Siempre y Para Siempre

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El dragón de Bronce volaba sobre el reino rumbo a Dorne, cuando Vaghar lo empezó a seguir. Alysanne se dió cuenta de esto, era imposible ignorar a Vaghar. Vermithor bajó por orden de su jinete a un bosque, buscó la zona más despejada, Alysanne miró a Vaghar bajar de los cielos pero tirando varios árboles en proceso.

Alysanne una vez en tierra caminó hasta Aemond,  al estar ambos frente a frente la castaña le dió una bofetada dejando una marca roja en la hermosa cara del Principe Aemond.

-Eso es por usurpar el Trono de Rhaenyra. - Aemond la miró un poco serio.

-Sabes cómo funciona la tradición.

-Los que no parecen saber cómo funciona son ustedes. - lo miraba mal  - porque si mi sentido común no me falla la tradición es que el rey ordena y todos obedecen, no sé que parte no comprenden.

-Es más complejo que eso.

-La ley dice que si le heredas algo a los hijos de tu primer matrimonio no puedes quitárselo para dárselos a los hijos de tú segundo matrimonio. No tienen derecho a quitarle nada.

-Alyssane. - se acercó a ella tomando sus hombros. - ¿Qué no sabes cómo funcionan las cosas?, Rhaenyra lo primero que haría sería matarnos, incluyendo a los hijos de Helaena. - Alyssane lo miraban demasiado seguro de lo que decía, como si ambos conocieran a una Rhaenyra diferente.

-Rhaenyra no los mataría, Aemond... ¿Eso te han hecho creer?

-Es lo obvio, si no lo hace ella, lo haría Daemon.

-Bueno, de mi padre probablemente si, pero Rhaenyra no permitirían, ni yo, yo los hubiera defendido de ser el caso. - dije mirándolo fijamente, Aemond tomó sus mejillas. - Sabíamos que esto iba a pasar... Yo debía detenerlos. - el ojo de Aemond miraba fijamente a su amada Alysanne.

-Es más fácil si vienes conmigo a King's Landing... - dijo Aemond, en tono suplicante.

-No puedo ir a King's Landing... En primera, rompí mi compromiso con tu abuelo y seguro no me quiere ver ni en pintura. En segunda, tú rey me odia y el sentimiento es mutuo.

-Mmm...

-Es más fácil si vienes conmigo y te arrodillas ante Rhaenyra. - sonrió de lado, si no le daba a su Reina un ejército Dorniense, podría darle a Vaghar pero ella quedarse con el jinete.

-No puedo traicionar a mi familia.

-Entonces entiendes que yo tampoco a la mía. - Alysanne se alejó de él apartando sus manos.

-Estas traicionando a la corona, Alysanne.

-Yo no estoy traicionando a nadie. - dijo mirándolo. - Mi lealtad está con el pueblo y no voy a arrodillarme ante un violador, un imbécil y  borracho cuando hay una mujer buena y justa a quien coronar.

Se quedaron en silencio, mirándose el uno el otro. Ambos no resistieron y se lanzaron a los labios del otro. El beso era suave pero desesperado, Aemond acariciaba las mejillas.

-Dijiste que era por siempre y para siempre... - murmuró Aemond entre sus labios.

-Se lo que dije ... - murmuró la joven con pesar, unieron sus frentes cerrando sus ojos.

-Te amo, Alysanne... - murmuró.

-También te amo, Aemond... 

Las palabras pesan, al igual que las promesas, destruyen y crean imperios nuevos volviendo locos a los dioses.

-Vamonos... - murmuró uno de los dos.































La Princesa del Pueblo | Aemond Targaryen | EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora