La Princesa del Pueblo | Aemond Targaryen | EN EDICIÓN

La Última Cena

Aemond besó el hombro de su amada Alysanne, la chica lo abrazaba disfrutando las caricias en su cintura desnuda, el Targaryen dejó un beso en su mejilla, subió su mano y tocó el cuello de ella, el cual aún tenían marcas rojas de los dedos de Daemon Targaryen.

-Tu padre debió ahorcar a Otto, no a ti.

-Mmmm... Ya se... ¿Pero que hacía?... El no entiende que lo hago por el pueblo...

-¿Qué tan lejos llegarás con tú plan? - preguntó Aemond. - No quiero que te cases... - murmuró.

-Ya autorizó la construcción de la escuela. - dijo Alysanne y acarició el pecho. - Solo te pido tiempo, cariño. - Aemond soltó un suspiro, se aferró a ella ocultando su rostro en su cuello, Alysanne lo abrazó.

-No soporto que estes tan cerca de él... Ardo en celos. - Alysanne disfrutó su cercanía. - Mi madre dijo que iba a hablar con Rhaenyra y Daemon sobre esa boda... Y si ella no la impide, lo haré yo, Alysanne. - Alysanne río levemente.

-Bueno, te doy permiso para que la impidas, pero tiene que ser una buena entrada. - Aemond sonrió.

Ambos se levantaron de la cama y se vistieron, Alysanne tendió la cama rápido y Aemond le dió una nalgada, la chica se volteó y golpeó su brazo.

-Auch.

-Respetame, ojito.

-Aly, anoche tu me diste una nalgada a mí.

-Y anoche me pusiste en cuatro, Aemond, ¿Quíeres que te ponga en cuatro y te meta un palo? - Aemond sonrió levemente. - Conseguiré un palo. - le dijo Alysanne divertida.

Apagaron el fuego y salieron de la choza cerrándola, Aemond tomó la mano de Alysanne, era aún de madrugada, entraron sin ser vistos y Alysanne se preparó para la reunión de esa tarde.

Otto y Alysanne entraron juntos al salón del trono, pocas veces Alysanne había ido, quizás era el lugar que menos había visitado en todo este tiempo. Alyssane soltó su brazo y Otto se sentó en el Trono de Hierro, aún no llegaba nadie, estaban solos con un par de guardias, Otto sacó una pequeña libreta de notas que cargaba ocasionalmente, anotó unas cosas y alzó su vista para ver Alysanne, está sonrió de lado con diversión e hizo una reverencia, una sonrisa se formaba en los labios de Otto.

-¿Me cuidaría esto, princesa? - dijo señalando la libreta.

-Claro, mi Lord. - Alysanne caminó subiendo las escaleras del trono, tomó la libreta que Otto tenía en las manos, el hombre la recorrió con la mirada antes de levantarse.

-Para mi vales mucho, Alysanne. - dijo mirándola. -  Eres brillante y perfecta.- Tomó su cintura contemplando el bonito rostro. - Mereces un lugar en King's Landing, uno digno. -  Dijo antes de tomar su cintura y besarla en los labios, cosa que hacía más seguido de lo que quisiera Alysanne.

La joven siguió el beso que no duró mucho para su suerte, ya que se escucharon las puertas abrirse, iban entrando la Reina y sus hijos, Alicent se puso pálida al ver a su padre besando a Alysanne, Healena y Aegon pusieron cara de sorpresa al ver la escena, aunque la de Aegon reflejaba un poco de morbo a pesar del ojo morodo.

Aemond sintió un ardor de rabia en la boca del estómago, sus manos estaban en su espalda y apretó su propia muñeca. Caminó detrás de su madre sin mirar a Alysanne, la mandíbula apretada de Aemond no era disimulada, Otto notó su coraje pero poco le importó.

Sentía que ya había ganado.

Aunque quién estuvo complaciendo a Alysanne anoche era Aemond.

-Permiso... - Alysanne bajó las escaleras del trono y acomodó su cabello con sus manos para que Aemond pudiera ver qué portaba el anillo.