3. Divide y venceras

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-Todos los chips han sido destruidos -dijo Chota-. Todo lo que dependa de un panel eléctrico no va a funcionar -tomó un radio-. Pero cosas como estas si funcionarán, ya que no tienen un chip integrado.

-Entonces, ¿porque funciona esto? -tome el teléfono en mis manos, y Chota se encogió de hombros como respuesta.

-Es inútil si no se puede recargar- dijo Arisu, lanzando el suyo a la cama donde se encontraba Chota.

Despues de unos minutos, llegaron Karube y Shibuki a la habitación. Habíamos decidido quedarnos en una plaza comercial, ya que ahí tendríamos comida y un lugar donde descansar, al menos por los próximos 3 días que teníamos de visa.

-La comida está lista- anunció Shibuki.

Todos nos dirigimos a la mesa y comenzamos a comer. La comida estaba caliente, y parecía que no solo yo moría de hambre, a juzgar por como todos deboraron lo que había en sus platos.

-Entonces -comenzó Shibuki-. ¿Donde estaban cuando la gente desapareció?

-En el baño -dijo Chota sin dejar de comer-. Hablando en el mismo cubículo.

Después, las miradas se dirigieron hacia mí.

-Yo no recuerdo bien -me encogí de hombros-. Estaba caminando por la calle y, supongo que me desmaye porque lo siguiente que recuerdo es despertar aquí, con las calles completamente vacías.

-Yo llegué aquí hace cinco días- dijo Shibuki-. Estaba en la oficina cuando sucedió. Tampoco recuerdo nada más.

-¿No es extraño? El dia de ayer desaparecieron todos, ¿no? -pregunto Arisu, a lo que Chota y Karube asintieron-. Pero para Shibuki fue hace cinco días, ¿como funciona eso?

-Creo que el tiempo funciona diferente aquí- dijo la chica.

-Cuando los encontré en el metro -comence-, yo ya llevaba varias horas vagando por la ciudad.

-Pero para nosotros, acababa de ocurrir todo- continuo Chota.

Chota y Karube comenzaron a discutir acerca de lo lógico o ilógico que era todo esto, hasta que Arisu los interrumpió.

-Como sea. Lo que sabemos es que hay un rey del juego- mostró la carta que habíamos ganado en el juego anterior.

-¿Rey del juego? -pregunte.

-Alguien tuvo que inventar esto, lo podría apostar. Es como si nos vigilaran a todos y cada uno de nosotros.

-Creo que- comenzó Karube-, deberíamos ir mañana a otro juego.

-Pero, nuestras visas vencen en dos días -replicó Arisu.

-Debemos acostumbrarnos a los juegos- suspiro-. Tal vez haya una manera de ganar, pero no lo sabremos si solo nos quedamos a esperar.

-Tal vez tengas razón- asenti-. Tenemos que quedarnos juntos y vencer los juegos. Solo así lo lograremos, en equipo.

-Si jugamos, tal vez encontremos la forma -dijo Arisu-. Si realmente alguien hace los juegos, podemos saber sus debilidades, y elaborar una estrategia.

Todos los demás en la mesa asintieron.

Los cinco fuimos a un edificio que se marcaba como la arena del juego. Al entrar, nos dirigimos a la mesa donde quedaban justamente cinco móviles más.

Cada quien tomó uno, y nos dirigimos a una esquina. Tal vez si planeabamos una estrategia, sería más sencillo ganar el juego.

Algo en la otra esquina del cuarto llamo mi atención, un chico, en promedio mas alto que Chota, aunque no por mucho. Llevaba una sudadera blanca, al igual que su cabello, aunque estaba casi en su totalidad cubierto por el gorro de su sudadera.

El lobo y la oveja [Shuntaro Chishiya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora