledesma, un encanto de muchacha a la que todos adoraban. Tenía muchas inquietudes y se caracterizaba por su afán de ayudar a todo el que lo necesitase. Era morena, su pelo rizado decoraba su cara perfecta con dos ojos verdes en el centro de su cara.

Amelia entró en la casa una vez que Manolita le indicó que fuera al salón donde podrían hablar tranquilamente de los cuidados que requería Luisita y así lo hicieron mientras tomaban un café. Recordaron viejos tiempos donde Luisita y Amelia eran como uña y carne. Un tiempo donde Amelia fue feliz tan solo estando cerca de su amiga, una amiga a la que siempre amó en secreto. Actualmente ese sentimiento seguia ahí aunque oculto hasta que surgió está oportunidad de pasar mucho tiempo con la que fue su primer amor.

- Bueno Amelia y ¿Como están tus padres? Hace mucho que no les vemos por Madrid. - Amelia no supo reaccionar cuando Manolita mencionó a sus padres pues no tenía mucha relación con ellos, especialmente con su padre, se llevaba a matar con el y más cuando este se enteró de la orientación sexual de su única hija, sentía vergüenza de ella, de que llevara su sangre y su apellido.

- Ellos están bien, volvieron a Zaragoza y estaba bien, como siempre. - Amelia dio un sorbo, el último, a su taza de café. - Pero ahora lo importante es como está tu hija Manolita, cuando me lo contaste por teléfono no me lo podía creer, se me paró el corazón pensando que Luisita... - Las lágrimas estaban al acecho pero ella se resistía a llorar.

- Nos dió un buen susto pero ya está fuera de peligro, seguro que tú la cuidas muy bien, puedes hablarle del tiempo que pasabáis juntas cuando erais pequeñas hasta que vuestros caminos se separaron que yo no sé porque pero lo que quiero decir es que erais muy buenas amigas y Luisita se quedó destrozada cuando te fuiste sin decir nada. ¿Porque no llamaste o escribiste? - Manolita se quedó a gusto diciendo todo esto a Amelia, la mujer siempre supo que Amelia sentía algo más que amistad por su hija pero no le importaba, solo quería ver a su hija bien y feliz y si con ella lo hubiera sido pues habría aceptado encantada porque Manolita adoraba a Amelia, siempre fue muy buena con ellos aunque cuando se enteraron de que era Lesbiana quisieron alejarla de su hija, no supieron entender que aquello era normal, que el amor venga de donde venga y sea de quien sea, es normal, porque amar, si es de verdad, es para siempre.

El accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora