𝖙𝖜𝖊𝖑𝖛𝖊. future

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Todos venían de la Gran Madre Eywa.

Ella era su sangre, su origen, su todo. Todos los na'vi a seres vivos de Pandora eran sus hijos, y ella se encargaba de que vivieran una vida llena y prospera.

A todos los quería por igual. No había favoritismo ni nada por el estilo.

Pero, había veces en que los na'vi morían en el momento en el cual no debían de hacerlo, por causas que no eran naturales.

Esos casos molestaban a la madre de Pandora, la cual tenía que meterse en ese ciclo gracias a la injusticia que está criatura vivió.

Está vez fue Neteyam.

Él no podía ver. Solamente veía una luz blanca a su alrededor, no sentía nada ni podía mover nada.

Neteyam estaba en un lugar nuevo e irreconocible. Sabía que probablemente ya estaba muerto, y eso le asustaba.

Todo se mantuvo así hasta que unas risas llegaron a su ser.

Poco a poco un panorama se empezó a formar a su alrededor. Observó como de repente sus manos aparecían, las miró con atención antes de ver a su alrededor.

Estaba en los bosques de Pandora, a lado de su gente.

Varios omaticaya se encontraban haciendo sus tareas diarias. Pero entre todos ellos hubo uno que lo miraba fijamente, sonrió en su dirección antes de correr entre risas.

Su cuerpo se movió por si solo y empezó a seguir a aquel pequeño na'vi que le había sonreído.

Corrió quitando las enormes hojas que se atravesaban en su camino.

──¡Hey! ──grita intentando llamar la atención del niño cuando se retrasa──. ¡Espera!

El omaticaya voltea a verlo con una sonrisa antes de seguir corriendo.

──¡Vamos! ¡Apúrate, papá!

Sus orejas se alzaron al escuchar lo que dijo el menor. Detuvo su carrera y se quedó unos minutos plasmado.

¿Acaso había escuchado bien?

Caminó ahora con miedo hacia donde el niño había ido. Observó el riachuelo que había frente a él, mirando a sus alrededores en busca de otros na'vi.

──Vamos, papá. Prometiste que ibas a jugar conmigo. ──reclama el niño haciendo un adorable puchero──. Mamá, papá y Yáw'nea no tardan en llegar.

¿Mamá y papá? No podía creer lo que el niño frente a él decía.

Se acercó hacía él con cierto temor. Sonrió inconscientemente al sentir el agua fría del riachuelo mojar sus piernas, como si no la hubiera sentido en años.

KAMARI                                                    neteyam & lo'ak sully.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora