Sus manos temblaban con la copa de Champán en la mano, no podía creer lo que oía. De verdad luego de tantos años por fin Volkov le correspondía.
Sin pensarlo saltó del barco, siendo seguido por el soviético que a gritos le llamaba.
Quedó unos segundos bajo el agua y grito de emoción.
Luego de unos minutos ya estaba arriba, con Viktor a su lado todo mojado y temblando de frío. Él también tenía frío pero ya nada importaba si tenía al mayor a su lado.
Sus labios se unieron buscando más contacto. Pero no podían parar. Una vez por fin pasaron esa barrera, ya nadie los pararía.
Las manos soviéticas subieron a los pectorales del moreno; tocándolos y besando con amor aquel cuerpo que tanto había deseado recorrer, besar y mimar por un buen tiempo.
Puedo?- preguntó a punto de bajar su mano al pantalón del menor
Tú puedes hacer lo que quieras bombón- dijo soltando una bella y corta risa
Desprendió el pantalón de su nueva pareja, lo fue bajando poco a poco y ambos se recostaron sobre la fría madera del barco.
Viktor quedó debajo, miró todos y cada uno de los movimientos del moreno.
Estaba encantado y embobado con los suaves movimientos de Horacio. Quién se movía de adelante hacia atrás.
Vamos con calma si? Si ya no quieres hacer algo o no te gusta, solo dime que paré sí?- dijo Hache antes de comenzar a lamer el miembro goteante de su pareja
Hache, quiero hacer esto, si algo no me gusta tenlo por seguro que te lo haré saber- respondió Volkov
Con el visto bueno del mayor, comenzó a chupar y lamer sin cesar.
El peligris tiro la cabeza hacia atrás, definitivamente estaba de camino al paraíso. La caliente boca del de cresta abrazaba aquel trozo de carne.
Los gemidos del ruso eran bastante altos.
Los meseros comenzando a escuchar la situación a unos metros, se fueron hacia el otro lado del velero para no molestar a la pareja, alguien lo estaba pasando genial.
Ponte más atrás Uve- pidió Horacio luego de unos minutos
Apoyó sus manos y movio su cuerpo más atrás, chocando su espalda con una de las paredes del barco y a su lado una de las barandillas.
Horacio se quito la ropa despacio mientras le besaba el cuello, dos dedos fueron a la boca de Volkov, haciendo que los chupara.
Y así lo hizo, los empapó en saliva pero sin entender muy bien su función, ya que todo esto era nuevo para él
Vio como el más jóven los llevaba a su trasero y se perdían entre esas tan redondas y deliciosas nalgas.
Entonces entendió para que eran.
Luego de varios besos y chupones, Horacio alineó el pene de su pareja con su entrada, poco a poco se fue abriendo paso entre el apretado interior del director.
Se sentía tan placentero, sus ojos gozaban de la imagen que veían; un Horacio saltando sobre su polla, gimiendo y mordiéndose el labio. La mano derecha del crestudo se aferro a la barandilla para poder impulsarse mejor.
Viktor comenzó a penetrarle luego de unos minutos, el obsceno sonido de sus cuerpos chocando y los fluidos salpicando era simplemente placentero.
Giró rápidamente al agente, quedando a cuatro patas y sosteniéndose de la barandilla. Volkov nalgeo a su superior mientras le embestia sin ninguna vergüenza ni inseguridad.
Los gemidos de ambos se mezclaban formando una melodía perfecta.
Enredo sus dedos en el cabello de Horacio y tiro suavemente hacia atrás, haciendo que los sonidos de la garganta de su pareja salieran más altos y graves.
Horacio que no había dado atención a su ereccion, comenzó a masturbarse.
Unos segundos más tarde, Viktor salió de él y le coloco en la boca su miembro. Unas lamidas y se vino en su boca. Los espasmos y jadeos terminaron luego de unos segundos.
Horacio se acostó y Volkov subió encima de él
Te guiaré si?- tranquilizó el menor
Asintió y copio lo que había hecho antes su compañero. Dos dedos fueron a la boca de él y luego fueron a su entrada. Primero fue algo molesta la sensación, pero luego de unos minutos comenzó a gustarle.
Ya preparado y listo, el director del FBI comenzó a ingresar en él sin prisa. Suave y con cariño logró meterlo todo. Comenzó a moverse, entrando y saliendo.
Con sus manos le ayudaba a moverse, las manos en las caderas del ruso le impulsaban.
Comenzó a penetrarlo más rápido a medida que perdía la cordura, se veia tan sexy y hermoso, aquel ruso le traía mal.
Besaba las manos del soviético mientras esté saltaba encima suyo. Era un momento que quería recordar para siempre.
Luego de unos minutos se corrió en el interior del mayor. Dejando a su subordinado con las piernas temblando y cansadas, sudado y muy cansado. Cayó abrazando a Horacio, le dio un beso en los labios y en el pecho
Te amo- murmuró con un tono tan sincero que daban ganas de llorar
Los irises grises y bicolores se juntaron y sin pensarlo, volvieron a besarse y terminaron en un abrazo. Viktor se recostó contra una de las paredes e hizo que el menor se pusiera a su lado. Entrelazaron sus piernas y sus cuerpos se fundieron en un abrazo. Acarició la suave espalda del de ojos bicolores, mientras le miraba con tanto amor que no le cabía en el pecho
