17. Mejores amigos

695 53 18
                                    

Llegamos hasta un edificio que parecía completamente abandonado, y Arisu se quedo en la puerta vigilando.

Kuina se encontraba sentada en un sillón con la mirada perdida, mientras Tatta la observaba fijamente. Usagi y yo estábamos recargadas en la pared, tratando de recuperar el aliento.

-Ya no se escuchan disparos, parece que estamos a salvo- dijo Arisu, acercándose a nosotros.

-Espero que Ann este bien- murmuró Kuina, a nadie en particular.

-Y Chishiya -complemente.

Me sentía terriblemente preocupada; pero por otro lado, sabía que no podia hacer nada más que sobrevivir, y esperar que él también lo hiciera.

-Estoy seguro de que lo estan- dijo Tatta, sonriendonos a ambas-. Son inteligentes.

-Es cierto- confirmó Arisu, aunque no sonaba muy convencido.

-Pero ahora, tenemos que reunir lo necesario para sobrevivir, al menos hasta mañana- dijo Usagi, captando la atención de todos.

-No puede ser- suspiro Kuina-. Tengo mucho sueño, y hambre.

-No sabemos cuando regresará el rey de espadas, lo mejor es que busquemos comida ahora que podemos- murmure-. Y el descanso podríamos hacerlo por turnos.

-Yo iré a buscar un auto- dijo Tatta, y después se dirigió a Kuina-. ¿Me acompañas? -Kuina se enderezó y lo miro confundida-. Ya se a donde ir.

-Esta bien- suspiro, y se puso de pie, para después dirigirse a mí-. Porfavor, trae algo rico de comer.

Asenti como respuesta, y Usagi se acercó a Kuina de golpe.

-Los acompaño- dijo, lo que hizo que Kuina me volteara a ver, y luego a Arisu.

-¿Esta bien para ti?

Asenti, y voltee a ver a mi amigo, que sonrió como respuesta.

Los tres chicos se alejaron del edificio, dejándome completamente sola con Arisu.

-¿Nos vamos? -rompió el silencio, y de nuevo, solo me limite a asentir.

Entramos al super mercado, el cual estaba en completa obscuridad.

La luz comenzaba a ocultarse, lo que hacía un poco más difícil ver lo que había en los estantes.

Arisu y yo nos separamos, y en completo silencio comenzamos a buscar cosas para el grupo.

Cuando me puse de pie de nuevo, después de buscar las bolsas debajo del mostrador, el chico ya estaba frente a mi, con una canasta llena de comida.

-Hola, bienvenido- sonreí, y el chico rio como respuesta.

-Hace tiempo que no escuchaba eso- sonrio-. Sono bien.

Comenzamos a guardar las cosas en las bolsas y miré las charolas, una en especifico llamo mi atencion: "Yakisoba Kore Ban, sabor pastel de fruta". Leí, y la nostalgia me invadió.

-Le gustaban a Chota- murmuró el chico, y asentí. Lo recordaba perfectamente. Suspire y seguí metiendo las cosas en la bolsa.

-¿Cuantos palillos va a querer con esto, señor? -pregunté, tratando de romper la tensión.

-Deme cinco, porfavor- volvió a sonreír.

Me agache y tomé cinco pares de palillos, para después meterlos en una de las boslas.

-Muchas gracias por su visita- sonreí-. Espero que vuelva pronto.

-Estas haciendo la voz más aguda- se burló.

El lobo y la oveja [Shuntaro Chishiya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora