¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Su propia respiración opacaba los sonidos que Pandora tenía. Intentaba dibujar una camada de viperlobos, intentando ser lo más sigilosa posible.
Su corazón latía con fuerza sintiendo la adrenalina de ser atrapada por las crías del viperlobo. Su madre no estaba, por lo cual estaban solas jugando y correteando entre ellas.
Ahora Coni ya tenía 16 y medio, por lo cual era toda una adolescente. Luego de que los humanos volvieran a Pandora, Coni había tenido que convivir con el clan Omaticaya a fuerza. Aunque no le había ido tan mal.
Alzó la vista del golpe al escuchar una rama crujir a unos cuantos metros de ella. Del otro lado del rayo de luz ──dónde estaban las crias── había un thanator acechando a los viperlobos.
Coni tragó en seco levantándose lentamente del suelo, sin apartar la vista del depredador, quien no movía sus ojos de los más pequeños.
Sus piernas temblaban a cada paso que daba. Siendo lo más callada posible para poder salir de aquel lugar.
Corrió en el momento preciso en el que el depredador salto hacia las pequeñas crías del viperlobo.
Soltó un suspiro tembloroso sin dejar de correr, sintiendo las lágrimas en el contorno de sus ojos. Era la naturaleza de un animal, yendo por las presas más fáciles, y ella era una de ellas.
Escucho los chillidos de los cachorros a lo lejos. Dejó de correr escondiéndose atrás de un árbol, respirando agitada.
Guardo sus cosas con rápidez, atenta a cualquier sonido cerca de ella. Frunció el ceño al ver que su repuesto de oxígeno ya no estaba, probablemente se había caído.
Tomó la pequeña cajita que la mantenía viva. Aún tenía suficiente como para regresar a la base. Presiono uno de los botones del comunicador para hablarle a los hijos de Toruk Makto.
──Neteyam. ──murmura llamando al mayor, traga con dificultad antes de volverlo a llamar──. Neteyam, ¿dónde estás?
Debido a que todo el clan Omaticaya ──incluyendo a la base científica── se encontraba en las montañas Aleluya, dependía de alguno de los dos para poder regresar a su "hogar".
Si cuerpo tembló al escuchar el rugido del depredador cerca de ella.
──¿Lo'ak? Maldición.
Un sonido se escuchó sobre ella. Alzó la vista con temor, frunciendo el ceño enojada al ver a ambos hermanos sobre una de las ramas del árbol donde estaba escondida.
Ambos se reían en silencio. Alzando las orejas al escuchar de nuevo las pisadas del thanator acercarse a la humana.
Neteyam bajó de un brinco. Entrelazó sus propias manos para que Coni se apoyará en ellas para poder subir a la rama del árbol.
