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──¿Coni? ──escucha una voz masculina cerca de su oreja, pero lejana──. ¿Coni?
La niña se queja entre suelo. Se empieza a volver quedar dormida cuando ya no la llaman de nuevo.
"¡Coni!" Gritan está vez. Se sienta de golpe en la cama, asustada. Golpeando su cabeza con otra en el proceso.
──¿Qué te pasa, Miles? ──se queja sobando su frente, dónde había recibido el golpe.
El masculino se queja de la misma forma. Rasca su frente en un intento de quitar el dolor, Coni lo ve confundida ante aquella actitud.
──Deberias de dejar de comportarte como ellos. ──murmura observando a Spider.
El niño le envía una mala mirada. La cual desaparece en segundos cuando empieza a brincar sobre la cama de la mayor. Está lo observa fastidiada.
Ambos eran apenas unos niños. Mientras que ella tenía 10 años, Miles tenía 8. Si, se llevaban dos años. Ambos estaban siendo criados por los científicos que se quedaron en Pandora.
Miles por ser abandono y Coni por ser hija de una científica, a la cual lamentablemente mató la RDA al descubrir que los estaba traicionando.
──Norm dijo que podía salir sí tú estabas despierta. Ya estás despierta así que ya me puedo ir. ──comenta Spider bajando de la cama.
La mayor rueda los ojos negando con la cabeza. Sale de la cama, deteniendo a Spider en la puerta de la recamara que ambos compartían.
──Lo que Norm quiso decir es que yo te debo de acompañar si quieres salir, Spider. ──corrige Coni──. Espérame cinco minutos. Me cambio rápido y nos vamos.
Escucho el suspiro fastidiado del menor a sus espaldas antes de que la puerta se cerrará.
No es que le emocionará mucho el salir de la base, de hecho, le daba miedo. Pero ella veía a Miles como un hermanito menor, por lo cual, se dió a si misma el deber de cuidar de él.
Se colocó unos shorts que llegaban un poco arriba de la rodilla junto con una playera sin tirantes. Observó por unos segundos la pequeña libreta que había sobre su cama. Suspiro agarrando solo su pequeña bolsa.
Salió de la habitación observando a Spider. A diferencia de él, ella prefería usar ropa de personas normales, no lo juzgaba, no sabía como.
──¡Vamos a la aldea! ──grita Miles hacia nadie en particular.
Norm llega corriendo hacia ellos con unos pequeños cubos en sus manos. Se los entrega a Coni, quien lo ve confundida.
──Si se les acaba el oxígeno. Este es un repuesto, uno para cada uno. ──explica Norm entregándole los cubos a la mayor.
