La Princesa del Pueblo | Aemond Targaryen | EN EDICIÓN

Essos

En la mesa solo se escuchaba el sonido de los platos chocando con el tenedor, o el sonido de la comida siendo masticada y tragada. La princesa bebía vino, comiendo ocasionalmente un poco de la tarta de limón, mirando a las personitas a su alrededor.

Las niñas esclavas estaban con ella, en aquel salón elegante, todas con unos bonitos vestidos de colores, bañadas y peinadas, había algunas risas, brillo en las miradas, pero en algunas, el miedo aún estaba presente.

Y Alysanne se dió cuenta que me tenían miedo a ella.

Desde los siete hasta los veinte años tenían aquellas chicas, Alysanne no reconocía a ninguna, quiere decir que las otras mujeres y niñas que vivían con ella en esta casa ya estaban muertas y todas ellas eran los reemplazos.

El llanto y los gritos que venían del fondo de un pasillo dejaron de escucharse, a los minutos se levantó.

-Sigan comiendo, señoritas, permiso. - Algunas asintieron, se alejó de ahí, Ser Theo la siguió a sus espaldas, llegaron a la habitación y abrió la puerta sin anunciarse.

Broke, el Gigante del Norte, se vestía, el hombre era alto y atractivo a decir verdad.

-No me miré así, Princesa. - le dijo Broke.

-Solo veo que te haz detenido.

-Estoy asqueado de ese tipo, princesa, es repugnante.

Alysanne miró a Simus Gohor, su amo, recostado en su propio lecho, manchado de sangre y llorando en silencio. Volteó a ver al Gigante.

-No soy tu hermana, pero yo y las niñas que están afuera, estamos agradecidas, le diste una probada de su propio veneno. - miró a Broke, el cual estaba serio.

-Lo merecía, todos ellos lo merecen.

Alysanne le sonrió levemente, a Broke le causaba temor aquella mujer, cuando hacía cosas malas permanecía serena, hasta contenta, pero al igual que todos, era imposible no admirarla, y le agradecía haberlo sacado del infierno congelado de la muralla.

La razón por la que el Gigante del Norte era un Guardia de la Noche era una verdad a medias... Sí, mató al hijo del Lord Bolton, eso era cierto... Pero hizo más que eso... Cuando Kiyara, la hermana pequeña de Broke, fué colgada y degollada por los Bolton, dejó de ser el mismo.

Supo que fué él, más de uno vió como el Bolton se llevó a Kiyara a su castillo, el estaba trabajando con los leñadores y no lo supo hasta que llegó a casa en la noche. Se cuenta que unos sirvientes oyeron sus gritos, las súplicas de la joven al ser arrebatada su doncellez con violencia, la esposa del Bolton, al descubrirlos, en lugar de enojarse con él, se desquitó con la joven de trece años, llamándola impura.

Su cuerpo estuvo exhibido por días.

Broke y Kiyara estaban solos contra el mundo, y Kiyara era la única que conocía los secretos de Broke... Era la única que sabía que a su hermano, no le atraían las mujeres.

El delito real de Broke fué hacerle lo mismo que Bolton le hizo a su hermana, lo mismo que Gohor le hizo a Alysanne y a sus esclavas. No por placer exactamente, no le divertía, no le exitaba particularmente, solo, sentía que debían pagar.

Cuando lo descubrió Lady Bolton, Broke lo asesinó de inmediato al esposo de esta, tronando su cuello, la cuenta estaba saldada... Lady Bolton no dijo que encontró a su esposo siendo fornicado por aquel Gigante, dijo que a ella la había violado, para justificar la sangre de las sábanas, y su marido, en un intento de ayudarla, terminó asesinado.

Le creyeron, las septas ni siquiera revisaron su cuerpo para comprobar.

Así, el Gigante del Norte, terminó en la muralla, y con un par de sobornos, la princesa Alysanne logro que lo "prestaran" por un tiempo a Los Hijos de la Noche.