Sus manos apretaban el volante y sus ojos se achinaban para ver mejor. Su compañero le veía con gracia.
No veo un culo!- exclamó el peligris
Pero quien va viendo culos por la vida?! No vas caminando por la calle y de repente ves un culo!!!- exclamó Horacio indignado
El tuyo- dijo el otro dando un giro con el coche
Horacio se quedó en silencio procesando lo dicho. Enserió acababa de escuchar esas palabras de la boca del ruso?
Que?-
Que de que?- pregunto Viktor
Que fue esa respuesta? Me explicas?-
Pues eso, que el único culo que miró es el tuyo- dijo recordando en sus noches de pasión, aquellos glúteos que rebotaban sobre él
Pérez quedo en silencio de nuevo.
Quieres mirarlo de nuevo?- propuso el francés
Me encantaría y lo sabes hombre-
Para el coche entonces-
Volkov sonrió y detuvo el coche a un lado de la carretera. Horacio paso al asiento de atrás y el contrario hizo lo mismo.
Se besaban como si no hubiera un mañana. Se lanzó a los labios de su amante y rápido le desvistió.
Los manoseos y caricias eran cada vez más atrevidos.
El soviético se recostó a lo largo del asiento trasero y Horacio encima suyo besandole.
Tan rápido como si el tiempo con él otro se fuera a acabar, estaban completamente desnudos y llenos de lujuria.
Los besos y chupeteos a su piel canela eran más frecuentes y con más pasión.
Sus dedos pálidos recorrieron el pecho y cuello de su pareja, estimulando sus pezones perforados para más placer.
Humedecio sus dedos con la saliva proveniente de la boca del menor y los introdujo despacio y sin prisa en el interior del jóven.
Besaba su piel mientras abría y preparaba su entrada; el hilo de saliva que iba de los labios finos del peliplata hasta el pecho del contrario fue deshaciendose poco a poco.
Los sonidos provenientes de la garganta del director federal eran más altos a medida que su novio le tocaba la próstata, haciendo que se retorciera de placer.
Mételo joder...- pidió tan al borde del orgasmo que apenas podía enhebrar una oración coherente
Viktor le pidió que escupiera sobre su mano, así lo hizo y esté llevó su mano a su miembro que rozaba entre las nalgas del menor.
Le hizo darse la vuelta para verle mejor cuando saltará sobre él
Lubricó su virilidad y tomándola la metió despacio en el menor; comenzó a gemir y agarrarse de los asientos mientras era penetrado por el mayor.
Sus caderas empujaban para meter y sacar su miembro del interior caliente del crestudo.
Los glúteos del director federal subían y bajaban sobre la cadera del ruso. Sus manos estaban puestas en sus nalgas, manoseandolas a su antojo. Relamia sus labios al ver la escena
Uff- jadeo en un suspiro mientras veía ese culo que le volvía loco, estar encima suyo
El chapoteo de los cuerpos era simplemente hermoso para los ojos grises del agente.
Proporcionaba nalgadas a esos glúteos tan deliciosos que tenía su pareja. Dejando la zona enrojecida por los golpes, estos a su vez, hacian excitar más al contrario.
Su pareja gimiendo su nombre, totalmente excitados y en una burbuja de pasión; ambos se vinieron. Horacio gimió el nombre en francés del ruso y eso llevó al orgasmo al peligris, el cuál liberó el líquido blanco dentro del de cresta.
Horacio en cambio se masturbo para venirse con él y manchó el asiento del patrulla con su semen.
Dio una última nalgada y le puso a cuatro patas al francés. Comenzó a jugar con su lengua entre los glúteos del menor, tocando así su entrada y succionando, utilizaba sus dedos para meterlos despacio y tocarle el punto aquel que le volvía loco, su próstata.
Su cara totalmente metida en medio de las nalgas ajenas, mamandole todo.
Horacio gritaba de placer y se aferraba al borde del asiento del auto mientras lágrimas caían por sus ojos debido a la cantidad de placer que estaba recibiendo en ese momento. Volvió a venirse mientras el ruso le masturbaba con mucha rapidez, se derramó en su mano, la cual chupó, lamiendo cada rastro de semen que tenía
Dios Horacio...- dijo Viktor al verle cuando terminó su trabajo, totalmente sudado y hecho un desastre
Cansado y muy feliz, se encontraba el agente Hache.
Volkov dio un beso en su hombro y le ayudó a levantarse. Le cogio en brazos y lo acunó hasta que quedó dormido ya que estaba muy cansado con todo lo que habían hecho en el trabajo y ahora con esa ronda de sexo.
La cabeza del de cresta reposaba tranquilamente sobre el pecho desnudo del soviético.
Le comenzó a limpiar con toallitas húmedas, luego le vistió despacio, le colocó en el asiento del copiloto, le abrocho el cinturón y le dejó dormir hasta llegar a la sede.
Miraba esa carita angelical mientras manejaba, llegó y aparcó en la sede.
Anuncio que saldrían de servicio, él y Horacio; le bajó con cuidado del auto para no despertarlo y lo llevó hasta la casa de la playa, donde lo recostó en la cama y le arropó.
Horas más tarde cuando el de cresta se despertó, bajó a la cocina y se encontró al ruso cocinando su comida favorita. Una sonrisa se formó en sus labios.
Hola querido- saludo alegre el ruso
Hola, que haces cielo?- le abrazó por la espalda y miró lo que hacía
Cocinó la cena amor, quieres probar?- le dio una cuchara con salsa y esté la probó
Esta exquisita- felicitó el agente
Proporciono un beso en la frente de su amado. Sonrió y vio esos ojitos tan bellos que le hacían feliz.
Cenamos?- consultó
Sip, iré a poner la mesa-
Luego de una velada maravillosa ambos se fueron a bañar juntos, abrazados en la tina disfrutaron del otro.
