Poliamor// Fyoyazai

6

Se despertó diez minutos antes de que sonara la alarma. Sentía sus mejillas pegajosas por las lágrimas que había derramado la noche anterior.

Se incorporó en la cama con dificultad, como si sus emociones pesaran sobre sus hombros. No había nadie a su lado, cosa rara puesto que Fyodor y Osamu eran todos unos perezosos. Se preocupó y se levantó para ir a mirar a la cocina. Efectivamente, allí estaban sus novios, con un ambiente tenso.

Dazai estaba organizado tomando café, cosa aún más rara ya que el castaño detestaba el café. Dostoyevski estaba a su lado mirándolo con preocupación. 

—Buenos días —Saludó Chuuya. Los otros dos lo miraron.

—Buenos días, cariño —Respondió Fyodor.

—... Días... —Farfulló Osamu con la cabeza gacha.

Chuuya se empezó a acercar, pero el castaño le levantó rápidamente.

—Me voy. Perdón —Masculló y salió con prisa del apartamento. En su mejilla estaba la marca de una mano.

El pelirrojo se sentó al lado de Fyodor. Éste lo miró con tristeza.

—¿Te sientes bien? —Preguntó el ruso, acariciando su espalda— Eh, tranquilo. Sé que es difícil.

—¿Me odia? —Preguntó Chuuya— ¿Osamu me odia?

Dostoyevski negó con la cabeza.

—Yo no diría que te odia. Creo que se siente culpable, pero jamás te odiaría. Él te ama.

Se quedaron en silencio. El pelinegro tomó un rollo de canela y se lo dio a su novio.

—Toma. Osamu los compró esta mañana —Le ofreció.

— Gracias. ¿Él durmió con nosotros anoche?

—No tengo ni idea, pero creo que no. Cuando me desperté, él ya se había organizado y traía el desayuno. Me da la impresión que anoche no durmió nada, creo que se quedó escribiendo.

Nakahara miró en dirección a la habitación de su derecha. Ese cuarto era llamado "el cuarto de escritura". Si Dazai estaba allí metido trabajando en sus relatos, no debían interrumpirlo a menos que fuera realmente importante. Tampoco podían ir a husmear cuando el castaño no estuviera.

—¿Es mi culpa?

—No es culpa de nadie, Chuuya. Todos tenemos la cabeza revuelta en este momento.

Suspiraron. Chuuya se comió su rollo de canela y se levantó.

—Me cambiaré para ir al trabajo —Anunció.

—Está bien.

Ese día los ánimos estuvieron realmente bajos. Incluso sus compañeros de trabajo lo notaron, pero no quisieron indagar el tema. Ya sabían que Chuuya de mal humor es igual a Chuuya violento, verbal y físicamente. Y molestar a un Chuuya violento era igual a un suicidio.

A eso del mediodía, el pelirrojo decidió escribir a Osamu.

Hey. 12:07pm

¿Quieres ir a almorzar? 12:07pm

(⁠･ั⁠ω⁠･ั⁠) 12:09pm

No puedo. Tengo trabajo acumulado. 12:23pm

Puedes ir con Fyodor. 12:24pm