6. La Playa

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Sentía que llevaba siglos caminando, y agradecí haber empacado en una mochila agua y comida suficiente para los siguientes días. Sabía que mi visa no expiraría pronto, aún así llebaba la cuenta exacta de los días que me quedaban antes de verme obligada a buscar otro juego.

Sentía que ese día el sol estaba más fuerte de lo normal, y mis ojos ardían por lo mismo. Encontré un pequeño prado y decidí sentarme bajo la sombra de un árbol.

No había descansado desde que habia comenzado mi búsqueda, y a pesar de eso no había avanzado en nada.

Recargué mi cabeza en el árbol y cerré los ojos por unos segundos. El frío pasto debajo de mi me hizo sentir tranquila, y segura de que volvería a encontrar a todos mis amigos.

Abrí los ojos de nuevo, y baje la vista ligeramente. Frente a mi, vi la sombra de alguien, de pie, que parecía observarme fijamente, así que pegue más la espalda al árbol con terror.

Trate de enfocar mi vista para distinguir a la persona, y cuando logre enfocar su rostro, mi cuerpo se relajo. El chico sonrió ligeramente y sacó una mano de los bolsillos de su sudadera y me saludo con un gesto de mano.

Me puse de pie rápidamente y colge mi mochila de nuevo en mi hombro para dirigirme hacia él. El chico me observo acercarme, y miro rápidamente a mi alrededor, como buscando algo más.

-¿Y tus amigos? -se limitó a decir.

-¿Asi es como saludas a tu aliada? -pregunté, sonriente.

-Hola, Kyomi- volvió a meter ambas manos en su sudadera.

-Hola Chishiya -sonrei-. Una parte de mi no creyó que recordarías mi nombre.

-Soy bueno con los nombres, Kyomi -se encogió de hombros-. ¿Estas sola? -repitió.

-Al igual que tú.

-Creo en el individualismo. Uno solo puede cuidar de sí mismo -suspiro y me miró fijamente-. Sin embargo, no creo que tú seas de esa clase de personas.

-No lo soy -me encogí de hombros-. El problema es que perdí a mis amigos.

-¿Como pierdes a una persona?

-Entraron a un juego al que no alcance a entrar, y cuando los estaba esperando... -sentí un escalofrío recorrer mi piel cuando recordé todo-. Pasó algo y tuve que irme.

-Entonces, perdiste a cuatro personas -rio ligeramente-. No creo que sigan vivos.

Abrí los ojos con sorpresa.

-Que amable de tu parte -murmure-. Me encantan esos ánimos, compañero.

-Ya te lo dije, bonita. Trabajo solo.

-¿Cuando fue la última vez que confiaste en alguien? -me cruce de brazos.

-¿Cuando fue al última vez que no confiaste de más en alguien?

-No puedes contestar una pregunta con otra, Chishiya -dije, y di un paso hacia adelante.

-¿Qué no es esa la mejor forma de evadir una pregunta? - también dio un paso al frente.

-Ahí esta. Otra pregunta.

El chico sonrió ligeramente y se agacho un poco para estar a la altura de mi rostro. De nuevo, el calor en mis mejillas regreso. Trague saliva con dificultad, intentando ocultar lo nerviosa que me puso aquello.

-Chishiya -grito una mujer detrás de nosotros.

El chico se enderezó y se giro, dándome la espalda.

-¿Encontraste algo interesante? -pregunto la misma chica.

Me asome detrás de Chishiya para ver quien hablaba. Era un chica, bastante alta, más o menos como 10 centímetros más alta que yo. Era delgada y muy bonita.

El lobo y la oveja [Shuntaro Chishiya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora