Súbete- el peligris subió detrás del menor y le agarró de la cintura
Uy cuidao- dijo el director al rozar un árbol mientras manejaba
Despacio-
Cogeme fuerte eh- aceleró la motocicleta
Si si, te estoy cogiendo fuerte- esas palabras hicieron que el francés se pusiera como tomate
Que ehh...vale- balbuceo bajando la velocidad
Acaso te puse nervioso?- pegó su cuerpo al del menor y susurró a su oído las palabras
Se quedó callado, la piel se le había erizado y sus sentidos estaban totalmente atentos a los movimientos del ruso. Dio un giró con la moto y Viktor le habló
Detén la moto por allí- señalo unos árboles
Porque?- cuestionó
Ve allí querido, tenemos que ver algo-
Vale, cogeme eh, no te vallas a caer- dijo aún con un leve sonrojó
Si quieres te puedo coger mejor querido- susurró besando el cuello y oreja del menor
Éste dio un jadeo muy bajito. Bajo más la velocidad y detuvo la moto. Ambos bajaron y Viktor puso contra la moto a su novio, inició una guerra de besos, ambas lenguas peleaban por ganar al contrario; el aire era denso entre ambos. El ambiente fue subiendo de nivel comenzando a quitarse las prendas entre sí. Viktor subió a la moto y Horacio se subió encima suyo, apoyándose en el manubrio/manillar de la motocicleta, en las piernas del soviético reposaban sus muslos y cintura.
Sus manos se diriguieron al pecho del peligris, tocando con deseo y besando con amor su piel de nieve. La piel canela también recibió atención, llena de besos húmedos y chupetones. Tiro la cabeza hacia atrás al ver a aquel hombre besando su piel con ternura y pasión. Gimió cuando el mayor metió la mano entre sus pantalones y liberó su pene que ya empezaba a mojar el bóxer. Su mano izquierda inició un vaivén, subía y bajaba, sus miradas estaban fijas en el otro lo que lo hacía más excitante. Hizo círculos con su pulgar en la punta del miembro haciéndole gemir su nombre. Llevó sus dedos a la boca de Hache y esté los humedecio con su saliva; un hilo de saliva iba desde sus labios a su propio pene. Luego de unos minutos más, Volkov llevo los dedos a la entrada de su pareja, sacandole gemidos y balbuceos. Sus dedos se movian lentamente y con paciencia, movimientos de tijera para prepararlo. Horacio Llevó su mano a la mano del ruso, quitandola para sustituirla por su polla; que estaba desatendida y bastante mojada por el líquido pre seminal. Con un poco de esfuerzo logró introducir toda la virilidad dentro suyo. Suspiró pero con una sonrisa unió sus labios con los del peligris.
Te cojo fuerte?- murmuró
Destrozame- pidió agarrándose del freno y del acelerador de la moto para elevarse un poco
Volkov elevó y bajo sus caderas para penetrarlo con rapidez, haciendo equilibrio logró tocar su punto G. Llevando al de cresta al límite. Pronto su semen se derramó en el abdomen del de ojos grises mientras le empotraba tan fuerte y rápido como su cuerpo le permitía. Sentía su orgasmo llegar, así que sus movimientos fueron más rápidos y certeros. Logrando terminar en el apretado interior del director del FBI. Sus bocas volvieron a encontrarse y sus sonrisas eran evidentes.
Viktor Suspiró cansado y ayudó a Horacio a darse la vuelta. Continuarían con eso... Pegó su espalda al pecho tibio del peliplata y comenzó a sentir los dedos del contrario tocar su punto G de nuevo, gimiendo su nombre volvió a tener un orgasmo, que enseguida al terminar, fue iniciándose otro ya que el ruso le estaba empotrando de nuevo. Una fina capa de sudor apareció en ambos cuerpos, sus cabellos echos un desastre y sus mejillas sonrojadas. Volvió a acabar en el francés y dándole una mordida tierna y un chupon a su cuello y clavículas, acabaron con aquello.
Horacio se giró y abrazó a su pareja, allí se quedaron por unos largos 10 minutos abrazados al otro hasta que la radio los interrumpió sacandoles de su burbuja de amor. Bufaron molestos y ya vestidos se encaminaron a donde iban originalmente
Seguimos en casa?-
Y si mejor estrenamos mi nuevo coche?- murmuró sobre su hombro
Me gusta como piensas ruso-
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Posición en la que estaban:
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